Capitulo 40

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POV Poncho

Han pasado un mes y medio desde que Diana me dio la noticia desde que estaba embarazada y también desde la última vez que alguien supo algo de Any. Ya era un hecho que alguien más le había dado la noticia de mi inminente paternidad y no pasaba un día que no maldijera que no pudiera habérselo dicho yo mismo. Por más que le marcara al celular nada más nunca entraban las llamadas y por mas mensajes que le mandara nunca me contestaba. Nadie sabía dónde estaba y yo ya estaba más que desesperado ya que sentía una urgencia por hablar con ella para decirle no solo lo de mi paternidad en persona sino también para decirle que a pesar de ese hecho no tenía intención de quedarme alado de Diana más de lo necesario. Había decidido que me divorciaría ya que un hijo no tenía por qué atarme alado de Diana menos en el siglo en el que vivíamos. Daria la vida por mi hijo a pesar que todavía no lo conocía, pero no por eso me iba a sacrificar quedándome con una mujer con la cual no amaba y dejar escapar una vez más a la que sí. Cada tanto le llamaba a Em para saber si acaso ella había tenido algún tipo de noticia de Any y aunque estaba seguro que a ella en si no le había dicho nada una parte de mi sabía que el novio de mi hermanita si sabía algo. No culpaba a Any por no querer comunicarse conmigo o en todo caso con alguien relacionado conmigo, pero a la vez sentía una frustración saber que si se comunicaba con el novio de mi hermana y que él no estuviera dispuesto a decirnos absolutamente nada al respecto. Aparte de eso también había notado que el tarado de Gonzalo tampoco había hecho acto de presencia que yo supiera preguntando por Any. Al pensar que cabía la posibilidad que el supiera donde estaba ella y no solo eso, sino que además el pudiera verla mientras yo me tenía que quedar con la incertidumbre sentía que la rabia y los celos me carcomían por dentro. Any nunca me había prometido que terminaría las cosas con él y además ahora que sabía que iba a ser papa cabía la posibilidad que al final decidiera que estaba mejor a su lado y olvidarse de mi por completo. Eso explicaría porque no me ha contestado ni un mensaje y tampoco se dignaba a decirme tan siquiera si estaba viva. Por otro lado, estaba la situación con Diana que cada día que pasaba sentía que me superaba. Si antes pensaba que era empalagosa ahora lo era mil veces más. A cada rato me llamaba pidiéndome algún "antojo" o cuando estaba en la casa trataba de estar siempre pegada a mi así que como solución a veces tenía que apagar el teléfono y quedarme hasta tarde en la oficina para poder evitarla. No es que no quisiera estar involucrado en el proceso del embarazo, pero una gran parte de mí se sentía incómodo estando a su lado sabiendo que me iba a terminar divorciando de ella y no quería que ella tuviera la impresión equivocada. Aparte mis papas y la mama de Diana siempre estaban revoloteando a nuestro alrededor alegando que ya teníamos que comenzar a arreglar todo para la llegada del bebe. Diana parecía muy entusiasmada, pero yo solo sentía una opresión en el pecho. Antes no me había detenido a pensarlo, pero ahora me caía el veinte que si no fuera por el accidente de Any ahorita ella y yo tendríamos una hermosa princesa o hermoso príncipe de unos tres o cuatro años corriendo a nuestro alrededor y mi relación con Any sería muy diferente. Una parte de mi deseaba que en estos momentos fuera Any la que estuviera embarazada con mi bebe y podía jurar que en esas circunstancias las cosas serían muy diferentes. No me despegaría de ella ni un solo momento con tal de no perderme absolutamente nada. Suspiro pesando pasándome las manos por la cara y me froto un poco la barbilla en frustración. Esos tipos de pensamientos no me llevaban a nada bueno solo ayudaban a que me hundiera mas en mi infierno personal. Veo la hora y maldigo saliendo apresuradamente por la puerta. Tenía el tiempo justo para ir por la tiendo y comprar el regalo que le tenía preparado a mi hermanita. En poco tiempo seria su cumpleaños y quería asegurarme que fuera el día más feliz ya que ella se lo merecía después de todo lo que me ha ayudado. Le había prometido a su novio que me reuniría con él para ayudarlo con la sorpresa que le tenía preparada y no quería que se llevara la mala impresión o que tuviera una razón más por la cual odiarme. Al parecer él iba a estar mucho tiempo en mi vida así que era mejor que los dos nos comenzáramos a llevar al menos civilizadamente por el bien de mi hermanita. Subiendo al coche arranco y me dirijo a la dirección que me había pedido que me reuniera con el esperando y rezando que todo fuera bien y no me diera una razón para partirle la cara. Eso sí que no me perdonaría mi hermanita y seguro hasta ella me partería el trasero de regreso.

Donde Fuego Hubo...Where stories live. Discover now