Una inesperada llamada causa que Aaliyah Cooper tome el primer vuelo al pequeño y fantasmal pueblo de Forks. Inmediatamente se ve rodeada de extraños misterios y antiguas leyendas que rodean las calles del pueblo, dispusta a hallar la verdad tras la...
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Aaliyah.
Carlisle exprimió la bolsa de sangre en un vaso angosto de vidrio. El olor metálico a la sangre llegó a mi nariz, y mi estómago se revolvió.
—Aguarda un segundo. ¿Vas a hacer que se beba eso?— pregunto alarmado Jake al darse cuenta de que habían tomado su comentario enserio.
— Es la forma de comprobar la teoría— respondió Carlisle apretando la bolsa que aún no terminaba de vaciarse.
— Solo si tú estás de acuerdo — hablo Edward mirando a Bella. Ella asintió sin vacilar.
— Haré lo que sea.
Trague saliva y ví como Edward se levantaba a tomar un vaso descartable, de esos que te vendían en los restaurantes de comida rápida como McDonald's. Vertió el líquido rojo y espeso en el, y se acercó a Bella.
— Dios, no. — murmuré asqueada, sintiendo la bilis subir a mi garganta, y el olor fuerte a sangre marearme.
— Esto me da náuseas— dijo Jake con una mueca de asco, alejándose de Bella y poniéndose en el borde del sillón.
— Con está será más fácil tomarla — Bella se reincorporo y sujeto entre sus delgadas manos el vaso. Todos estaban expectantes a lo que podría pasar, mientras que yo y Jacob mirábamos la escena con un profundo desagrado. Bella despacio, acercó el sorbete a sus resecos labios y lo tomó entre ellos. Una arcada me atacó al ver como el líquido rojo subía por el sorbete transparente, y se perdía en la boca de Bella. Aparte la mirada y la pose en un cuadro minimalista que colgaba de la pared color crema.
— Sabe... Rico. — escuché la voz de Bella decir. Quise golpearme la cabeza contra la mesa de vidrio que estaba a unos centímetros. ¿Cómo podía decir que estaba rico? No estábamos hablando de una pizza recién hecha, sino de sangre que ni siquiera era suya sino de alguien más. Pensar en eso, revolvió mi estómago aún más.
— El pulso se está fortaleciendo. — dijo Carlisle haciéndome volver la mirada.
— Funciona — sonrió con los labios Esme, mientras Rosalie suspiraba aliviada masajeando los hombros de su madre. Edward sonrió con más tranquilidad, y yo dejé salir un poco del aire que había retenido para evitar oler el metálico aroma. Mire a Jake, que al darse cuenta desvío sus ojos hacia mí, y le sonreí de lado. Después de todo había sido su idea, de no ser por el, tal vez Bella no hubiera sobrevivido más tiempo. Ahora tenía otra gota de esperanza para lograrlo. Jacob giro levemente su cabeza hacia un lado, indicándome que lo siguiera, y me levanté del sillón.
— Iremos a vigilar — informó tomando mi mano entre la suya. Note, en la mirada de Bella, cierta sorpresa y otro sentimiento que no pude desifrar.
Bajamos por las escaleras y cruzamos el pasillo, pasamos por el salón principal y el recibidor, para luego salir de la casa.
— Al fin aire fresco — suspiré inhalando profundamente el aire con aroma a pino y tierra húmeda.
