K I R A | Crepusculo

→Five

Miedo, el mismo que él había sentido cuando llamo desde Brasil, la cosa más espeluznante y asfixiante que en su vida había experimentado. La rabia, la impotencia, el querer proteger a su amor y no poder hacerlo, las ganas de poner a Kira en una caja de cristal para que nada la lastimara. El un hombre que había nacido cuando las mujeres eran tratadas como adornos bonitos que necesitaban de cuidados y mimos, ese hombre que había sido algún día protestaba le gritaba que protegiera a Kira que la apartara del peligro.

¿Pero que podía hacer el ante las fuerzas divinas de un dios? Para ellos era solo un simple humano con el don de la inmortalidad, ¿Cómo podía el proteger a Kira si con un solo golpe de aquellas creaturas él se convertiría en polvo?

— ¡Que los persiguen más monstros mitológicos de lo normal! — Exclamo Rosalie sorprendida del hecho de que para los semidioses el ser perseguidos para ser asesinados era un acontecimiento normal como lo era la lluvia — ¡Es para ustedes eso normal!

Si, ese era el motivo de preocupación de Edward perseguían a su Solecito y él estaba de brazos cruzados sin tener el poder de hacer algo por Kira. Querer protegerla y no poder hacerlo.

—Nuestra vida es así — Dijo Morgan mientras curaba a su hermana, su mellizo era alguien muy protector no dejo que ninguno de los chupasangre se le acercaran. Haber dejado que le curaran las heridas habría sido como pedirle a un halcón que dejara vivir a su presa — Peligroso, es algo con lo que aprendimos a vivir.

Esme suspiro, ella como madre que fue y es habría protegido a sus hijos con capa y espada hubiera dado su vida por el ser quien llevo en su vientre y protegió con mimos. Carlisle la abrazo, como si el doctor hubiera percibido el hilo de sus pensamientos.

—Por eso están juntos — Murmuro Jasper sin respirar, la sangre de Maureen lo llamaba como abeja a la miel. Ese olor a sal de mar, la brisa fresca del océano, y a flor lo volvía loco — para luchar juntos.

Maureen gruño antes de insultar a su hermano en griego, Morgan sonrió por ello — ¡Huy hermana, cuida tu vocabulario!

Alice sonrió divertida pero preocupada, una guerra se acercaba y ahora Kira era un poco de luz en la oscuridad para los monstros. Algo que llama mucho la atención.

—Quizás lo mejor es que se vayan de este pueblo — Murmuro Morgan mientras le pasaba a su hermana una botella de tequila, no le habían inyectado anestesia porque el metabolismo de un semidiós era demasiado rápido, ni siquiera con morfina hubieran podido hacer que Maureen dejara de sentir dolor — Ya han estado más del tiempo debido en este pueblo.

Edward se tensó, ¿iba a perderla? ¿Se iría como él había hecho? el hecho de perderla hacia que le doliera el corazón, tanto tiempo buscándola, tanto tiempo estando muerto sin sentir amor ese amor que te cala en los huesos, ese tipo de amor que te hacia querer a la otra persona bien, verla feliz, el amor que te hacia contemplar sus sonrisas como joyas invaluables. El amor que te hacia ver sus lágrimas como tuyas porque su tristeza era la suya. Su felicidad era también la tuya.