•CAPITULO 13•

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Me detuve.
Mi respiración se hizo más agitada. Pero esta vez no era por haber corrido, sino por lo que se encontraba frente a mí.
Olfatee el aire a mi alrededor. Olía a madera, humedad, y a un viejo aroma que me hacía recordar a "hogar".
No salí de fase. Me sentía más protegida bajo la piel de mi loba. Subí las escaleras del porche, que crujieron con fuerza bajo mi peso, y empuje la puerta de madera con el hocico. Había quedado abierta por suerte, ni siquiera me había tomado la molestia de colocarle cerrojo, pues quien la encontraría en medio del bosque, ¿No?.
Entre a pasos lentos, sintiendo el suelo rechinar bajo mis patas y el polvo picar en mi nariz.
Gire mi mirada hacia los lados, viendo aún los retratos colgados en la pared, y la televisión frente al sillón. Todo estaba normal, como siempre había estado.
El sonido de algo cayéndose llamó mi atención a las escaleras, y agudize mi olfato. Aspire profundo, tratando de llegar al aroma de "eso" que había producido el sonido. Fruncí el ceño y un escalofríos de alerta recorrieron mi columna, no sentía nada.
Me acerque a las escaleras, y me quedé en silencio, quieta tratando de acapararar hasta el más mínimo sonido, aroma, o imagen.

La ventana del cuarto de arriba se abrió.
Corri a toda velocidad por las escaleras, y patee la puerta con fuerza. Gruñi al no ver nada, solo un cuarto desordenado, como si alguien estuviera buscando algo. Trote a la ventana y asomé la cabeza por ella, viendo no más que una fugaz mancha negra ocultarse tras los árboles.
No lo pensé dos veces cuando salte del segundo piso y caí de pie al suelo, comenzando a perseguir a eso. No sabía si era un animal, o una persona, pero el solo hecho de que no pudiera distinguir ni una pizca de su aroma como si no existiera, me frustraba.

Frene bruscamente al llegar a la playa. El viento salado golpeó mi rostro, y perdí su rastro. No oia más que las olas chocar contra la arena. Trate de hallarlo olfateando alrededor, incluso volví por dónde había venido para encontrar algo que me indicase para donde se había ido.

Volví a la playa con los hombros caídos y la respiración pesada. Resople sentándome en la arena frente al mar.

—¿Quien era...?— me pregunté acostándome sobre mis patas.

[...]

—¡Cariño! ¡Papá ya estoy aquí!— oí la voz de Jacob desde el recibidor. Y salí de la habitación que compartíamos hecha un relámpago. Tenía tantas ganas de verle, no lo había visto  en todo el día, pues tuvo entrenamiento con los cachorros, y vigilancia el resto de la tarde.

—Hola cielo — murmuré en su oido abrazándome a el como un koala. El río y ronroneó en mi hombro dejando un beso dulce en mi cuello.

— ¿Me extrañaste princesa?— no pude más que asentir y aspirar el aroma de su camiseta. Me mantuve así unos segundos, tratando de tranquilizar cada fibra en mi. Usualmente vivía bajo un estrés y presión constante. Que Renesmee, que los Vulturis, que los nuevos vampiros, que los cachorros, y ahora esto que me había sucedido. Esa persona extraña, y ese aroma invisible. Todo pesaba demasiado en mis hombros, y eso sumándole a las pocas horas que había pasado con Jacob. No habíamos tenido un momento a solas más que dormir juntos. Nesesitaba estar con él, hablar, y pasar momentos como en el principio.

ʟᴀs ᴘɪsᴀᴅᴀs ᴅᴇʟ ʟᴏʙᴏ |Jacob Black|Место, где живут истории. Откройте их для себя