Extra | 3 (Borrador)

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Meses después...

-Ian sé que estás molesto pero no es para tanto - Dije tranquilamente tratando de no sacar a flote mi genio -Fue una broma.

-Déjalo Isabella, enserio, ahora no - Sabia que tenía que darle un espacio si en realidad no lo quería por todas partes siendo un sarcástico molesto, pero no podía evitar querer solucionar las cosas, además un Ian molesto era la cosa más caliente del mundo.

-Ya te dije enserio que fue una broma de Diego ¿Como puedes creer que yo iría a una ecográfica sin ti? - Me senté ahorcajada sobre él, pero fue un movimiento torpe porque mi creciente barriga ya no me dejaba tanta libertad - Sabes como es Diego...

Haciendo un breve resumen... el estúpido de Diego se le ocurrió llevarme a comer a un restaurante cerca a la clínica en donde yo era atendida por mi ginecóloga y después de varios minutos estando ahí, llamó a Ian a decirle que acabamos de salir de la cita con la ginecóloga y que ya sabíamos el sexo del bebé, deben imaginarse la reacción del pelinegro, casi se muere, de hecho me fue a buscar hasta la clínica pero al no encontrarme se enfureció aún más, y cuando llegué a casa, él y Dash me ignoraron casi todo el resto de día. Así que ahí estaba yo tratando de calmarlo y asegurándole que la cita era al otro día...

- Sabes lo importante que es para mí estar ahí con nuestro bebé, quiero estar para todo, no quiero ser ese tipo de padre que nunca está pendiente de su bebé y...

Me adelanté y posé mis labios contra los suyos, eso nunca fallaba, de hecho, me devolvió el beso después de unos segundos, su boca siempre era ágil y cálida contra la mía, amaba besarlo realmente, porque él sabía como hacerlo...

-La cita es mañana, lo juro - Susurré después de alejarme un poco de él y besar su mejilla derecha. Sus ojos azules dieron con los míos y vi alivio ahí, eso me conmovió aún más - Sabes que todo lo que es acerca de nuestro bebé siempre serás el primero en saberlo, lo prometo - y volví a besarlo, pero esta vez, Ian tuvo la delicadeza de girarme suavemente sin hacerme daño y a recostarme en la cama.

-No quise ser un imbécil malgeniado- Susurró contra mis labios.

-Fallaste - Bromeé volviendo a besarlo, últimamente mis hormonas estaban de nuevo locas, así que Ian estaba teniendo más trabajo de lo normal... Ya saben, él, yo y la cama.

-Como siempre tan dulce - ironizó mientras comenzaba a besar el monte de mis pechos - Por eso me casé contigo, al menos no te pusiste a llorar - Se rió y yo lo miré mal.

Era cierto, prácticamente lloraba por todo, sin razón, estaba ahí y al minuto siguiente estaba llorando encerrada en el baño, lo único positivo, Ian siempre encontraba una manera para hacerme sonreír de nuevo, esa paciencia me hacía amarlo aún más, como si fuera posible.

Pero volviendo al tema...

Ese Ian calmado que todo mundo veía ir y venir, tenía miedo de no ser el mejor padre para nuestro bebé, como si eso pudiese ser posible, su infancia había sido tan difícil y dolorosa, que juraba cada día estar siempre para nuestro bebé y para mi y claramente yo le creía, sabía que nunca nada nos faltaría, no con Ian estando en nuestras vidas...

-¿Que crees que será? - Pregunté mientras pasaba la mano por su suave cabello negro.

-Mañana lo sabremos -Susurró emocionado besando de nuevo mis labios -Lo único que sé, es que lo amaremos con todo.

-Lo prometo - Susurré antes de que Ian se adueñara de mí una vez más.

***

-¿Vas a decirme que es si o no? - Preguntó Tanía viéndome entre moletas y muy ansiosa.

Ian volvió a sonreírme, de hecho, no había dejado de sonreír desde que habíamos salido esa misma mañana de la cita médica, podría llegar a pensar que el pelinegro estaba sobre las nubes.

-Bueno es un secreto hasta la... - Estaba diciendo Ian sonriéndole sarcásticamente a mi hermano, cuando a mí de repente se me salió.

-¡Es una niña! - Grité emocionada y tiempo que Ian me regalaba una mirada divertida - ash lo siento amor, sé que prometí que era una sorpresa pero... Ya sabes -Me incliné y besé sus labios a tiempo que me volvía hacia Tanía la cual estaba casi llorando de la alegría - ¡Es una niña! -Repetí

-¿Una niña? ¿Así como yo? - La rubia se rió y mi hermano la miró fijamente.

-Pensé que eras macho Tanía, si no lo aclaras no me doy cuenta - Dijo mi hermano sarcásticamente y después le sonrió a mí mejor amiga la cual se inclinó y le dijo algo en el oído, cosa que lo hizo reír a él.

Allá ellos dos.

La cosa era que Ian y yo no podíamos estar más felices, faltaba poco para que nuestra pequeña bebé naciera y ya estábamos haciendo todos los preparativos para su llegada.

-Te amo - Me Susurró Ian en el oído- Si fueras el tiempo, te amaría a deshoras - Besó mi cabeza antes de posar una mano en mi barriga ya grande - Ya estoy listo para que...

-No digas su nombre amor - Sonreí y miré a mi hermano quien miraba fijamente a mi esposo con los ojos entrecerrados - Eso si es un secreto - Añadí divertida.

Y si...

Ahí estábamos los dos, no, de hecho los tres, Ian, nuestra bebé y yo, por fin estaba completa, ahora si sabía amar.

***

N/A:
Sé que me habían pedido mucho el tercer y último capítulo extra, pues aquí está, gracias a todos por leerme y seguir apoyándome, los espero en
(El arte de ser amado) ❤️

El arte de amar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora