Capítulo 17: Sabine

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- Para salir de las dudas deberíamos hacer una prueba de ADN – dijo Félix, Tom y Sabine asintieron.

- Estoy segura de que es Marinette – respondió Sabine -. Pero para legalizarlo todo estaría bien hacer una de esas pruebas,

Félix asintió y continuo comiendo en silencio, el día de hoy ya había hablado más de lo que acostumbraba con gente que apenas conocía.

- ¿Cómo se conocieron? – pregunto Sabine.

- En un semáforo – respondí mientras jugaba con mi comida -. Siempre me quedo dormida y voy tarde a todo lado, así que estaba corriendo para ir al colegio y casi me cruzo la calle cuando los coches ya arrancaban, Félix me detuvo y luego coincidimos en alguno que otro sitio hasta que me pidió que fuera su novia.

Félix alzo una ceja como preguntándome ¿No te estas olvidando de algo? Yo le sonrei  ignorándolo, no voy a decir frente a mis recién descubiertos padres que desde ese momento lo perseguí por todo Londres hasta que al fin se enamoró de mí.

- Hay algo que me he estado preguntado – comento Sabine -. ¿Félix eres inglés? Porque tienes un ligero ascenso... en realidad ambos lo tienen.

- No lo soy – contesto Félix -. Nací en Francia pero luego de que mi madre muriera me fui a estudiar en un internado en Londres, tenía once años así que he pasado la mayor parte de mi vida en Inglaterra.

- ¿Te llevaste a Marinette a Inglaterra? – pregunto Tom, Félix negó con la cabeza.

- Nos conocimos allá, en realidad Bridgette tiene nacionalidad inglesa, hace poco nos enteramos que en realidad también nació en Francia... nos tomó por sorpresa a ambos.

- ¿Tiene nacionalidad inglesa? – pregunto sorprendida Sabine.

- Si – conteste yo -. No sé cómo llegue a Londres pero la policía me encontró allá y como no recordaba nada y no hablaba... creo que porque no entendía bien el idioma, me dieron una nueva identidad.

- ¿Hace cuánto descubrieron que eres de Francia? – nos interrogo Sabine -. ¿Vinieron a París por eso?

- Lo descubrimos hace máximo una semana – le respondí -. Por una de las cosas que llevaba cuando me encontraron en Londres.

- ¿Entonces estaban aquí de paseo? – pregunto Sabine.

- No, fuimos a visitar al padre de Félix para decirle que estamos comprometidos – respondí y cuando el silencio se extendió por la mesa me di cuenta de que aún no les contábamos que Félix y yo nos íbamos a casar.

- Felicidades ¿Cuándo planean casarse? – pregunto Sabine para romper el silencio.

- Aun no decidimos la fecha – respondió Félix.

- ¿Dónde se casaran? – pregunto Tom que parecia emocionado.

- Pensábamos que en Inglaterra... pero realmente tampoco hemos pensado en eso todavía – continúo contando Félix.

- ¿Y si se casan aquí en Francia? – sugirió Tom -. Podemos invitar a todos los viejos amigos de Marinette, a nuestra familia y como Félix también eres de París seguramente tú familia podrá asistir más fácilmente.

- Es una buena opción – contesto Félix, el verdadero problema sería que nuestros amigos de Londres pudieran venir.

Cuando la cena termino, ayude a Sabine a retirar la mesa y escuche a Tom hacerle algunas preguntas a Félix.

- ¿Dónde planean vivir? – pregunto Tom.

- En Inglaterra, no teníamos planificado volver a París – contesto Félix esa respuesta no pareció ser del agrado de Tom porque se encogió de hombros y Félix pareció preocupado por su reacción -. Pero nadie sabe lo que puede pasar en unos años, además de ahora en adelante supongo que visitaremos París seguido.

Cuando terminamos de levantar la mesa volvimos a la sala.

- ¿Pueden mostrarnos la casa? – pregunte intrigada, mi timidez había desaparecido por completo y volvía ser la misma chica de siempre -. No recuerdo nada y tal vez este lugar pueda hacer regresar algo de mi memoria.

Mis padres nos dieron un recorrido por la casa, se les notaba muy alegres y yo también estaba emocionada por conocerlos y descubrir quien fui hace tiempo. Comenzamos viendo la tienda que ahora estaba cerrada, vimos los hornos de pan y la bodega para los ingredientes, subimos las escaleras y recorrimos lo que nos faltaba del segundo piso y al fin llegamos al lugar que más ansia me traía ver, mi habitación.

Tikki comenzó a moverse en mi cartera intentando llamar mi atención, lo logro y me aparte un poco para hablar con ella ya que ella me dijo mis padres no conocían que yo era Ladybug ni sabían de la existencia de Tikki.

- Marinette no creo que Félix deba ver tu cuarto – me susurro ella.

- ¿Por? ¿Era muy desorganizada? – le pregunte.

- No, antes te gustaba un chico y tienes muchas fotos de él por toda la habitación, quizá se ponga celoso.

- Félix no es celoso – le respondí, nunca le había visto tener un arranque de celos y aunque no le gustaba que otros chicos intentaran coquetear conmigo, mientras yo no respondiera él estaba satisfecho... creo que lo más lejos que ha llegado hasta ahora es a abrazarme de improvisto cundo hace tiempo un chico de mi curso se me quedo mirando insistentemente.

- Algo me dice que nunca has mostrado ningún interés por nadie más que no fuera él – me dijo Tikki y de hecho tenía razón -. Pero en este momento no es que te gustara otro, sino quien te gustaba.

No pudimos seguir hablando más porque me di cuenta que mis padres y Félix ya estaban subiendo a mi cuarto, los seguí pensando en seguir el consejo de Tikki, pero ellos ya estaban adentro de mi habitación.

Note que Félix se acercaba al escritorio, reviso con mucho interés las fotografías que había en la pared ¿Enserio se pondría celoso por mi crush de secundaria?

Entonces yo también vi esas fotos ¿No podía ser o sí? ¡El chico que aparecía en allí no era otro que Adrien Agreste... a los 14 años! Es imposible, no puede haberme gustado ese chico tan extraño.

Félix no dijo nada con respecto a las fotos y seguimos a mis padres para que nos muestren toda la habitación, este cuarto, comparado con el del orfanato donde pase gran parte de mi adolescencia, era un lujo, tenía hasta terraza particular.

- Tenemos que irnos – informo Félix tiempo después cuando reviso su reloj, mis padres parecieron decepcionados.

- ¿No piensan quedarse más tiempo? ¿Quizá hasta después de la cena? De postre tendremos pastel y macarons – ofreció Tom, Félix no era muy aficionado a las cosas dulces así que no es como si pudiera convencerle con algo así.

- Lo lamento señor pero tenemos que regresar a mi casa para la cena, acostumbramos comer con mi padre y mi hermano... pero regresaremos pronto – respondió Félix.

- Bien – dijo con tono derrotado Tom -. ¿Qué les parece si mañana vienen a pasarse todo el día aquí? Pueden dormir en el cuarto de Marinette y de paso hacemos esa prueba de ADN.

Félix y yo intercambiamos una mirada y nos dimos cuenta que ambos éramos incapaces de decirle que no a los ruegos del señor Dupain.

- Está bien, vendremos mañana – dije y Félix asintió con la cabeza.

- Genial – dijo Sabine y se giró para preguntarle algo a Félix-. Dale nuestros saludos a tu padre... ¿Cómo se llama tu padre?

- Gabriel Agreste – respondió Félix, Sabine y Tom se miraron sorprendidos, aparentemente no era un secreto que me gustaba Adrien Agreste.

Félix se dio cuenta de esto y no pareció agradarle mucho esa reacción, luego de despedirnos de mis padres, Félix condujo en silencio hasta la mansión Agreste.

La chica que una vez fuiWhere stories live. Discover now