Hora de "estudiar"

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LEVANTE LA MANO QUIÉN ME EXTRAÑO!! NO SE USTEDES PERO YO SI L@S EXTRAÑE MUCHÍSIMO. PARA SER SINCERA LLEVABA MUCHO TIEMPO SIN HACER ESTO Y LITERALMENTE HABÍA OLVIDADO COMO ESCRIBIR Y ESO xD. ASÍ QUÉ PERDÓN POR EL CAPITULO, HICE LO QUE PUDE. NO MOLESTO MÁS, A LEER MIS AMORES -.•

Puse mis manos sobre sus mejillas y la atraje hacia mi uniendo nuestros labios en un solo movimiento, ella cerró los ojos y me correspondió el beso de inmediato. Sin dejar de besarla con desesperación comencé a bajar mis manos lentamente hasta llegar a su torso, donde posé una en su cintura y la otra en su espalda baja atrayéndola más hacia mi. Ella me abrazó por el cuello profundizando así más el beso, si es que era posible. Entreabrió sus labios un poco y así le dio paso a mi lengua, que en el instante se puso a jugar con la suya. La tomé entre mis brazos y ella entrelazó sus dedos en mi cabello despeinandolo. La acorralé contra la pared y sentí el escalofrío que recorrió su cuerpo al chocar su espalda contra la superficie fría. Le seguí besando apasionadamente hasta sentir que su pecho se comprimía, por lo cual me separe de ella suponiendo que necesitaba aire. Al desunir nuestras bocas y quedar cara a cara pude sentir sus jadeos chocando contra mi pecho, lo que me indico que si, efectivamente necesitaba aire.

- Fi.. Yo... - Intenté decir. Pero me abrazó por sorpresa antes de poder continuar.

- Te quiero Marshall - susurró dulcemente en mi oído.

Y entonces el sonido del timbre de la casa hizo que despertara. Pero me sobresalte tanto que caí de un lado de la cama estampando mi rostro contra el suelo.

- ¡¡Agh, estúpida gravedad! - me quejé levantándole del suelo y sobado mi rostro con una mano - Será por algo que nosotros flotamos.

Una vez de pie me quede quieto un segundo y luego solté aire pesadamente. "Fue solo un sueño" repetí en mi cabeza. Pero... Mentiría si dijera que es la primera vez que sueño con Fiona.

El sonido del timbre volvió a sacarme de mis pensamientos. Pase mi mano por mi cabello y camine hacia la puerta. Puse la mano en la perilla y la gire, abriendo la puerta y encontrándome cara a cara con ella.

- Um.. Llego en mal momento?

- No, ¿por qué lo dices? - respondí confundido.

- Porque tienes un gesto adormilado, el cabello despeinado y básicamente es fácil confundirte con un zombie drogado.

- Ah, me había quedado dormido. - respondí aún con un ojo medio cerrado.

- ¿Y tu mejilla? - preguntó posando su mano en esta y acariciando el golpe con el pulgar.

- Me peleé con el piso - bromeé causándole gracia.

- Realmente eres único. - se burló.

- Gracias conejita. Entra - le indiqué apartándome del camino lo suficiente para que ella pudiera pasar.

- Gracias. - respondió mientras entraba a la casa.

Cerré la puerta a su espalda y luego me gire hacia ella.

- Ponte cómoda, ya vuelvo.

Caminé por el pasillo hasta llegar a mi habitación. Entré y entonces empecé a buscar algo rojo que sorber antes de que me diera hambre. Fui a mi escritorio y ahí tome un lápiz rojo que dirigí hacia mi boca y decolore por completo en sólo cuestión de segundos. Tome mi teléfono de sobre la cama y me dirigí a la puerta no sin antes pasar frente al baño y dar una rápida mirada hacia el espejo, en el cual pude ver que el golpe de mi rostro ni había dejado marca. Debo admitirlo, el cicatrizar rápido no es para nada algo de que quejarse. Si se están preguntando como es que pude mirarme al espejo pues les informo que son los ojos humanos los que no lograr ver nuestros reflejos, por otro lado los nuestros son perfectamente capaces de vernos en el espejo, en las fotos, vídeos, etc.

El secreto de Marshall Lee | FioleeTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon