27

4.6K 349 4
                                    

Rick me ha dejado en su habitación, desnuda, con el corazón latiendome con rapidez

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Rick me ha dejado en su habitación, desnuda, con el corazón latiendome con rapidez. Ver su rostro, y escuchar lo duro que es para él que exista algo más allá de un trato profesional entre nosotros me duele. Pero yo tuve la culpa. Yo fui la que me dejé llevar, y le dije "te amo" sin siquiera pensar en el significado de la palabra. En cuánto escucho que baja las escaleras voy directo a mi habitación, para darme una ducha caliente y acostarme a dormir lo que resta de la noche, en un intento de dejar de pensar en lo que ha sucedido.

No duermo mucho, y cuando veo rastros de que ha amanecido me levanto. Me doy una ducha antes de vestirme, y salgo de mi habitación. La casa está en completo silencio, lo que me hace dudar sobre sí Rick está o no en casa. Prefiero quedarme con la duda, y bajo para preparar el desayuno. Voy a la mitad cuando oigo la puerta de la entrada abrirse, y veo a Abby entrar.

—¡Abby! —la llamo, antes de correr a abrazarla—. Lo siento tanto, no debí dejarte ahí.

—Está bien —me relaja—. Además, conseguí lo que querías. Madame me dio una carta con las respuestas que necesitas.

—¿En serio? —Ella asiento y yo vuelvo a abrazarla—. Muchas gracias. Te compensaré, lo juro.

Abby suelta una risa, y me entrega un sobre con la pulcra letra de Madame. Quiero leerla, pero Abby me detiene.

—Rick no lo sabe, mejor guardala antes de que venga.

Trago saliva al escuchar el nombre de Rick, y hago lo que Abby me ha indicado. Dobló la carta a la mitad y la guardo en el bolsillo de mi pantalón. Regreso a la cocina, para enseñarle a Abby lo que estoy preparando hasta que la voz de Rick nos llama.

—¿Qué haces despierta tan temprano? —cuestiona, lo noto algo incómodo.

—No podía dormir —digo—. Y tenía hambre.

—Abby tendrá el día de hoy libre —avisa—. Te quedarás sola lo que resta de la tarde.

—Está bien —hablo.

Quisiera decir que lamento mucho haberle dicho que lo amaba, pero parece que una barrera se ha puesto entre nosotros. Rick hace un gesto, de que subirá a alistarse, y nos deja solas a Abby y a mí.

—Rick me dijo lo que sucedió anoche —murmura Abby, mientras me ayuda a terminar con el desayuno—. ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien —miento, tratando de no parecer sorprendida—. Fue una tontería.

—A él no le parece así —me dice—. ¿De verdad sientes eso?

—No sé —suspiró—. Ha pasado poco tiempo, y está lo de Matt... Sólo me dejé llevar.

—Ve a leer la carta de Madame —me pide—. Rick va a tardar un rato, y ya casi está todo.

Niego con la cabeza. Prefiero hacerlo cuando no haya nadie en casa así, en caso de necesitarlo, puedo ponerme a llorar sin miedo a que alguien me pregunté que es lo que tengo. Además, necesito ponerme a pensar sobre lo que realmente estoy sintiendo.

—Lo haré después —le aviso.

Abby parece entender, y mejor se pone a decirme todo lo que puedo hacer estando sola. Me repite varias veces lo de evitar la habitación de Rick, a lo que sólo respondo con algunas risas. También me ayuda a terminar de preparar algunos alimentos para que pueda comer sin que vaya a quemarme, porque duda de mis habilidades como cocinera.

—¿Entendido? —cuestiona por milésima vez.

—Voy a portarme bien —prometo—. No quiero causar más problemas.

Abby suspira, me mira con algo de pena y se pone a servir el desayuno. Rick baja justo a tiempo para llevarse algo, decirnos que estará trabajando, y se despide sin siquiera acercarse a mí. Trató de disimular lo mucho que me duele que actúe así, pero Abby lo nota y aprieta mi mano en señal de apoyo.

—Ya se le pasará —dice animada—. Sólo lo tomaste por sorpresa.

—Soy una tonta —suelto, y me siento a desayunar.

Cuando terminamos, Abby se despide de mi. La acompaño a la puerta, vuelvo a disculparme por obligarla a ir con Madame y la dejo irse a descansar. Ahora sí que estoy completamente sola, saco la carta de Madame y me pongo a leerla:

"Janeth:

Saber que estás a unos metros de mí, tan expuesta a estos hombres, me ha puesto verdaderamente nerviosa.

Abby, la mujer que mandaste, me explicó lo sucedido, lo que pasa afuera, y teme que los hombres se den cuenta que ella sabe algo sobre ti. Fuiste muy inmadura, Janeth. Entiendo tu preocupación por las demás chicas, y por mí, pero me es más fácil tener todo bajo control sabiendo que estás a salvo con un hombre cómo Rick.

Sé que debí haber sido sincera desde un principio. Decirte lo que pensaba de Matt, los motivos por los que decidí darle una lista antes de dejarte ir por competo, pero estabas muy enamorada, y enojada conmigo. ¿Crees qué no noté cómo te alejabas de mí? ¿La forma en la que me mirabas? Sabía que me odiabas por haberte quitado la oportunidad de salir de la mansión por ser una de mis mejores chicas, y ten muy claro que nunca fue ese el motivo.

Te aleje de Matt porque sabía que ese hombre sólo te haría daño. No te quería para lo que prometía. Eras un trofeo para él. Una chica perfecta para aparentar una relación estable, una vida cómo la de cualquiera. Así que cuando vino a hablar conmigo sobre la boda que haría, vi la oportunidad perfecta, le di una lista bastante sencilla y espere a que me callara la boca. Pero no fue así… Desapareció sin más y tu seguías ahí, esperándolo. Por eso te obligue a aceptar este trabajo, necesitabas salir del letargo en el que estabas, volver a ser la Janeth coqueta que bromeaba con las chicas y dejar de aferrarte al sueño que Matt te había prometido.

Rick es un buen hombre. Lo sé por la investigación que hice y, aunque tiene un pasado oscuro no se ha dejado llevar por eso y ha salido adelante. Hazle caso, Janeth. Y no te arriesgues por respuestas que ya sabes.

Matt te está buscando.

Te aprecia, Madame.

P.D Cuando todo termine, te diré lo que quieres saber."

Releo la carta varias veces hasta que el timbre suena. Lo ignoro, pensando que es un error, hasta que vuelve a sonar un par de veces más. Me levanto, dejo la carta de Madame sobre la cama y bajo a ver quién es.  Cuandi abro la puerta, esperando quizá que sea Abby, me encuentro con un hombre fornido que me sonríe con galantería.

—Janeth, ¿verdad? —Asiento, sin saber que decir—. Soy Sean, necesito que me acompañes.

Juguemos a que soy tuyaWhere stories live. Discover now