Elecciones peligrosas

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Un suave aroma... su consciencia apenas y era capaz de reconocerlo, antes de acostumbrarse del todo a este.

Su tacto, el leve cosquilleo en su nariz que de vez en cuando sacaba una pequeña sonrisa inconsciente, solo podía apegarse más conforme la comodidad no podía haber llegado a un punto más alto.

Una vez que su vitalidad finalmente se recompuso por completo, aquel joven no tardó en volver a abrir sus ojos de manera lenta y descansada, antes de exaltarse de manera muy leve e imperceptible, una vez que notara aquel inigualable pelaje amarillento que solo "ella" podía tener.

El rostro de Takeshi no se inmutaba, ni siquiera intentaba moverse o hacer algo que revelara el que se encontraba despierto; su rostro lentamente empezaba a adoptar facciones más decaídas, conforme ni siquiera sabía "qué" hacer tras todo lo ocurrido.

Se detestaba... aquel "primer momento", aquel que debía ser especial, solo por su impulso e inmadurez terminó arruinándolo de la peor manera posible. Takeshi solo pudo cerrar sus ojos y fruncir el ceño con fastidio al no saber cómo siquiera podría volver a mirar a Sayuri de la misma manera.

Sé que estás despierto... —Unas simples palabras... solo aquellas fueron suficientes para dejar a Takeshi completamente vulnerable, antes de que el mismo incluso terminara por bajar un poco más su cabeza ante la vergüenza; mientras que Sayuri no dejaba de apoyar su mentón sobre el cabello del Kurogane.

Pasaron pocos segundos de silencio; sin embargo, estos parecían eternos bajo la perspectiva del Kurogane, a la par que el mismo no sabía cómo reaccionar, mientras que, en el rostro de la Delphox, una tenue pena no tardó en mostrarse.

Supongo que ya no hay más secretos... —Fueron las siguientes palabras en escucharse por parte de Sayuri, mientras que Takeshi seguía permaneciendo en silencio, volviendo a pasar varios segundos, antes de que el propio Kurogane se exaltara de manera leve, luego de que Sayuri comenzara a sujetar con mayor necesidad su cabeza, resaltando sus ahora más temblorosas manos.

Tengo mucho miedo —Aquellas palabras finalmente fueron las necesarias para que Takeshi abriera un poco más sus ojos luego de ello, conforme Sayuri comenzaba a hablar nuevamente —Temo ser la que termine causando algo peor... temo que por mi culpa te molesten o te humillen —Takeshi, aún en posición fetal y resguardado por el torso de Sayuri, únicamente pudo apretar de manera leve sus manos en el pelaje de la pokémon tras escuchar aquellas palabras, no siendo percibido por la propia Delphox.

Y aún así no te culpo por no querer hablarme —Las palabras de Sayuri se enterraban en lo más profundo de Takeshi, conforme la mirada de aquel joven lentamente comenzaba a entrecerrarse con desánimo —Ya no sé qué es lo que te lleva a actuar así, ¡¿Por qué me quieres?! —La voz de Sayuri empezaba a quebrarse lentamente, conforme su voz comenzaba a demostrar una pena antiguamente contenida —Solo te he hecho cargar con todo lo que he causado, por mi culpa casi mueres, te preocupé hasta el punto de pensar que algo me pasaría si seguía contigo; no soy una humana que te pueda dar una vida normal o una familia, entonces ¡¿Por qué?! —La voz de Sayuri comenzaba a demostrar fastidio mezclado con culpa —¿Es por mi cuerpo? ¿Por qué soy una pokémon? ¿Es por culpa? —Sayuri finalmente decía lo que hace tiempo cargaba desde la noche pasada; la pokémon únicamente pudo mantenerse con sus ojos completamente cerrados, a la par que la misma intentaba no derramar lágrimas ante el miedo de escuchar que Takeshi afirmara alguna de las últimas preguntas que había dado, mientras que en el rostro del Kurogane únicamente una profunda seriedad se reflejaba.

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Eterna Voluntad: Los nuevos portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora