La primera vez que fui a un funeral

15.6K 977 299
                                    

Me desperté luego de una tranquila noche sin sueños abrazado a Max, la persona que más amaba en todo el universo. Abrí mis ojos observándolo dormir con tranquilidad, deseando poder despertar todos los días de lo que me quedaba de existencia de esta manera, estando cerca de él, viéndolo dormir feliz y tranquilo para despertarlo cada mañana con un beso que lo hiciera sonreír.

Sonriendo, noté como hacia pequeñas muecas al sentir como la luz de la mañana molestaba en su cara, con cuidado me senté para taparle el sol y así no le molestara dándome cuenta como comenzaba abrazar el cobertor.

Enseguida me comencé a sentir nervioso debido a lo que ayer habíamos hecho, era extraño, no sabía la razón, pero me sentía muy feliz, era como si el acto no hubiese sido importante en realidad sino todos los sentimientos que juntos compartimos en aquel momento, todas esas caricias, esas risas nerviosas y miradas repletas de ternura, el amor que yo siento por él y que él siente por mí.

Desperté de mi ensoñación cuando me percaté de que tal vez las plumas que solían caer mientras dormía estarían ahí, si Max veía alguna se preguntaría cosas y no me gustaba mentirle. Me giré para observar el panorama.

¿Cuántas eran? Dios... Damon iba a matarme.

Una, dos, tres, cuatro... aquí hay dos más... y aquí otras... ¡Había muchas!, ¿Qué se suponía que hiciera con tantas?, ¿Cómo las ocultaría de Max?

―¿Orión, Por qué te mueves tanto? ― escuché la adormilada voz de Max ― estoy cansado, duerme más...

―¡S...si! ― le respondí nervioso, ya no sabía que hacer.

Recogí todas las plumas que pude e intentando levantarme vi como Max abría sus ojos cansados con unas ojeras adornándolos.

―¿Por qué estás tan nervioso?

―Por nada... ― intenté sonreírle de la manera menos sospechosa que pude, escondiendo las plumas detrás de mi espalda.

―No te creo... ― respondió acercándose a mí para saludarme con un pequeño beso en la mejilla.

―¿Por qué? No estoy ocultando nada ― comencé a reír por los nervios que sentía mientras Max me observaba con desconfianza.

― Aaah... ― sonrió con malicia ― buenos días... ― me dijo sonriendo mientras se acercaba a mí y me daba un abrazo que hizo que mi corazón diera un brinco, latiendo tan rápido que dolía, pero no un dolor malo, si no que aquel dolor que me hacía sonreír por la emoción, sentía ese dolor cada vez que Max me abrazaba o me besaba, era como si mi pecho fuese a explotar.

―Buenos días Max, te amo ― le dije hundiendo mi cabeza en su cuello y cerrando mis ojos para sentir como Max acariciaba suavemente mi cabello.

―¿Qué escondes ahí? ―Preguntó rápido, riendo mientras sus manos bajaban hasta las plumas que sujetaba detrás de mi espalda. ― ¿Qué es esto?, ¿Estas bien? ― Se separó de mi con un rostro preocupado, observando el puñado de plumas tornasol.

¿Qué le decía? No quería seguir mintiéndole a Mx, no quería que eso siguiera pasando, pero sabía que para no herirlo debía hacerlo y no había nada más triste en el universo que herir a la persona que amas.

―Bu...bueno, no es nada ― le sonreí ― Verás ¿te das cuentas que comenzó la primavera? Es como un cambio de plumas para que mis alas sea de primavera y verano... como las aves y mamíferos que cambian su pelaje en el cambio de estación a mí me sucede algo parecido ¿Entiendes?

―¿Volverán a crecer?

―Claro que si, sólo es por un cambio...

―¿Y duele?

Cuando mis alas desaparezcanWhere stories live. Discover now