24

632 61 15
                                    

Don't stop party de Pitbull sonaba por los inmensos gigantes en toda la casa.

Hace una hora que Millid bailaba con Sadie, quien le obligó a ir a mover un poco las caderas.

Cuando un chico, llegó por detrás y tomó de la cintura a la pelirroja, Mills se marchó, no era una bonita escena debido a que, el trasero de su amiga se movía contra el sistema reproductor masculino del chico.

Pidió un refresco, y se sentó en la barra al lado de una chica que estaba muy al descubierto, los chicos pasaban y le silbaban además de gritarles algunas cosas, ella parecía ignorarlos aunque algunas veces, les gritaba en respuesta cosas como: "Imbéciles." o "Ve a gritarle a tu madre."

Desvió su vista de ella, quien miraba su celular, y la elevó para mirar a su amiga besar a ese chico. Un chico pasó sus brazos por los hombros de la castaña y los juntó delante de su cuello, después besó su cabellera. Por un momento, pensó que era Finn pero, al mirar sus brazos supo que no era él...

Se alejó de aquella persona, y cuando giró para mandarlo al diablo se encontró con Noah, quien tenía una sonrisa torcida en su rostro. Sintió una chaqueta cubrir sus hombros, y también como unas se apoyaban en estos. Sabía que era él, y no soportaba tenerlo cerca, podía ser bueno hablar con él un minuto, dos o hasta cinco pero luego de eso, a Millie no le parecía genial. Era el tipo de chico que quería evitar, y cada vez le costaba más.

—No la necesito. —Se la estaba por sacar cuando Noah la detuvo, negando con la cabeza. Sacó sus manos de sus hombros, y Millie se deshizo de la chaqueta.

—A ver, Schnapp, arreglemos esto: No te quiero cerca, ¿ok? —Sonrió, nunca pensó que estaba siendo tan mala como la gente lo era con ella. —Me refiero a que, no tienes porque acercarte a mí, yo soy una molestia para todas las personas, no quiero serlo para ti, ¿entiendes? —Se dio media vuelta, sin dejarle responder pero, él si le respondió. Realmente le gustaba esta chica.

—No quiero estar lejos de ti... Me siento una mierda por haberte hecho todo lo que te hice, y cuando trato de acercarme, me tratas mal, lo entiendo y lo merezco pero... duele. —Dijo, y Millie solo se quedó parada en seco.

No le gustaba que se lo hicieran a ella pero, ella lo hacía pero, no tenía la intención de lastimar era solo que, el dolor, las marcas estaban totalmente aferradas a su corazón que no podía confiar en aquellas personas que alguna vez, le lastimaron.

—Lo siento, lo siento... Pero, no es fácil olvidar ¿sabes? Yo no puedo olvidar cada palabra, cada insulto, cada golpe por más que no fuera físico. —Sus ojos empezaron a brillar, ardían. No iba a llorar, no, no iba a hacerlo. —Lamento que tenga que hablarte de esta manera, pero es el mejor modo que tengo, no soy sensible con las personas que me dejaron completamente desgarrada por dentro... —Hizo una mueca con la boca, y el aire sopló fuerte.

Empezó a hacer frío de repente, y cuando una lágrima amenazó con salir, la castaña ya se encontraba entre los cálidos brazos del castaño. Eso necesitaba, un abrazo por más que fuera de una persona que ahora desconocía totalmente.

(...)

No estaba lloviendo pero, al mirar el clima te dabas cuenta de que en cualquier momento, llovería. Millie y Noah caminaron alrededor de toda la casa, escuchando la música que provenía desde adentro.

Sadie los había encontrado, y cuando vio a su amiga con el chico, le agarró desesperación, y corrió hacia donde ellos. Le había dicho que la soltase, pero Millie le dijo que estaba bien... Luego, volvió a entrar a la casa donde se desarrollaba la gran fiesta.

— ¿No quieres ir a dentro? Sé que eres de esos chicos que les gusta bailar.

— ¿Vienes conmigo? La castaña negó con la cabeza.

—Me siento totalmente ridícula así como estoy vestida, y no quiero ir allí adentro para que todos me vean por más que capaz no lo hagan... —Sonrió, y siguió caminando hasta que se apoyó contra un árbol para sacarse los zapatos de taco alto.

—Ahora te ves mucho más pequeña. — El castaño se acercó donde ella, y la acorraló contra el árbol. —No te ves ridícula, estas completamente hermosa. —Dijo esto en un susurro.

Sus labios casi rozaban, y cuando Noah tomó impulso, Millir agachó la cabeza. Él entendió eso, y repitió el acto de la castaña. Se alejó un poco, y entre un silencio que resultó ser incómodo siguieron caminando, sus manos chocaban, y Noah tuvo que aguantarse para no tomarla.

Inmerse in the dark | NillieWhere stories live. Discover now