Capítulo 38

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- ¿Adónde vamos? - Camila preguntó, pero la policía volteó los ojos y bufo. 

La menor pensó que era mejor quedarse callada, recordando lo que Normani le había aconsejado. A ella le extrañó que el camino de la sala de visitas no haya sido el que tomaron, pero nada dijo, obedeció callada, siguiendo a la policía. El hecho de no haber sido esposada también le llamó la atención, sin embargo, cuando vio una habitación mucho más clara y Allyson al otro lado de las rejas suspiró aliviada. 

La policía le abrió la reja y ella salió, viendo a Ally sonreírle y extender algunas ropas en su dirección.

- ¿La sala de visitas cambió? - Camila preguntó confundida, bajando la vista a lo que Ally le estaba entregando. Ally se rió alegremente y negó con la cabeza. 

-No, tonta, te soltaron. -Ally dijo animadamente, haciendo que Camila abriera la boca y una gran sonrisa siguiera el gesto. 

- ¿Qué? - Ella preguntó, viendo a Ally asentir. La chica saltó repentinamente al cuello de Ally en un abrazo impulsivo, pero pronto se alejó. -Lo siento. - Ella dijo riendo.

- Todo está bien. - Ally respondió amablemente con la sonrisa aún dibujada en su cara. - He traído algo de tu ropa desde que me diste las llaves de tu apartamento para eso. Póntelas, seguramente habrá prensa ahí fuera, me siguen ahora que saben que soy la responsable de tu caso. -Ally dijo y Camila asintió. 

- Sólo tengo que resolver una cosa primero. - Ella dijo antes de alejarse un poco de Ally para pegar la cara en la rejilla. - ¡Hey! - Camila gritó a la policía que se la llevó. - Tengo que recoger mis cosas personales. 

-Tu abogada dijo que no tenía que hacerlo. Ahora que no puedes volver, tienes que venir el día de visita. 

- ¿Qué quieres decir? - Camila se sorprendió. - ¿Ally?

- Fuiste tú quien dijo que no querías tus cosas que tenías aquí cuando salieras. - Ally dijo medio confusa, como si hubiera hecho algo mal. 

- No las quiero, sólo tengo que volver allá. ¿Puedes ayudarme con eso? 

- Por desgracia no. Soy tu abogada. Para visitar a alguien necesitaría pedir el caso. - Ally dijo apenada. 

- ¡Maldición! - Camila susurró bajito. -Ven aquí. - La chica llamó a la policía, que puso cara de pocos amigos, pero se acercó a la reja. - ¿Puedes hacerme un favor? 

- No estoy aquí para eso. - Ella dijo seriamente y Camila bajó el tono de voz, recordando que aquella era una de las chicas que Beatrice compraba, o sea, a ella le gustaba el dinero.

-Te doy dos mil dólares si envías una nota a una persona. -Camila dijo bajito, no dejando que ni Ally escuche. - Y el día de visita volveré y le daré otros dos mil si el mensaje ha sido dado. - La policía abrió los ojos por la cantidad de dinero involucrado y asintió con la cabeza, haciendo sonreír a Camila. 

- Bien. -La mujer contestó y Camila se giro a Ally rápidamente. 

- ¿Puedes conseguirme un bolígrafo, un papel y dos mil dólares? - Ally abrió los ojos y Camila se rió. -El dinero te lo devuelvo en el camino, cuando pasemos por algún banco. Es que no tengo mi tarjeta y sólo tenemos cajeros automáticos cerca. 

- No sé cuál es mi límite de retiro, ya que no tengo todo el dinero que sueles tener, pero, uh, voy a ver... - Ella dijo y Camila asintió agradecida. 

-Voy a cambiarme de ropa rapido y ya vuelvo con su dinero y con la nota. No tardo, no salga de ahí, por favor. - Camila pidió y la mujer asintió, casi explotando de tanto sonreír por la cantidad de dinero que iba a ganar. 

Camila se vistió rápidamente y suspiró delante del pequeño espejo que había en el baño de la parte de fuera de la cárcel. El reflejo la sorprendió por el hecho de que un lugar tan simple no le afectaba más, había aprendido a lidiar con la simplicidad allí, no era antes fuera una engreida o egocéntrica, sin embargo, no podía dejar de fijarse en ciertos detalles.

Su corazón se comprimió al recordar que ni siquiera pudo despedirse bien de Lauren; al recordarse que no dormiría con ella por un largo tiempo, pero ella no estaba bromeando cuando dijo que esperaría por Lauren. Esperaría y nada cambiaría eso. 

Unos minutos fueron suficientes para que Ally volviera con el dinero envuelto en una banda elástica y con una agenda y una pluma. 

- Estás salvando mi vida entera ahora, en serio. -Camila dijo riendo, apoyando la agenda en la parte superior del fregadero antes de empezar a escribir.

"Hey, mi amor, sé que debería estar hablando esto frente a ti, mirando tus preciosos ojos mientras me envuelven en la infinita extensión que es la química que transmites al mirarme. 

No sabía que saldría hoy, lo juro, y como sé que tengo la novia más insegura del mundo cuando se trata de nuestro futuro ( Pausa para risas y un beso imaginario en la punta de tu nariz) decidí escribirte. 

Necesito que sepas que yo voy a morir de nostalgia de tu olor mientras me abrazas, de tus caricias involuntarias por la madrugada y las de las madrugadas, claro ( Ya estoy con nostalgia de esas, si me entiendes. ).

No tuve elección, pero no mentí cuando dije que te esperaría. En la próxima visita, seré la primera en esa fila para verte, y puede que nunca lo haya dicho, pero te amo. Hasta pronto y, en caso de que me extrañes, hay una foto de nosotros debajo de mi almohada. 

Un millón de besos y junto con ellos mando mi corazón." 

La más pequeña releyó la carta y pensó que le faltaban mil millones de cosas por decir, pero por ahora eso podía calmar a Lauren de pensar que la había abandonado. También necesitaba despedirse de Scarlet, Maggie y Dinah, pero eso podría dejarlo para otro día.

- Aquí está. -Camila dijo, entregando la carta a la policía, que agarro el dinero también. -Traigo los otros dos mil el día de visitas. -La mujer asintió y luego se alejó de allí. 

- No sé qué hiciste, pero ¿podemos irnos? - Ally preguntó y Camila rió, asintiendo. -He recaudado tanto dinero para ti por la injusticia que te hicieron, déjame decirte las noticias... 

Mientras tanto la policía iba en dirección a las celdas, buscando a la persona a quien entregaría la carta y cuando la vio en su celda sonrió satisfecha, caminando hasta allí.

-La princesa salió y le dejó una carta a Jauregui. - La mujer dijo, viendo los ojos azules levantarse. 

-Buen trabajo. - La chica respondió, levantando la mano para recoger la carta, pero la policía la sacó. 

- Quiero cuatro mil dólares en mi cuenta, Beatrice, porque ella me ofreció más dinero si la carta es entregada. - Informó. 

- Bien, te lo mandaré. - La mujer volvió a tirar de la mano para esquivar la carta de Beatrice.

-Cuando el dinero caiga yo te doy la carta. Hasta entonces voy a cuidar como oro, después de todo son dos mil dólares. -Beatrice asintió y bufo, pero sonrió. 

- Parece que nuestra líder se va a deprimir y ahí es donde finalmente tomaré mi liderazgo. - Se lo dijo a sí misma tan pronto como la policía salió. Ya tenía un plan, era hora de ponerlo en marcha.

Presa Por Casualidad - Camren [Traducción]Where stories live. Discover now