~11: Dos pisadas, cuatro huellas.

246 15 7
                                    

El suave viento golpeaba mi rostro, también tenía la oportunidad de accionar que parte de mi cabello bailase delicadamente. Después de mucho tiempo por fin salía de mi castillo, deseaba sentir durante más tiempo aquella brisa y en este caso la nieve, pues mi terreno vestía así. Era una sensación la cual había olvidado de cómo se sentía, de cómo se vivía; el motivo de convencerme para salir fue Sycamore. El humano que actualmente lucía un vestido de invierno acompañado de una capa aterciopelada con capucha; en cierto modo se veía lindo.

Un humano que tuvo el coraje de permanecer a mi lado y de dedicar tiempo a una bestia como yo.  Sin importarle realmente cómo era, pues él tuvo la oportunidad de sentir como yo me lucía completamente fuera de mí. Aún así no parecía obligado a realizar tal acción, él se veía contento por estar a mi lado. Por realizar detalles como los que iba a vivir a continuación.

Bajamos aquellas chirriantes escaleras de madera, tomé mi tiempo en concéntrame sobre la nieve. Anteriormente la pude sentir pero no de manera tan tranquila, mis orbes observaron a Sycamore quien entre sus finas extremidades portaba un puñado de alpiste para los Fletchlings que en un futuro se acercarían a nuestra posición, u al menos eso tenía pensado aquel humano.

—Verás que divertido es —habló él.

Estiré mis patas un tanto confuso, sabía perfectamente cómo iba a finalizar aquello. Con suavidad colocó aquel delicado alimento sobre mis peludas extremidades. Hacía tiempo que alimento como aquel no olía u sentía. Con la mirada busqué la víctima de mi futura acción y encontré a un pequeño grupo de aquellos pájaros acercarse con timidez. Les ofrecí el alimento pero su única acción fue alejarse. No comprendí.

Moví mi cuerpo dos pasos a su dirección para nuevamente ofrecerles el alimento. Después de mostrarme unos orbes asustados se alejaron de mi alrededor yendo hacia los brazos de Sycamore quien ya tenía más de un pájaro sobre su anatomía; de él sí tomaban el alimento ofrecido.

—¡Por qué no comen! —grité mirándole, fruncí mi ceño gruñendo.

—Se más cuidadoso, mira, parece que hiciste un amigo —me respondió señalando el terreno.

Bajé mi mirada observando a un pequeño Fletching esperando la comida que reposaba sobre mis patas. Su pequeña cabeza se ladeó mientras accionaba dos pequeños saltos; agaché mi anatomía acercando de nuevo mis extremidades. Allí aquel pequeño animal subió delicadamente a uno de mis dedos acomodándose al acto, desde aquel lugar comenzó a tomar del alpiste. Sus delicadas patas casi no se sentían, siquiera sus garras, pero no perdí la ocasión de mover mi dedo. Inconscientemente mi cola comenzó a moverse, había conseguido hacer un pequeño amigo.

—Ves, con delicadeza y paciencia puedes conseguirlo, Lysandre —habló Sycamore.

Dos de los pájaros anteriormente posados en los hombros de aquel humano decidieron volar hasta reposar sobre mis cuernos. A la acción de aquellos indefensos animales decidieron unirse el resto de pájaros cercanos, confundido comencé a observarles a todos. En sus rostros palidecían tranquilidad, algunos tomaban de la comida, otros solamente descansaban y algunos buscaban posición por mi pelaje. Sentía una gran sensación de comodidad al lado de ellos, suponía que a aquello lo llamaban armonía.

Busqué a Sycamore con el deseo de escuchar sus felicitaciones por mis avances alcanzados, pero para mi sorpresa él ya no se hallaba a mi costado, actualmente aquel humano estaba observando el gran cerezo de mi jardín. Aquella planta lucía desnuda y con nieve por sus delicadas ramas. La mirada de Sycamore se cruzó con la mía, no tardó en expresar un rostro de sorpresa por las marcas de poderosas garras dibujadas en el tronco de la planta.

Aquellas marcas fueron fruto de mis incontrolables enfados, desgraciadamente no fui consciente de cómo llegué a manipular la belleza de que árbol, pues en primavera no lucía tan hermoso como en el pasado, lucía dañado.
Indiferente sonreí, solo escuché su risa. Mi armonía duró poco pues todos los pequeños pájaros alzaron el vuelo hacia los cielos, mis orbes contemplaron aquella escena. Noté un sentimiento de tristeza, hubiese gustado de más tiempo a su lado.

One Shots - Perfectworldshipping حيث تعيش القصص. اكتشف الآن