29

4K 316 1
                                    

Sé que este hombre está mintiendo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sé que este hombre está mintiendo. Algo dentro de mí me lo dice. Rick jamás enviaría a un desconocido por mí, y mucho menos sin avisarme. Pero, no puedo hacer más tiempo. Sean me mira ansioso, como si tuviera mucha prisa.

—No puedo irme de aquí —hablo—. Rick no me dijo nada.

—Él me mandó —repite—. Tengo que sacarte de aquí.

—¿Por qué?

Da un paso al frente que me hace quitarme de la puerta y dejarlo entrar. Me quedo ahí, petrificada, mirando como invade el espacio de Rick y revisa que no haya nadie. Noto como sonríe satisfecho, se acerca a mí y cierra la puerta.

—¿Y Abby? —pregunta en un tono que no me gusta.

—Salió a hacer un mandado —miento—. No ha de tardar.

Hace un sonido con la boca, descubriendo mi mentira, y vuelve a acercarse a mí. Sus ojos examinan cada centímetro de mi rostro y cuerpo, con un detenimiento que me extraña. Suelta una risa y me toma de la barbilla.

—Rick es un hijo de puta con suerte —se mofa—. Eres realmente hermosa.

—¿Qué quieres?

—Ya te dije —repite, soltandome—. Rick me pidió llevarte a un lugar seguro.

—¿Lugar seguro?

—Matt te está buscando, y descubrió que Rick te está escondiendo —habla con toda la calma del mundo—. Tenemos que irnos. Ve por todas tus cosas.

Asiento sin entender lo que está pasando. Me muevo lento, procesando sus palabras. "Matt te está buscando y descubrió que Rick te está escondiendo"… Escondiendo. ¿Por qué Rick me está escondiendo? ¿No se suponía que era un trabajo normal? Tropiezo con la última escalera, y me levanto con prisa antes de ir a mi habitación y guardar cada una de mis cosas. Estoy a nada de terminar cuando lo escucho subir las escaleras y lo veo entrar a donde estoy.

—¿Lista?

Cierro la maleta, alisto mi bolsa de mano y se la entrego. Él me mira, toma mi antebrazo y me jala hasta afuera del cuarto para que baje las escaleras. Lo veo examinar que no haya dejado nada atrás, y me sigue de cerca.

—¿Pasa algo?

—Nada —responde breve—. ¿No dejaste nada?

Niego con la cabeza. Sean deja la maleta en la entrada, se pone a revisar cada centímetro de la casa y suspira, aliviado, lo que me parece aún más extraño. Siento un vacío en mi estómago, y algo me dice que debo avisarle a Rick a dónde me he ido y con quién.

—¿Puedo ir al baño? —pido en una última oportunidad de dejar algo para que Rick sepa a donde he ido.

—Rápido —indica—. Iré a dejar esto y vuelvo.

No espero a que se vaya. Corro al baño, abro las llaves y reviso los cajones para buscar algo con que escribir. Sin éxito, miró dentro de mi bolsa y doy con un lápiz labial. Lo saco tan rápido que se me cae y todo se desbarata en el piso. Me maldigo por ser tan torpe, por hacer tremendo desastre, y tomo un pedazo para escribir Sean en un sitio donde no lo vea. Trato de enjuagar mis manos, limpiar todo rastro de lápiz labial, y salgo de ahí.

Pero Sean no está. Miró a todos lados, incluso me asomó a la puerta, pero solo esta el auto. Regreso a la casa. Doy un paso adentro cuando un fuerte dolor de cabeza me hace caer el suelo.

—¿De verdad creíste que sería tan fácil? —oigo una voz—. La chica es nuestra.

Trato de levantarme, pero el golpe que he recibido me aturde por completo. Todo me da vueltas hasta que Sean aparece en mi campo de visión con un pañuelo en la mano.

—Perdóname, Janeth.

Forcejeo en vano. El aroma a cloroformo invade mis vías respiratorias y caigo en un sueño profundo. Ya no siento nada. Ni sé a donde van a llevarme. Solo puedo pensar en Rick, en lo mucho que va a preocuparse por no encontrarme en casa, y en qué, quizá, no vuelva a verlo.

***

Pido una disculpa por lo cortito del capítulo, pero prefiero darles actualización que seguir postergando más para llenar el capítulo. 

Espero que les guste y se alisten que ya estamos llegando a la recta final del capítulo.

Muchas gracias por todo su apoyo.

Juguemos a que soy tuyaWhere stories live. Discover now