¡Ups! Mi error

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Iba caminando tranquilamente por la calle y sin darme cuenta ya había oscurecido por completo. La luna se veía hermosa, una bella y blanca luna que alumbraba el camino por el cual caminaba sin la esperanza de llegar a alguna parte. Necesitaba estar un rato a solas para pensar, aunque la verdad no habían muchas cosas buenas en las que pensar. Es decir, todo lo que invadía mi mente era mi madre y sus odiosas palabras; "¡Marshall Lee! ¡No puedes irte, es tu deber como heredero!". Fue lo que me dijo una y otra vez antes de que me fuera. La verdad es que nunca he tenido una excelente relación con ella pero... de todas formas es mi madre.

Me volví a hundir en mis pensamiento, no tenía idea de a dónde iría o que haría con mi vida. Pero una cosa era segura: no podía volver a Nocheosfera.

En eso sentí como si observaran, pero estaba tan concentrado, o más bien distraído, que no le di importancia y seguí caminando. Camine, camine y camine por calles cada vez más oscuras, pateando todo lo que se cruzaba en mi camino mientras las pequeñas gotas de lluvia iban cayendo por mi cabello hasta llegar al suelo. Hacia frío, pero no me importo, mi cuerpo ya muerto no podía sentir el frío. Metí las manos en mis bolsillos y seguí con la cabeza baja.

No podía pensar en nada, tenía la mente totalmente en blanco, era casi como si estuviera bloqueada. Pero me valió, seguí caminando cual zombie sin rumbo alguno. El sonido de las gotas de lluvia caer una por una en los tejados y la acera me calmaba. Quería alejarme de todo por un segundo, no me gustaba fingir ser un humano, no es fácil ser nuevo en una ciudad, no es fácil ser nuevo en la escuela, no es fácil aparentar ser algo que no eres sabiendo que tu vida está en juego. No pude más y explote golpeando un árbol con el puño tan fuerte que lo derribe. No había nadie en la calle, así que no me importo que alguien pudiera verlo. Pero en eso escuche un ruido en el callejón detrás de mi. Gire mi cabeza para ver si había algo detrás y al no ver nada comencé a caminar lentamente en dirección de donde vino aquel ruido. Estaba completamente convencido de que era Luyan otra vez, así que fui cuidadoso de no hacer ningún sonido para poder atacarlo por sorpresa. Entonces llegue hasta lo que parecía ser un depósito de basura y pude sentir que había alguien detrás. Flote por encima de el hasta que quede sobre la persona. Entonces saqué los colmillos, puse ojos de demonio y una cara de horror aterradora haciendo un bufido ya que aún no sabía rugir.

- ¡AAAHH! - grito aquella silueta que creía era Luyan.

- ¡¿Gumball?! - me sorprendí volviendo a la normalidad - ¿Pero qué demonios? ¿Me estás siguiendo? - pregunté muy confundido mientras el estaba ahí completamente aterrado por lo que había visto, parecía haber visto un fantasma o... Ah, claro. Mi rostro.

En eso comenzó a moverse lentamente hasta que logró ponerse de pie y salió corriendo

- ¡NO, espera! - intenté detenerlo, pero el seguía corriendo desesperado.

Así que volé hasta alcanzarlo y luego me puse frente a el, ya que estaba mirando hacia atrás no se dio cuenta y chocó contra mi cayendo al piso completamente asustado.

- ¡A-aléjate demonio! - dijo intentando hacerse el fuerte. Pero podía oler su miedo a un kilómetro de distancia. Lo que si me molestó fue la cruz que hizo con sus dedos.

- ¿En serio crees que eso funciona? - incliné la cabeza. Ridículos mitos -.Gumball, escúchame, puedo explicarlo.

- ¿Explicar que? ¿Cómo me degollaras para que no pueda gritar? ¿Para qué no diga nada? - dijo temblando de pies a cabeza pero sosteniendo su tono a la defensiva.

- ¿Sabes? No está mala la idea.

Mi comentario hizo que el volviera a gritar.

- No.. oye... Gumball... - siguió gritando - era broma... yo no... - siguió gritando -. ¡Escúchame!!- le cubrí la boca con mi mano - No voy a lastimarte. Lo prometo.... Ahora, voy a quitar mi mano despacio, sólo si prometes no gritar, ¿okay?

El asintió y entonces aleje mi mano lentamente. Se quedó en silencio un instante, mientras se ponía de pie.

- ¿Qué eres?

Suspiré y luego supuse que no podría inventar algo que pudiera explicar lo que vio.. No había salida, tenía que decirle la verdad.

- Soy lo que se conoce como un vampiro... El rey vampiro, en realidad.

- ¿V-vampiro? ¿Rey? ¡¿Que?! ¿Cómo así?

- Pues.. es largo de explicar.

- Tengo tiempo - insistió.

Solté otro suspiro y entonces comencé a explicarle lo básico. Es decir, lo suficiente como para aclarar sus dudas. ¡No más! No es necesario contarle todo. Pero sentí que se pasó toda la noche tratando de explicarle hasta lo más simple.

El secreto de Marshall Lee | FioleeWhere stories live. Discover now