Capitulo 20

877 60 6
                                    

POV Poncho

En cuanto llegamos a la habitación cierro la puerta y le sonrió sensualmente mientras miles de pensamientos pervertidos pasan por mi mente. Sonrió satisfecho al ver que ella se quedaba quieta esperando a que le diera alguna orden. Me acerco sintiendo como mi erección crece rápidamente presionando contra mi pantalón marcándose claramente y veo como ella también lo nota y traga antes de levantar su mirada hacia mi antes de bajarla rápidamente.

Poncho: ahora si gatita vuelves ser completamente mía. No quiero escuchar...no ni siquiera quiero que pienses en algún otro hombre mientras estés conmigo le digo con mi voz dominante y sonrió satisfecho al ver como ella se estremece

Any: sí señor. No habrá nadie más que usted me dice sin verme

Poncho: arrodíllate ante mí y vete desabrochando la camisa botón por botón dejándome ver tus bonitos pechos le dogo sonriendo acercándome a ella quedando muy cerca viendo como ella se va sonrojando a causa de la excitación mientras seguía mis indicaciones paso por paso. Al ver sus pechos firmes y redondos llenando y apretando el sujetador de encaje casi suelto un gemido ante tal visión. Cuando se la quita completamente se queda esperando a que diga algo. Suspiro y alargo una mano abarcando su pecho masajeándolo suavemente sonriendo satisfecho al ver como sus pezones se ponen duros al instante. Paso mi pulgar por el viendo como Any aguanta la respiración antes de soltarla lentamente.

Poncho: ahora los pantalones. Date la vuelta dándome la espalda y vételos quitando poco a poco le ordeno sintiendo como mi erección vibro en mis pantalones al ver que ella murmuraba un "sí señor" y se daba la vuelta y hacia lo que pedía dejándome una maravillosa vista de su trasero y una tanguita pequeña que hacia juego con su brassier. Me acerco silenciosamente por detrás y paso un dedo por su feminidad sintiendo lo húmeda que ya estaba para mí. Huelo su dulce aroma de excitación poniéndome a mil. Parecía un potro que acababa de oler a su yegua lista para él. Le doy una pequeña nalgada antes de apretarle la misma nalga sonriendo al escuchar que suelta un jadeo.

Poncho: ahora desnúdame a mí...pero mucho cuidado con rozar alguna parte de mi piel. Todavía no tienes permiso para hacerlo y si lo llegas hacer te merecerás un castigo gatita le digo sonriendo satisfecho al ver como tiembla ante la sola idea y me mira entre sus pestañas mientras se mordía los labios

Any: si señor me susurra con la voz ronca por la excitación mientras se acerca a mí y con mucho cuidado me va desvistiendo. Podía ver su debate interior al ver que tenía el impulso de acariciarme, pero como no tenía permitido se estaba aguantando muy bien. Nada más terminando da un paso hacia atrás y sonrió satisfecho y orgulloso al ver como se le quedaba viendo a mi erección mientras se lamia los labios.

Poncho: te gusta lo que ves gatita? Quieres que te folle esa boquita linda hasta que tus labios estén rosaditos e hinchados le pregunto con la voz sedosa y ronca mientras me acercaba a ella

Any: oh si señor por favor me dice sonriendo, pero sin verme

Poncho: veme a los ojos y dime que quieres le ordeno viendo como ella inmediatamente me mira con la mirada llena de deseo y se vuelve a morder el labio inferior

Any: quiero que me haga lo que a usted le plazca señor...solo deme mucho placer me dice la muy condenada haciendo que mi erección se pusiera más dura si eso era posible.

Poncho: o puedes asegurarte que así será nena. Así será le digo indiciándole con mis manos que se volviera a hincar enfrente de mí. Levanto su barbilla para que me mirara y le sonrió acariciándole su labio inferior suavemente

Poncho: abre esa boquita para mi amor. Quiero que me tomes lo más profundo le digo viendo como al decirle "mi amor" ella se estremeció de más y sabía que se había mojado mucho más. Ella hace lo que indico y tal cual me tomo en su boca lo más que pudo hasta que no aguanto más y puso su mano en la base para que no pudiera pasar su límite. Gruño como un animal al sentirme rodeado una vez por la calidad cavidad de su boca sintiendo como usaba su lengua para hacer pequeños círculos en la punta de mi miembro. Siseo suavemente y tomo su cabello poniéndolo en una coleta para poder dirigir mejor sus movimientos mientras comienzo a mover mis caderas asegurando de controlarme lo suficiente para no pasarme su límite. Me acorde de una vez que lo había pasado y ella había salido corriendo al baño para vomitar y en ese momento me había prometido no volver hacer aquello nunca más. Siento como usa sus labios, dientes y lengua para darme la mejor mamada que eh tenido en un largo tiempo. Se podía ver donde ella estaba disfrutando tanto como yo y yo a cambio la recompensaba acariciándole los hombros y pechos jugando con sus pezones como sabía que a ella le encantaba. Al paso que iba muy rápidamente me estaba acercando a mi orgasmo así que muy resistentemente saque mi miembro de su boca y casi me rio al ver que ella gruñe en protesta y después hace unos adorables pucheros. Hago que se levante y la abrazo a mí para darle un beso devastador.

Poncho: a la cama ya no puedo esperar más para estar dentro de ti le susurro sobre sus labios mientras bajaba una de mis manos para acariciar su coñito húmedo y más que listo para mí. Veo que ella rápidamente va y se acomoda en la cama y yo sonrió satisfecho tomándome mi tiempo en llegar y acostarme a su lado.

Poncho: antes que nada, necesito saber si necesito tomar alguna precaución le digo viéndola acercándome para mordisquear su cuello suavemente en el lugar donde podía sentir como su pulso latía frenéticamente

Any: no....yo sigo tomando la píldora me susurra soltando un pequeño gemido cuando mi mano vuelve acariciarla expandiendo sus jugos por todo su coñito mientras iba introduciendo dos dedos a la vez haciendo que se arquera hacia mí. La respuesta no me agrado demasiado ya que eso significaba que había sido activa sexualmente pero no podía recriminárselo ya que no habíamos estado juntos. Cuando gime en protesta me doy cuenta que la había dejado de acariciar así que lo vuelvo hacer moviendo más rápidamente mis dedos sintiendo como los iba apretando cada vez más mientras su orgasmo se iba acercando. Uno mi boca a su tortura lamiendo y succionando sus pechos sobre su brassier y cuando se iba a correr me detengo a pesar de su protesta

Poncho: no tienes permiso de correrte así que sugiero que te relajes amor le susurro al oído sintiendo como su cuerpo se tensaba ante la orden

Any: si...si señor como...como diga me dice jadeada, aunque su mirada me fulminaba divirtiéndome demasiado. La vuelvo a torturar hasta que ninguno de los dos aguanto más. Le quito el resto de su ropa interior con mis dientes deteniéndome un momento para lamerle su intimidad. Cuando la tenía removiéndose debajo de mi me pongo encima de ella haciendo que abriera sus piernas para mí. La penetro de una potente embustida sintiendo como llegaba a lo más profundo dentro de ella. La tomo de su trasero atrayéndola mas a mi mientras comienzo moverme a un ritmo rápido y profundo asegurándome de rozar su punto g. Sus gemidos eran como música a mis oídos que me estaban llevando cada vez más a mi orgasmo. Sentía como ella estaba muy tensa tratando de aguantar su orgasmo y cuando ya no aguante más gruñí.

Poncho: amor córrete...ahora mi amor ahora le digo entre gemidos y siento como los dos nos dejamos llevar a la misma vez sintiendo como ella me exprimía fuertemente mientras los dos gemíamos como animales heridos por la intensidad de nuestro orgasmo. En cuanto los espasmos cesan y vamos recuperando la respiración me apoyo en mis codos para que la mayor parte de mi peso estuviera en mis brazos y no aplastándola. Me inclino besándola tiernamente como sabía que le encantaba y efectivamente siento como se vuelve a derretir.

Poncho: espero que quede claro que desde este momento eres mía le digo posesivamente.

Any: siempre eh sido tuya Poncho me susurra casi apenada y yo siento como mi pecho se hincha de orgullo y de todo el amor que sentía por ella. Sin decir nada más me acomodo a su lado y la abrazo a mi suspirando satisfecho cuando ella se acurruca a mi lado dejando su cara en el hueco de mi cuello mientras yo le acariciaba su espalda suavemente. Estos momentos siempre habían sido mis favoritos y aunque no me lo digiera sabía que los de ella también. Pronto los dos quedamos dormidos abrazados y con las piernas entrelazadas.

Donde Fuego Hubo...Where stories live. Discover now