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La vida era algo inesperada, un segundo estas disfrutando de la calidez de una familia unida y al otro el integrante más importante de tu familia muere por un estúpido alcohólico que había excedido los límites de velocidad

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La vida era algo inesperada, un segundo estas disfrutando de la calidez de una familia unida y al otro el integrante más importante de tu familia muere por un estúpido alcohólico que había excedido los límites de velocidad. Las desgracias siempre me perseguirían siempre lo habían hecho ¿Qué las detendrían ahora? Ser lo que soy tenía un precio demasiado elevado para que una adolescente como yo cargara con ello pera la vida jamás era justa. Les daba a los más inocentes las más oscuras y tenebrosas de las existencias. Me dio a mí la más dura de las lecciones.

Jamás sabes cuando pierdes lo más amado que habías poseído, no solo para los humanos los semidioses como yo llevaban en su espalda la más pesada de las cargar. Los libros y diferentes películas de héroes tenían razón. El poder conllevaba una gran carga, lo único que falto agregarle fue que tenías que cargar con la muerte de tu familia.

El día que murió mi madre me entere que ella tenía un hermano que era Sheriff en Forks el pueblo natal de mi madre. Tendría que mudarme, eso seria difícil pues por lo que la carta de despedida que había dejado mi madre para mi decía que mi Tío Charlie no sabía de la existencia de los dioses aquello seres inmortales que se divertían con los mortales cuanto tiempo se les antojara lo único relativamente bueno es que eran muy poco estériles. Sus condiciones de dioses no les permitían tener una alta fertilidad, por lo que había leído en un libro que me había prestado el hijo de Atenea. Los dioses por su estado de inmortalidad tenían muy pocas posibilidades de engendrar, por ello eran escasos los semidioses. Porque aún que lo intentaran billones de veces...y no dijo que lo hayan dejado de intentar solo una mortal quedaba embarazada y eso si sobrevive al parto muchos de los semidioses había muerto al momento de nacer

Por ello éramos cuidados como bendiciones desde bebes hasta que cumplías la edad suficiente como para defenderte tu sola, desde que cumplimos los 6 años éramos sometidos a duros entrenamientos de combate con Ares o algún otro guerrero de nuestros padres. Reitero la vida de un semidiós era muy peligrosa, moustros y enemigos de tu padre divino era lo que te heredaba la sangre de un dios corriendo por tus venas.

Así que mudarse era demasiado peligroso tanto como para quien me vaya a cuidar como para mí, pero eran los últimos deseos de mi madre los cumpliré por qué fue lo que ella quería y no pienso defraudarla. No de nuevo.

Los arboles y las diferentes calles de este pequeño pero acogedor pueblo era lo que mis ojos veían de una forma pensativa. Observaba el pasar de las cosas que estaban afuera del cálido coche sin realmente ver, era ese momento en donde tu mente se pierde en un trance de tranquilidad y paz. Donde no existía el dolor ni la tristeza

—Tu madre era una gran mujer Kira — Comento Charlie con incomodidad y dolor, debió haber querido demasiado a mi madre. Como no hacerlo si ellos eran hermanos — Ella...

—Hubiera querido que siguiera con mi vida— termine por él, aquello lo había escuchado demasiado de personas que supuestamente habían sentido el dolor de perder a mi madre — Ya he escuchado eso, no es necesario que me lo repitas

— Yo solo...

—Querías reconfortarme con palabras de aliento — adivine eso también lo había escuchado, me gire para verlo a los ojos. Aquel color castaño tan parecidos a los de mi madre — Todos lo hicieron Charlie, trataron de animarme. No lo lograron

—No te vi llorar Kira — Murmuro — Tienes que sacar todo ese dolor, guardarlo no te hará bien.

—Deshacerme de ello tampoco— Había leído que el dolor te hacia humano, tal vez el desear haber sido humana se había cumplido de una forma retorcida. —Sabré sobrellevar mi dolor tío, pero lo hare sola

—De acuerdo...

No hablamos durante todo el camino, apenas lo conocía no confiaría en el aunque toda su persona destilara amabilidad. Mi padre me había dicho que los peores demonios eran tan bellos como un ángel.

Me concentre en aquel clima nubloso de Forks, este pequeño estado de Washington era una tortura para mí. El sol era como mi oxigeno la única cosa en este planeta que podía hacerme sentir en paz, aquella calidez que te rodeaba y te hacía sentir acogido como si estuvieras en casa.

No eso ya no existía para mí.

—Ya vamos a llegar — Aviso Charlie — Solo falta diez minutos

Asentí levemente, ¿Qué más daba? Nunca había tenido un hogar fijo las constantes mudanzas lo impedían. Lo único que había hecho más llevadero aquella vida era mi madre

Pero ella también se había ido

—­Tu madre me dijo que te justaba la música y todo tipo de arte — Dijo Charlie tratando de desvanecer aquel ambiente incomodo que se había formado entre nosotros. — ¿Es cierto?

—La música corre por mi venas tío — confirme. No era del todo mentira amaba cantar y dibujar, pintar con caballete y pinceles el olor de pintura acrílica o de aleo me relajaba. Toda tención desaparecía cuando solo estaba un lienzo y yo — Es como respirar

—Mmm...Bueno eso es genial — Murmuro — las artes son buenas para ti

—Son como el aire — Susurre melancólica. No había pintado desde la muerte de mi madre — Sin ella poco a poco mueres en una agonía silenciosa, no puedes gritar o pedir ayuda tan solo te desvaneces

—Vaya eso es...

—Muy intenso — Afirme, pero eso era la verdad la música la escritura cualquier arte era como un halo de luz en este túnel lleno de oscuridad. La pintura era para mí lo que el océano significaba para los hijos de Poseidón — Lo sé...Pero es como se siente

El auto se detuvo frente a una casa de pintura desgastada y de colores opacos, al parecer ese sería mi hogar desde ahora en adelante. Mientras cumplía la edad suficiente como para ser considerada adulta.

—Bueno pues ya llegamos — Dijo Charlie con una sonrisa — Este será tu nuevo hogar

Suspire el aire frió que se encontraba en el auto a pesar de tener calefacción, mire a los ojos al hermano de mi madre eran tan parecidos y tan diferentes a la vez mi madre era extrovertida y Charlie...Bueno era Charlie

Le sonreí levemente para luego bajar del auto de policía junto a las pocas cosas que había traído conmigo. Charlie me ayudo a bajarlas, tan solo eran dos maletas. No tenía muchas cosas, no eran necesarias al viajar mucho era complicado llevar muchas cosas contigo así que llevabas solo lo esencial

Entramos a la casa, no me pareció impresionante era una simple casa de los suburbios. Lo que no me importaba me daba igual las cosas materiales iban y venían era algo de lo que no me preocupa mucho, Charlie se apresuro a mostrarme mi habitación pues tenía trabajo. Me dejo sola en aquella habitación que tan solo tenía un escritorio, la cama y el closet.

Este era un lugar desconocido, una cama desconocida, un tío desconocido. Me estaba adentrando a un hogar donde no podía ser yo misma, estaba enfrentando sola esta nueva vida

Siempre habíamos sido mi madre y yo contra moustros personas exasperantes y múltiples huidas de lugares recónditos, ya no éramos mi madre y yo. Pues la pieza principal de aquel dúo se había marchado dejando un hueco en mi corazón que jamás será llenado

Estaba sola.

Solté la bolsa que cargaba y me recargue en la puerta poco a poco me fui deslizando hacia el suelo, con lagrimas empañando mi vista. Por primera vez desde la muerte de mi madre había llorado. 

K I R A | CrepusculoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon