Eterna Voluntad: Los nuevos portadores

Derrota y perseverancia

El día comenzaba con el estruendo de sus puñetazos. La tranquilidad durante aquella hermosa mañana de primavera se quebraba de manera leve con los jadeos de aquel Lucario, a la par que este, peleando contra su abuelo nuevamente durante su entrenamiento, únicamente demostraba la ira en su mirada.

No se detenía, el pokémon únicamente instó a lanzar constantes y fuertes puñetazos a la cara de Takeru, mientras que este, protegiéndose con su antebrazo derecho, únicamente se mantenía con rostro serio y sereno, sin mayor complicación de contener los golpes de su nieto.

Sin embargo, solo hizo falta que Takeru moviera de manera leve su mano un par de centímetros hacia la izquierda, para que el puño de Ryo terminara por resbalarse, siendo tal la potencia con la que había sido lanzado, que el joven Lucario terminó por abalanzarse sin querer sobre Takeru, perdiendo el equilibrio con facilidad.

Y recibir un poderoso rodillazo por parte de Takeru en su hígado como respuesta, para luego deformar por completo su rostro con un último puñetazo en su mejilla.

El golpe fue en dirección hacia el suelo... el cuerpo de Ryo terminó a los pies de Takeru tras ello, a la par que su rostro terminó por azotar y rebotar sobre la tierra tras los tratos extremadamente violentos de su abuelo, en comparación a los golpes que tiempo atrás le había dado en otros entrenamientos.

Ryo simplemente tosía con intensidad, al mismo tiempo que su ira mezclada con el pertinente dolor solo daban como resultado una impotente mirada, conforme este intentaba volver a levantarse, pero solo dejando ver cómo sus temblorosos brazos y piernas apenas y eran capaces de levantar su cuerpo unos cuantos centímetros del suelo.

-Aún eres demasiado inmaduro para poder controlar tu ira mientras peleas -Takeru empezaba a hablar de manera dictatorial y brusca, mientras que Ryo seguía jadeando ante la consecuencia de los golpes recibidos -La ira únicamente causa distracción... y si te dejas controlar por ella, no me extrañaría que volviera a pasar lo que ocurrió en tu colegio -Takeru no se detenía en sus penetrantes palabras, sin embargo, este apenas y alcanzó a fruncir el ceño con molestia...

.

.

.

Una vez que Ryo intentó encestar una esfera aural directo a su cara, tras impulsarse con su mano libre hacia su abuelo.

.

.

.

Solo un pie enterrado en su mejilla, junto con un ágil sujetar de Takeru hacia la muñeca de la mano con la que Ryo había creado la esfera aural fue suficiente como para volver a dejarlo fuera de combate, y hacer que Takeru, tirando del brazo de su nieto al mismo tiempo que pisaba y mantenía la cara de Ryo contra el suelo, únicamente terminara por hacer una llave en la muñeca del Lucario, generando el mayor dolor posible al mismo con ello.

-La ira termina consumiéndote... y lo único que causará es que termines por intentar cometer estupideces con los que te quieren -Takeru únicamente doblaba apenas y unos cuantos milímetros la muñeca de Ryo, causando únicamente agobiantes gritos de dolor en este como respuesta.

Antes de que finalmente Takeru decidiera soltar su mano y sacar su pie de su cara tras ello.

-El entrenamiento terminó... más te vale empezar a aceptar lo de Sayuri, porque dudo que seas capaz de aprender algo en esa condición -Fueron las últimas palabras dadas por Takeru, antes de que un aún molesto Ryo, apenas capaz de moverse, levantara de manera temblorosa su rostro.

-"¿L-Lo sabías?" -Preguntó entre quejidos, con la ira y ahora vergüenza mezclada en su mirada, mientras que Takeru simplemente empezaba a girarse de manera leve hacia su nieto luego de ello.