Don't leave me please || Ziam Palik

19

Zayn despertó muy temprano aquel día, ni siquiera pudo dormir bien. A su mente solo venía el hermoso rostro de Liam y sus carnosos labios, tenía que besarlo. Solo quería hacerlo para saber que sentía por él, obvio. Y tal vez si eso no funcionaba, ellos deberían tener relaciones sexuales, ¿no es así? Ya saben, para ordenar bien sus sentimientos y esas cosas.

Estaba en el baño terminando de recortar algunos bellos desaliñados de su barba, no quería quitarla por completo, y por supuesto que eso no tenía nada que ver con el hecho de que cierto castaño le haya dicho que lucía sexy con ella, no, para nada, solo quería dejarla y acomodarla porque le gustaba verse bien.

Lavó su cara y pasó una toalla para quitar cualquier bello o resto de espuma de afeitar que haya quedado. Respiró profundo mirándose al espejo y se dijo:
—Bien, hoy es el día. Bésalo y aclara tu mente, Malik, basta de tonterías de adolescentes. El divorcio es algo serio, debo dejar de tomarlo tan a la ligera —volvió a mojar su rostro y después de secarlo fue hacia la cocina.

Preparó un té, estaba más nervioso que nunca. ¿Cómo haría que Liam le diera un beso o lo dejara besarle? ¿O ambos lo harían? ¿Y si seguía enojado por lo de la última salida? Tal vez solo se lo debería robar. Sì, eso haría, le robaría un beso a Liam.

—Más vale que esto funcione, porque si no me dará un paro cardíaco —dijo tomando todo el contenido de su taza.

Miró el reloj de la pared, apenas faltaban quince para las cinco y él ya estaba listo físicamente hablando. No quería esperar más, tomó sus llaves y salió.

Fue a casa de los Styles para recoger a Liam, sabía que eso no era lo que habían acordado, pero no pudo evitarlo, tenía muchas ganas de verlo. Tocó el timbre dos veces y esperó.

Liam bajó rápido las escaleras y seguido de un «¡Ya voy!» abrío la puerta.
—Zayn, ¿qué haces aquí? —miró su reloj, tal vez él no se había fijado bien en la hora—. Aún faltan diez minutos. Además dijimos que nos veríamos afuera del hotel.

—Lo sé, es solo que estaba muy ansioso por verte, y bueno... heme aquí —dijo levatando ambos brazos—. Espero que no te moleste —rascó su nuca aún nervioso.

—No, para nada. De cualquier forma ya estoy listo, podemos irnos ahora.

—¡Fantástico! —sonrió, y extendió su mano para que Liam la tomara, cosa que este hizo al instante entrelazando sus dedos.

Caminaron al rededor de veinte minutos por el cerro, pero no les importó, tenían una plática bastante buena como para preocuparse por cuanto tiempo llevaban caminando.

—Llegamos —anunció el castaño sonriendo—. ¿Recuerdas este lu...

—El bosque de nuestro primer beso —interrumpió asombrado.

—El mismo —afirmó sonriente.

—No me lo vas a creer, pero hace unos días, tal vez semanas, no estoy seguro... El caso es que soñé con este mismo bosque y con nuestro primer beso.

—¿En serio? —preguntó incrédulo.

—Sí, aunque luego se volvió muy extraño —sacudió su cabeza levemente para borrar aquel sueño de su mente—. Como sea, recuerdo este día perfectamente.

—Yo igual lo hago. Fue el 23 de noviembre del 2004.

—De los mejores días de mi vida —confesó.

—El mejor beso que me diste.

—¿De qué hablas? Te dí muchos besos igual o mejores que ese.

—Tal vez, pero ese fue mi primer beso, y fue muy lindo. Siempre atesoraré ese momento con mucho cariño —el moreno sonrió por ello—. Tu sonrisa es hermosa.