I want it right now 👑

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Advertencia: carácter sexual

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— Ya te dije que no, princesa. El cliente va a contactarme por videochat en dos minutos y será una discusión larga, es muy importante hacer esto.

— Dally. — Insisto con mi boca formando un puchero. — Por favor.

— Después, Brendon.

— Me vestí bonito para ti, ¿ves?

En cuanto su mirada se pasea por mi cuerpo de pies a cabeza, adopto una postura forzada para resaltar mis encantos, sobre todo en la parte trasera para llamar su atención y convencerlo. Me decepciono al ver que él se encoje de hombros y regresa su atención a la computadora frente a él, ignorando por completo la imagen de mis piernas al descubierto gracias al lindo short que tengo puesto.

— Te ves tentador, pero este proyecto es más importante.

— Dallon, por favor. Te necesito.

— Shh, ya envió la solicitud del videochat. — Me dice, pretendiendo callarme. Eso sólo hace que me moleste. — Ve a la habitación y espérame, ahí estaré cuando termine con esto.

Acepta la invitación en línea y al instante aparece en la pantalla el rostro de un feo hombre viejo canoso. ¿Por qué mi Dall prefiere hablar de cosas aburridas con ese sujeto antes que venir conmigo a la cama y divertirnos? Esto es indignante. No me voy a quedar de brazos cruzados ni voy a esperarlo, que se joda.

— Buenos días, arquitecto. — Saluda el viejo.

— Buenos días, señor Cowan.

— ¿Cómo está marchando todo?

— Había iniciado bien, pero el equipo se está quejando del tiempo estimado. Creen que en tres semanas no se completará el proyecto y necesitan tanto tiempo como ayuda extra. El problema es que nadie se pudo comunicar antes con usted, pues las complicaciones se visualizaron diez días atrás. Dígame, ¿qué es lo que quiere para su edificación tomando en cuenta lo que le acabo de decir?

«Aburrido», pienso rodando los ojos. Se me ocurre una idea y la aplico al instante. Empiezo acercando un banquillo al lado de Dallon, me siento en éste y evito ser visible ante la cámara que graba a mi sensual novio. Pongo mi mano sobre su muslo, mas no la muevo todavía, pues espero el momento adecuado para hacerlo.

— Sí, es que salí del país por otros asuntos laborales. En cuanto a tu pregunta, lamento decirte que no hay más tiempo. Ya están firmados algunos contratos con los clientes y ellos quieren el espacio en veinticinco días.

— Veinticinco días es muy poco para terminar. Entonces sería conveniente pedir ap-... — Trato de no reír por lo que veo y escucho; el castaño a mi lado tiembla de cuerpo completo y se ve en problemas al querer hablar sin que se le escape un jadeo o algo así. Mi mano masajeando su genitales lo tiene atrapado, lo sé.

— ¿Weekes? — Lo incita su cliente a hablar. — ¿Qué decías?

Dallon me mira mal y yo sólo me encojo de hombros. Sigo tocándolo, ansioso por ver qué hará al respecto. Regresa su atención al videochat.

— Ah, sí. Decía... — Continúa. Cree que tomando mi muñeca y alejándola de él me va a detener. Hasta me hace pensar que no me conoce, lo que me causa gracia. Mi siguiente idea es muy loca, pero apuesto a que también será divertida. Decido hacerlo. Me levanto, él me suelta y voy rápido a la habitación por lo necesario.

Dentro del último cajón están. No quería usarlas antes del acto, pero Dallon no me deja otra opción. Las tomo y regreso a su oficina irradiando alegría y diversión con sólo pensar en mi excelente plan. Cualquier otra persona me golpearía por hacer esto, pero hablamos de Dallon, mi pulpo azul. Él jamás me haría algo como eso, no tiene las agallas para hacerlo. Y yo sólo me aprovecho de ello, qué lindo.

Oculto a mis amigas detrás de mi espalda a medida que camino hacia él. Todavía está hablando con el señor Cowan y parece estar concentrado en el tema que discuten, y eso no es más que perfecto para mí. Distraído, no podrá evitar lo siguiente. Aún fuera del alcance de la cámara, tomo ambas de sus manos y las coloco a sus espaldas. El de ojos azules no dice nada al respecto, así que continúo. Primero una y luego la otra muñeca quedan atrapadas en las esposas con felpa celeste que compré el fin de semana cuando Hayley y yo pasamos por una tienda de lencería. Cabe mencionar que esto no es lo único que compré.

Finalmente se muestra extrañado por lo que hago al punto de dejar de hablar y mirar de un lado a otro. Se da cuenta de que lo esposé y su expresión me hace reír bajo. La persona con la que habla en línea espera a que Dallon vuelva a hablar, pero él no lo hace, supongo que por eso el viejo frunce el ceño y pregunta:

— ¿Está todo en orden, arquitecto?

— No. ¡Sí! — Dice rápidamente Dallon todavía tratando de zafarse de las fuertes esposas. Me alejo un poco y le sonrió dulcemente. Él sólo me ignora, pero no será por mucho. — Es que lo pensé bien. Un equipo nuevo de obreros con mayor experiencia y eficacia estaría bien, sean pocos o no, no importa, necesitamos sólo un poco más de ayuda.

— ¿Diez hombres más suenan bien?

— Bastante bien. Veinte brazos más trabajando sería adecuado. Además, hablé con los ingenieros y ellos no... — Lo sabía; no le preocupa que me arrodille cerca de él, no hasta que bajo la bragueta de su pantalón y meto mi mano en su zona privada. Sé perfectamente que le vuelve loco cuando acaricio sobre la tela de su ropa interior, con esto no hay duda de que me hará caso y terminará su conversación de trabajo. — ... ellos no tendrán... problemas... — Qué tierno me parece que quiera luchar contra esto cuando sabe que no ganará. — No tendrán problemas, mh, al dirigir a más de los que ya... tienen.

— Uh, sí, me alegra. — Aguanto la risa. El señor Cowan se oye tan confundido. Me gustaría enfocar la cámara a lo que está pasando bajo la cintura de Weekes, pero eso sería demasiado, lo sé. Mi hombre podría perder este trabajo por el cual se ha estado esforzando desde hace siete semanas. — Ahora, el presupuesto.

— Los materiales también se están ah-acabando. — Levanto un poco la mirada. Dallon está sonrojado, mucho. Me encanta. Prosigo con lo mío, bajando por completo las prendas que cubren su miembro. Me hace sentir orgulloso ver que logré causarle una erección. Baja la mirada hacia mí y me susurra con súplica: — Mi amor... por favor.

— Decide. — Susurro por igual.

Aquel castaño sólo niega y regresa la mirada —que es casi de impotencia— al monitor.

— Una cuarta parte más sería conve-... conveniente. Mh-Me aseguraré de que se tome lo mínimo posible de eso... Cielos, Bren... — Lo logré. Bastaron un par de caricias sobre su centro desnudo para elevarlo a las nubes y hacerlo olvidar su sitio en la Tierra. Cierra los ojos un momento, disfrutando de mi mano sobre su piel. Me encuentro tranquilo arrodillado en el suelo, mi brazo sobre su muslo y mi barbilla apoyada en éste. La mano con la que hago mi trabajo es ágil, tengo bastante experiencia. Conozco bien a Dally, sé lo que le gusta y lo que lo debilita. Espero que esto sirva para que sepa que a mí no me puede dejar para después. — Me siento mal, señor. En dos horas lo vuelvo a llamar.

Dejo lo que hago, me levanto y corto el videochat por él ya que sigue esposado. Mantengo una imborrable sonrisa en mi rostro al darme cuenta de que gané, ahora tengo toda la atención de mi novio. Estoy tan contento.

Dallon se levanta de la silla y le ayudo a subir al menos sus interiores para que pueda caminar bien. Lo tomo del cuello de la camisa y lo beso, él corresponde. Camino de espaldas, halándolo de la camisa todavía para hacerlo avanzar conmigo fuera de la oficina. Llegamos al pie de las escaleras, me separo del beso e inmediatamente me colocó detrás de él sólo por precaución si es que llega a dar un traspié o algo así. Al llegar a la habitación, busco la llave de las esposas y con ella en mis manos liberó a mi pulpo azul. Desesperado por hacer algo cuando sus manos están disponibles, me toma de los muslos levantándome y se sienta en la cama conmigo sobre él.

Así damos inicio a otro beso húmedo y a nuestra noche de amor.



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Sin smut porque este no es un libro de smut, duh

Btw, "Cowan" es un apellido que me encontré por ahí en Google xd

Painting it pink OS •• BrallonWhere stories live. Discover now