Capitulo 28

557 59 5
                                    

POV Any

*meses después*

Después de que Poncho y Diana regresaron de su luna de miel todo parecía haber vuelto a la normalidad. Durante el tiempo que no estuvieron yo me hice aún más amiga de la hermana de Poncho y además le había ayudado en todo lo referente a Geoffrey. Emeraude estaba al tanto de todo lo que había pasado entre yo y Poncho antes de la boda, pero no le había dicho nada de lo que iba a pasar después de que regresara de su luna de miel porque ni siquiera yo sabía que iba a pasar entre nosotros. Por su parte yo comencé a ver como Emeraude y Geoffrey se hacían cada vez más cercanos y me alegraba mucho ver que a pesar de la manera en cómo se conocieron ellos iban por buen camino hacia una relación. Viéndolos a ellos en parte me hacía sentir que yo también quería una relación como esa. Quería alguien con quien pudiera salir sin la necesidad de esconderme o después tener que fingir que odiaba y hacer como que no lo conocía. Estaba en mi oficina ultimando detalles en el proyecto que tenía junto con Poncho cuando mi celular suena avisándome que había recibido un mensaje.

Poncho: "mi amor hoy podemos vernos. Te veo en tu departamento por la noche. No sabes cuánto te necesito"

Recibo el mensaje de Poncho y suspiro medio sonriendo al leerlo. A esto me había reducido, a esperar a que Poncho me mandara algún mensaje dejándome saber si podíamos quedar para vernos. Aunque yo había sido la de la idea de tener una relación de amantes después de que se "casara" pero ahora me estaba arrepintiendo. No me sentía bien siendo la de la casa chica, mucho menos a que estuviera siempre a la espera por momentos robados entre los dos. Decido irme a mi departamento temprano ya que llevaba un poco más de una semana sin vernos y ya estaba ansiosa por que llegara Poncho. No me molestaría en preparar nada de cenar porque sabía que no íbamos a comer nada ya que no íbamos a tener tiempo para nada más. Estaba recién bañada cuando escucho el timbre del depa y sonrió coqueta decidiendo ir abrir solo en toalla. Poncho nada más al verme me devora con los ojos, me abraza a él dándome un beso devastador y cierra la puerta con el pie mientras íbamos caminando hacia la habitación sin separarnos del beso. Nada más entrando a la habitación él se encarga de desnudarme, aunque no me permitió que yo le hiciera el mismo favor a él. En cuanto estuve completamente desnuda el me ato las manos en la espalda. Me rio y lo miro sobre mi hombro dándole una sonrisa ladeada y coqueta.

Any: alguna vez te han dicho que tienes un serio problema de control le pregunto divertida. Jadeando cuando él me da una nalgada que me deja escociendo un poco el trasero mientras me tumbaba en la cama dejando medio cuerpo acostado sobre la cama y mis rodillas dobladas dejando mi trasero en el aire. Escucho su risa sexy mientras sentía su mano acariciándome el trasero

Poncho: Mmm hasta el momento creo que no me lo han dicho, pero tampoco tengo argumentos para negarlo me dice divertido antes de darme otra nalgada más suave, mas juguetona.

Any: bueno entonces yo soy la primera en decirte que tienes un serio problema con el control...aunque pensando bien halo mejor solo te gusta tenerme a tu merced le digo sonriendo frotando mi trasero contra su pantalón. Me delito escuchando como él suelta un gemido ronco antes de sentir como empujo sus caderas más hacia mí.

Poncho: me encanta tenerte a mi merced. Me gusta escuchar cómo me suplicas para que te haga mía me susurra al oído y siento como un escalofrió recorre toda mi columna vertebral. De pronto siento como sus besos van bajando por toda mi espalda haciendo que esos escalofríos aumentaran dejándome sin aliento. El al parecer le agrada mi reacción porque vuelve a repetir la acción, aunque esta vez usando su lengua para trazar la línea de toda mi columna haciendo que soltara un gemido casi agonizante. Todavía me lograba sorprender la manera en la que este hombre me podía encender con tan solo unos cuantos besos o caricias. Parecía que él estaba más en sintonía con mi cuerpo que yo misma. Siento como va bajando los besos hasta mi trasero y allí siento cuando le da un pequeño mordisco haciendo que soltara un gritito de sorpresa. Siento su aliento bajando hasta que está justo en mi cono y su aliento se mezcla con la humedad que ya estaba acumulada allí. Lo próximo que siento es su lengua lamiendo como si fuera una paleta toda mi intimidad y su mano sobre mi espalda empujándome más hacia la cama. Me remuevo contra su cara dándole entender justo lo que quería y vaya que me lo da. Me toma fuertemente de las caderas para que no pudiera moverlas mientras el sigue con su trabajo torturándome con su lengua y usando sus dedos para darme aún más placer. Sentía como estaba más que lista para correrme cuando él se aleja y yo gimoteo en protesta. Estaba a punto de rogarle que dejara que me corriera cuando siento su potente penetración dejándome sin aliento. Siento como me toma de las manos atadas para impulsarme más dentro de mi haciendo que soltara grititos de placer. Los dos nos movíamos frenéticamente, sentía como las gotas de su sudor se mezclaban con las que tenía en la espalda. Los dos gemíamos, gruñíamos y jadeamos sin parar hasta que siento que me toma más firmemente con una mano la cadera y la otra me rodea tocándome en mi parte más sensible frotándome casi frenéticamente haciendo que llegara rápidamente a mi orgasmo gritando el nombre de Poncho. Siento como él también se tensa completamente y me agarra más firme la cadera mientras él se corría, seguro me iba a dejar moretones, pero no me importaba. Nos desplomamos en la cama y siento como con sus pocas fuerzas me desata las manos y comienza a masajear las muñecas para que la sangre comenzara a fluir regularmente sin dolor. Después de un rato yo estaba sonriendo feliz en su pecho sintiendo como me acariciaba el cabello y la espalda cariñosamente cuando escucho que suspira. Medio sonrió y alzo la cabeza para poder verlo.

Donde Fuego Hubo...Where stories live. Discover now