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Había cometido un error. Era ridículo, ¿cómo se atrevía a presentarse en la habitación de Noodle y pedirle que lo ayudase? Realmente era un inútil. Después de todo lo que le había hecho, y lo peor era que Noodle se dignó a echarle una mano.

Llevaba dos días encerrado en su habitación, paralizado en la cama sintiendo terror; Noodle probablemente había contado lo que pasó al resto y se estarían burlando de él, y con razón, le había entrado un ataque de pánico al ponerse ropa de mujer. Patético.

La puerta se abrió estruendosamente. Escuchó varios pasos ligeros que parecían caminar en dirección a la ventana de su habitación. De repente una fuerte luz lo cegó, aún estando con los ojos cerrados y tapado bajo más de dos mantas.

"Murdoc". Noodle. "Murdoc levanta, llevas dos días aquí encerrado, te va a salir moho si no sales". Dijo destapando al mayor. "Mierda Murdoc, estás más pálido que un fantasma, ¿te encuentras bien?". ¿Por qué se preocupaba por él? "Creo que voy a llamar a una ambulancia". Escuchó, pero no supo si lo había imaginado, en esos momentos su mente estaba volando. "¡Russel!". Lo llamó bajando las escaleras lo más rápido que podía. "Russ, creo que Murdoc se ha tomado algo"

"¿Has ido a por él?". La asiática asintió con la cabeza mientras se movía nerviosamente.

"¿Qué pasa?". Preguntó Stuart saliendo de su trance televisivo, estuvo toda la noche viendo películas de serie b.

"Stuart llama a una ambulancia". Ordenó Russel poniéndose los zapatos. "Noodle, ve a ver si sigue consciente". Ella corrió escaleras arriba entrando de nuevo en la habitación. Murdoc estaba sentado en la cama, con las rodillas flexionadas sobre su pecho, estirándose del pelo levemente.

"¿Muds?"

"¿Habéis llamado a una ambulancia?". Preguntó con la voz ronca. Noodle asintió. "¿Por qué?"

"Te está dando una sobredosis, y lo sabes, ya te he visto así varias veces y siempre acaba de una forma, así que levántate que en seguida están aquí". Murdoc no obedeció. No pudo. Estaba inmóvil, y sentía como poco a poco iba perdiendo el conocimiento, hasta que una mano gélida se posó en su hombro. De repente estaba vestido con aquel mono rojo y mocasines marrones.

"Házlo". Le ordenó la persona tras él, quien parecía ser su padre.

"No quiero". Su voz sonaba infantil. Estaba en aquel asqueroso bar, de nuevo en Stoke. "No puedes obligarme". Entonces el hombre le dio una patada en la parte de detrás de las rodillas, provocando que cayera al suelo. Se escucharon risas. Se levantó avergonzado.

"Házlo Murdoc, todos queremos que lo hagas". Esta vez habló Stuart. ¿Qué hacía ahí Stuart? Ni siquiera existía en aquel entonces. Entonces ambas figuras señalaron al frente. Murdoc se giró hacia donde los dos le indicaban. Alguien, una figura antropomórfica, se acercaba a él con una caja en la mano. Le entregó el recipiente, más plano que ancho, y lo abrió. Dentro había una soga. La cogió.

"Venga Muds, vamos". Dudó unos segundos. "¡Házlo!". Exclamó Stuart con una voz sobrenatural, no era él definitivamente. No supo en qué momento su cuerpo volvía a la actualidad, pero aquella cuerda parecía adaptarse perfectamente a su cuello, como si estuviera hecha a medida. Lentamente tiró de una de las cuerdas para ajustarla aún más, sintiendo la soga aferrarse a su cuello, y cuando su sangre estuvo al borde de no llegar a oxigenar su cerebro, despertó.

Stuart lo agarraba de los hombros, sacudiéndolo alante y atrás.

"Murdoc, me asustaste. Intenté despertarte pero no abrías los ojos". Dijo. Murdoc no escuchó. Ver el rostro que lo había ordenado a suicidarse justo frente a él, hablándole, lo había trastocado por completo. Lo miraba con aquellos ojos negros, completamente carentes de sentimiento. Sintió pánico. Se zafó del agarre de Stuart más violentamente de lo que quiso. "¿Murdoc? ¿Qué sucede?". Preguntó amablemente colocando su mano sobre la del otro. "Estás temblando, ¿te encuentras bien? ¿Quieres que te deje solo?". No. Era lo último que quería. Quería que se acercara más a él, que lo abrazara, sólo para sentir algo aparte de náuseas y migrañas, que era lo único que parecía sentir últimamente.

I Me Mine | studocTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon