Danger zone 🐙

102 12 9
                                    

— Sí. Sí, lo sé. ¿De verdad?, no esperaba eso. Oh, cielos. Te lo dije, no se iba a negar. Pero ¿cómo?, apenas tendré tiempo de pasar por la botella. Nah, estará ocupado hoy. Sí lo hice, pero él dijo que no. Basta, él es súper dulce. ¡Hayley!, ¡cuida ese vocabulario!

Brendon hablando por teléfono es... interesante. Lleva cerca de cuarenta minutos hablando con Williams sobre la reunión que han planeado desde hace tiempo y los gestos que hace mientras sigue parloteando son algunas divertidas y otras muy tiernas. Me doy el lujo de cerrar mi laptop para observarlo caminando por la sala, entrando a la cocina y viendo a través de las ventanas puesto que realmente merece mi atención. Honestamente, es un chico muy lindo.

— No, de esas no, no me gustan. Dile que haga lo que sea, pero que no lleve eso. Oh, seguramente se verá preciosa. ¿¡Zac se lo compró!? Ay, qué adorables. Concuerdo contigo, una cita no les vendría mal. — La charla entre esos dos continúa y Brendon decide regresar a la sala y echarse en el sofá justo a un lado mío. Tomó la mano que tiene libre al mismo tiempo que mis ojos se posan sobre él y de tan sólo ver sus labios moviéndose sin cesar siento la necesidad de besarlo. Sin embargo, calla por un instante, me mira y sonríe. — Ah, sí, sigo aquí. Es que Dallon me distrae.

Sonrío por igual. De pronto mi bebé aleja el teléfono de su oreja y presiona un botón que ocasiona que la voz de Hayley llegue también a mis oídos.

— Vamos, Señor Conejo. Estás cordialmente invitado a nuestra fiesta. Siempre hace bien tener a alguien que nos controle. — Ella dice.

— No, gracias. No me gustan las fiestas y tengo trabajo para esta tarde.

— Nada de eso me sorprende. Pero, bueno, al menos considera la idea de pasar un rato antes de irte. No es nada genial dejar a un amigo fuera del círculo.

— ¿Estarán en un círculo?

— Es un decir, Weekes.

— Oh.

— ¿Qué dices?

— Paso.

— Jódete.

— Siempre tan linda, Hayley. — Menciona Urie rodando los ojos.

— Y tu novio siempre tan amargado.

— Sí, y así lo amo.

— Yo también te amo, princesa. — Digo para el pelinegro.

— Ay, no. Ya van a empezar, no. Qué asco. Ya, adiós. Te veo en casa de Taylor, Bren. Si quieres hablar de algo más, puedes llamar, sabes que siempre respondo.

— Por eso eres mi mejor amiga. Hasta luego, muñequita.

Bye! — Inmediatamente, la llamada finaliza y Brendon me mira sonriente.

— ¿Qué? — Pregunto.

— Nada, nada. Es que — Se acerca un poco más hasta que nuestros rostros quedan muy juntos. — de verdad te amo tanto.

— Yo te amo tanto también.

— ¿Tanto como para dedicar una parte de tu tiempo para acompañarme a casa de Taylor?

— Ya dije que no quiero ir.

— Sólo te pido que me dejes ahí. Después puedes irte o lo que sea, pero no quiero llegar solo.

— ¿Y por qué no le dices a Taylor que pase por ti?, él tiene auto.

— ¿Qué clase de novio eres tú? ¿Prefieres que otro me lleve a una fiesta antes que hacerlo tú mismo? Dally, eres increíble y no hablo en un buen sentido, sino literalmente. — Se aparta.

Painting it pink OS •• BrallonWhere stories live. Discover now