"No sabía que tenías tantas cosas que decir, Murdoc" confesó Russel cerrando la puerta del coche.
"Lo siento, no quería," se sorbió la nariz ", no quería ponerme tan sentimental."
"No te disculpes, hombre. No hay nada que perdonar, es normal que te hayas puesto de esa manera. No sabía que… te habían tratado así." Murdoc no dijo nada, sólo espero a que Russel pisara el acelerador mientras encendía la radio, dejando sonar I Me Mine. ¿Tenía que ser justamente esa canción? ¿De toda la discografía de los Beatles, tenía que sonar esa?
Russel notó desde su asiento cómo Murdoc se llevaba una mano a la cara, probablemente para no "caer aún más bajo". Russel no entendía porqué Murdoc tenía tantos problemas para llorar en público, era una reacción natural, nada que se tuviera que ocultar. La canción se hizo eterna para Murdoc, unos minutos tortuosos con una letra que encajaba demasiado bien con él.
Llegaron finalmente a Wobble St.. Russel abrió la puerta, dejando pasar a Murdoc. No saludó, no estaba de humor para hablar con nadie, y menos con Stuart, que subía las escaleras detrás de él, probablemente para conversar otro rato.
"Murdoc" lo llamó.
"Voy a ducharme, Stuart" anunció con la intención de que no lo siguiera.
"Murdoc. Noodle lo sabe"
"Ya Stuart. Obviamente, ¿qué esperabas? Eres un animal"
"Mm… Lo siento… Es que… Me dejé llevar, y--
"Lo que sea Stu" dijo cerrando la puerta del baño, dejando al cantante con las palabras en la boca.
Suspiró. Comenzó a quitarse la ropa, dejándola sobre el lavabo. Pasó de siquiera mirarse de reojo en el espejo y se metió en la ducha. El agua, fría al principio, provocó que diera un pequeño salto, pero una vez se templó se puso bajo el chorro de agua, dejando que el líquido destensara un mínimo sus músculos agarrotados. No supo cuánto tiempo se quedó ahí, pero supo que más de lo previsto, ya que Stuart llamó a la puerta varias veces. A la cuarta vez, Murdoc se cansó y salió de la ducha, cubriéndose únicamente con una toalla rodeando su cintura. No se molestó en secarse, y mojó a Stuart cuando éste cayó sobre él al abrirse la puerta tan rápidamente.
"T-te resfriarás si no te secas el pelo correctamente" advirtió con nerviosismo.
"Bien" respondió entrando en su habitación. Aborrecía estar ahí dentro, se sentía inseguro, pero por algún motivo era el único lugar donde quería estar. Se quitó la toalla y cogió el bajo sin molestarse en ponerse siquiera ropa interior. La letra de la canción estaba sobre su cama. La leyó, recordando la melodía, y decidió trabajarla un poco. Enchufó el amplificador y probó diferentes sonidos haciendo un puzle con los pedales que tenía y apenas usaba, intentando simular el sonido de un sintetizador. Stuart escuchaba desde el otro lado de la puerta, fascinado ante la astucia y creatividad musical del hombre, sin pasar por alto que su voz se oía tarareando la letra un poco por debajo del instrumento. Sonrió. Su voz era tan cálida.
"¿Cuánto tiempo pretendes estar ahí, Stuart?". Preguntó el hombre apagando el amplificador. El peliazul le ruborizó al verse descubirerto.
"Eh… lo siento Murdoc, no pretendía espiarte…". Se excusó entrando a la habitación. "L-la canción es… Es muy buena". Murdoc no dijo nada. Dejó el bajo cuidadosamente apoyado en la pared. Murdoc cuidaba mejor sus instrumentos que su propia vida. "Em… Murdoc… quería hablar sobre… lo de anoche."
"Ajá"
"S-sé que fue raro. Para ambos. Y…"
"Stuart, hagamos como que no ha pasado nada, ¿vale?"
