5. Busan I

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Jueves por la tarde. Séptima semana del proyecto.

Hyuk se encuentra en una de las salidas del aeropuerto de Gimpo, con una pequeña maleta con ruedas apoyada junto a su pierna y un bolso para notebook colgado del brazo izquierdo. Como el vuelo a Busan es por la tarde, él y Donghae llegarán directo al hotel a descansar, cenar y luego dormir, para estar frescos y llegar temprano a la primera jornada de seminario que durará tres días: viernes, sábado, y domingo. Eligió ropa cómoda y deportiva, una sudadera negra, jeans negros y zapatillas a juego que le dan un aire aún más juvenil a sus bien llevados veintiocho años. Su piel nívea ofrece un agradable contraste con su conjunto y destaca sus labios rojos.

Desde aquella última conversación el domingo pasado en el paseo, no ha vuelto a tratar de hablar con Donghae de sus "besos mágicos"  y tampoco ha insistido en la cita. Pero tiene expectativas de que este viaje sea ideal para hablar del tema y dejar sus cartas sobre la mesa, está encantado con el castaño y se siente tan completo cuando están juntos que no ve nada malo en explorar la posibilidad de ser más que amigos. Para él las cosas con el castaño solo podrían ir de muy bueno a increíble. Durante la semana las cosas han ido muy bien entre ellos. Una pequeña parte de él temía que se generara cierta incomodidad, pero no ha sido así. Han almorzado a diario como se ha hecho usual desde que se instaló en SOOMAN Inc. para trabajar en el proyecto y su comunicación ha sido tan fluida como siempre. Incluso se ha atrevido a tomar la mano de Donghae un par de veces entremedio de sus conversaciones, cuidando de no estar a la vista de los demás y éste la acogió cálidamente, sin amago de rechazo. 

Donghae, en ese momento, está bajando del taxi su propia maletita plateada con ruedas y la mochila para noteboook que llevará a Busan. Por estos días se ha debatido intensamente entre no querer darle vueltas a lo ocurrido con Hyukjae y encontrarse varias veces con la vista perdida a través del ventanal de su oficina rememorando cada detalle de esa noche. Su piel hormiguea al recordar el toque de Hyukjae, su ternura, su calor y aquella increíble sensación compartida de "elevarse"  entre besos a falta de una palabra mejor. No ha sido un gran esfuerzo llevar la semana con normalidad, quizás por la calidez inagotable del pelinegro y su actitud siempre relajada, o porque parece inevitable que todo fluya como el agua mansa de un río entre ellos. Una parte de él, la que desea la felicidad y el amor como cualquiera, se inclina tierna a pensar que no hay limitaciones, además ha escuchado la perorata incesante de Heechul sobre que aproveche "porque la vida es hoy"  y que "Hyuk se cae de bueno", y desea dejarse llevar. La otra, su parte insegura, más oscura, la que tantas veces lo ha hecho sentir menos que el resto, se complica por todo esto y espera inquieta en el hogar de su inconsciente, agazapada y temerosa de lo desconocido, lista para sabotear lo que sea que parezca bueno.

Cuando Hyukjae divisa al castaño entre la multitud, éste avanza torpemente, peleando con una ruedita pegada de su maleta que al parecer se niega a obedecer a su dueño, haciendo incluso que se tropiece en el proceso. Alzando la mirada Donghae ubica a su vez a Hyukjae - "se ve más guapo si es posible, Dios ¿porqué me haces esto? es que esa camiseta negra viene con espalda extra sexy incluida o qué?" - tragando saliva, agita su mano desde un costado de la puerta y cambia su ruta para reunirse con el pelinegro a un costado del amplio acceso. 

Los dos se muestran emocionados por la aventura que se avecina y muy a gusto con la compañía, además han llegado con tiempo de sobra, por lo que tranquilos y charlando se dirigen a la puerta de embarque correspondiente. En la ruta hacia allá, Donghae extrae de su mochila un sobre con los dos pasajes que Hyo le había entregado en la mañana dentro de un sobre. Junto con recibir el pasaje a su nombre y agradecer, Hyukjae no deja pasar la chance de acariciar los dedos del castaño con disimulo pero con firmeza. Donghae no se da por aludido y entre bromas entregan sus maletas para el check-in.

Compañero del AlmaWhere stories live. Discover now