Lacayo

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- Mi rey, su madre me mandó a buscarlo - dijo Luyan, uno de los lacayos de mi madre -. Quiere que vuelva a Nocheosfera y cumpla su deber como heredero.

- ¿Te mandó? Si en verdad le importara vendría ella misma - repliqué molesto -. Dile a "Su majestad" que no pienso volver y no quiero saber nada sobre ella. ¡Informarle que ya no es parte de mi vida y no la necesito! - dije furioso.

Me enojaba que además de intentar obligarme a heredar el trono y forzarme a huir de su tiranía, tuviera el descaro de "enviar" a su lacayo para que regrese. Ella cree que por ser joven soy estúpido, ¿no? ¡Ya tengo más de 1000 años! ¡Soy perfectamente capaz de tomar mis propias decisiones y ella no me puede forzar a nada! Maldita bruja.

- ¿Sigues aquí? ¡LARGATE DE UNA BUENA VEZ! - grité señalando la puerta.

- Me temo que no puedo hacer esto - dijo tranquilo -. Mis órdenes son traerlo a toda costa. Vendrá conmigo.

- Yo no lo creo - se escucho desde la puerta.

Al darme vuelta vi a Marceline parada de manera amenazante mostrando esos afilados colmillos y los ojos rojos de la ira.

- Te dijo que te largaras. Dile a tu Señora que no vuelva a molestar - dijo muy seria.

Yo estaba sorprendido por lo intimidante que se veía. Pero él se negó a retirarse y fue cuando Marcaline lo miro con furia y rugió estruendosamente. Luyan se sobresaltó un poco y asintió con gran enojo. Luego desapareció haciéndose humo negro. "No podrás huir por siempre" fueron las palabras que utilizo antes de irse.

- ¿Estás bien, Marshall? - preguntó Marceline.

- Eh.. Sí - dije sorprendido -. Vaya, nunca te había visto así.

- Es que enserio me enoja que Hanna haga lo que se le de la gana siempre - gruñó -. Odio que siempre se cumplan sus molestos caprichos. Y no puede obligarte a hacer o ser algo que no quieres.

- Lo se - dije serio -. Es bueno tener a alguien que piense igual.

- Sabes que te apoyo.

- Lo sé, Marcy - sonreí leve. Obteniendo la misma respuesta.

- Vuelve a la cama, pontro saldrá el sol - dijo.

Yo asentí y seguí sus órdenes. Pero me costó dormir ya que me quede pensando en todo lo que dijo Luyan.

"¿Como así que esa perra quería tenerme a toda costa?" Pensé mientras miraba la venda de mi muñeca. Comencé a desenvolverla lentamente dejando ver las horribles marcas en mi piel. Me las había hecho unas semanas atrás mientras peleaba con mi madre antes de irme. Estaba apunto de cruzar el portal cuando ella me tomo del brazo lo suficientemente fuerte como para que su aura demoniaca quemara mi piel, dejándome notorias marcas de sus dedos. Remarcando la forma de su mano en un color morado y negro, los cuales resaltaban sobre mi pálida piel.

LOL ¿PENSABAN QUE SE HABÍA CORTADO?

El secreto de Marshall Lee | FioleeKde žijí příběhy. Začni objevovat