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Los días pasaron y Murdoc notó cómo sus compañeros eran más cuidadosos con sus palabras y respuestas hacia él. Aparecía de vez en cuando en la cama de Stuart, sobretodo de madrugada cuando tenía alguna pesadilla. Se acostumbraron rápidamente.

Russel encontró una consulta donde podrían atender a Murdoc y le dieron una primera cita con un veinticinco por ciento de descuento, pero no se presentó, y Russel tuvo que pedir disculpas. Más tarde le dieron otra cita para esa misma semana.

"Ni se te ocurra salir corriendo o algo así. Me aseguré de que tuviera buenas referencias, como vuelvas a faltar juro que…" Russel se quedó con las palabras en la boca, ya que Murdoc ya había salido del coche. Se despidió del baterista, diciéndole que cuando hubiera terminado, llamaría a alguno de los tres. 

El bajista subió hasta la tercera planta en ascensor, sabiendo que si no lo hacía así llegaría a la consulta como si hubiera corrido una maratón. Llamó a la puerta y esperó unos segundos a que se abriera. Un hombre de más o menos su edad, quizás unos años mayor, lo recibió sonriendo.

'Buenos días, ¿Murdoc?"

"El mismo" dijo. El hombre rió, invitándolo a pasar.

"Bueno Murdoc… ¿te importa que te llame por tu nombre?" Murdoc se encogió de hombros. "Bien. Murdoc, tu compañero Russel contactó conmigo porque le dijiste que quizá debías cambiar de un psicólogo a un psiquiatra, ¿no es así?" asintió. "Y también me ha dicho tus síntomas, los cuales tú sabes, ¿cierto?" volvió a asentir. "Concuerdan bastante bien con tu diagnóstico: la fatiga, el estado anímico depresivo, aislamiento… ¿cómo llegaste a la conclusión de que tienes depresión?"

"... No lo sé… no me sentía bien, y… lo supuse."

"¿Ya conocías los síntomas de la enfermedad?"

"Bueno… también soy médico, así que… Sí."

"Oh, eso no lo sabía"

"Poca gente lo sabe"

"Bien. Para darte mi diagnóstico tendré que conocerte un poco más, Murdoc, dime, ¿cómo fue tu infancia?" el bajista se removió incómodo en el sillón.

"No… No muy bien. En mi casa había violencia, alcohol… cosas que… un niño no debería ver nunca" el médico asintió, sin dejar de apuntar en su libreta. 

"Ya veo… una infancia difícil, entonces"

"Sí"

"¿Y cómo has llevado esto, Murdoc?"

"Pues… desde joven he utilizado la autolesión como vía de escape. A veces servía, a veces no."

"¿Crees que a día de hoy te sirve?"

"Sinceramente, no"

"Pero lo haces igualmente"

"Sí… no sé muy bien porqué, pero sí. A veces lo hago."

"¿Has realizado alguna actividad que, tras finalizarla, te ha hecho evadir esta clase de pensamientos?" Murdoc estuvo pensando unos segundos, llegando a la conclusión de que el sexo con Stuart era la respuesta, pero ni borracho le diría eso al psiquiatra.

"... Sí, pero no se la voy a decir" el otro rió.

"Comprendo. ¿Con cuánta frecuencia realizas esta actividad?"

"Sólo una vez" 'por desgracia'

"Está bien. Por último, necesito que realices este test, Murdoc, la próxima cita te diré los resultados" él asintió, aceptando las hojas. El médico le dio un bolígrafo, "si te equivocas en alguna, sólo táchala y pon la que creas correcta" 

I Me Mine | studocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora