50

464 45 18
                                    

Habían pasado unos 15 minutos desde que entró a la oficina de Shizune y solo se sentó frente a ella, manteniendo un silencio mutuo.
La mujer, al ver la actitud del pelinegro, optó por otra estrategia.

-Entonces... ¿Cómo te haz sentido Sasuke?

El hombre resoplo con molestia y se cruzó de brazos -Disculpe, pero esa es una pregunta estúpida?

-¿Porqué?

La voz de Shizune era amable, con un toque de inocencia que le daba gracia a su pregunta y también fastidiaba al moreno.

-La razón de esta terapia es para comprobar si tengo algún trauma que me impida seguir con mi vida. !Lo cuál no es así!

-Entiendo, pero dejame preguntarte algo, Sasuke- se inclinó hacia adelante, colocando su sus brazos sobre sus piernas cruzadas -¿Por qué tienes tanta urgencia por salir del hospital?

Sasuke se tensó ante la pregunta, sus brazos se presionaron contra su pecho en un acto inconsciente de protección que no paso desapercibido para la doctora. El abogado frunció el ceño y su pierna se movió de arriba a abajo rápidamente.

-Me siento bien, no necesito hablar con usted o con cualquiera, lo que necesito es salir de aquí, volver al trabajo, seguir con mi vida.

Su tono se elevó mientras hablaba, casi gritando con la mirada puesta en la morena frente a él, que solo elevó una ceja en confusión.

-Acabas de decir "necesito salir de aquí"

-¿Y qué?

-Cualquiera diría "quiero salir de aquí" o "Es innecesario que siga aquí"

-No le veo el punto.

-Tienes miedo, de lo que está ahí afuera pero también te aterra seguir aquí, como un ratón atrapado en la ratonera, esperando a que el gato te atrape.

-¿Qué clase de psicólogo es usted?
Se quejó sin saber que más decir sin temor a que su voz se quebrara.

-Una que no le gusta tratar con adultos que toman la actitud de un niño, así que preguntaré una vez más... ¿Como te haz sentido?

Sus ojos picaban, el nudo en su garganta lo molestaba y le costó respirar. Sus puños se apretaron contra su pecho y bajo la mirada.

-Yo... No lo sé...

[...]

Frente a la cama, en ese cuarto de hospital que solo olía a medicina y desinfectantes, la mujer mas hermosa que había conocido dormía plácidamente. Se acercó con cautela a su lado, notando su piel blanca aun más clara como un fantasma y lo que más le dolió fue ver su estomago que ya no estaba tan hinchado como antes, él lo sabía desde un mes atrás. Solo había una cosa que podía hacer que una mujer brillará tanto como ella lo hacía, la ligera hinchazón de sus pies y mejillas, lo sonrosado de su rostro y ese sutil aroma unico.

Tomó su mano con cuidado de no mover la intravenosa en el dorso de la misma.

-Hina, aquí estoy.

El apretón de su mano fue una respuesta rápida, pronto ella abrió los ojos con cansancio, para fijarlos en él.

-Kiba- su voz era suave, debido a los analgésicos.

-Hola- le sonrió el castaño a su prometida mientras jugaba con el anillo en su mano izquierda.

La sonrisa en el castaño se desvaneció cuando la morena empezo a llorar, soltando a su pareja para taparse la cara con evidente aflicción. Kiba se sentó en la cama y con cuidado la hizo sentarse.

-¿Qué pasa Hina?

-¡Lo siento, lo siento!- abrazó al hombre con fuerza, escondiendo su rostro en el pecho de este.

Ahí kiba lo entendió, aun con las lágrimas amenazando con salir, se trago el nudo en su garganta y regreso el abrazo.

-No fue culpa tuya, está bien- dijo con voz suave.

-Pero lo habíamos esperado tanto, por fin íbamos a ser una família. Lo arruine- fue interrumpida por kiba que la separó y tomo su rostro entre sus manos.

-Ya somos una família, no podria estar mas orgulloso de ti, salvaste a Lee. Ese idiota ahora debe estar edificando una estatua para ti- se burla y Hinata suelta una risita. Se miran con una sonrisa tonta

-Te amo - suelta ella

-Te amo- dice él y la besa -Estoy tan contento de que estés aquí- la abrazo con fuerza, soltando las lagrimas que trato tanto en retener.

[...]

Estaba en su silla mirando por el ventanal de su oficina, admirando la grandeza de Konoha, un lugar que ayudó a crear y a mantener en pie. Él siempre hizo lo que era necesario, ayudó y estabilizó la economía.
Era feliz, se casó y tuvo un hijo como lo habia deseado, en fin, una persona exitosa. Pero la vida es una perra, que toma lo que más amas sin aviso

Su esposa siempre había tenido cuerpo débil pero de una fuerte voluntad, que fue lo que lo enamoró. Habían acordado que sólo tendrían un hijo, los médicos habían dicho que era lo máximo que su cuerpo soportaría, su mejor amigo lo dijo.

Pero el tiempo pasó y la lujuria y el amor empañaron la advertencia, resultando en un segundo embarazo; su hijo mayor, fugaku, había estado muy emocionado con la noticia, alardeando que sería el mejor hermano mayor de todos y su esposa lucia tan hermosa, aún con la palidez de su piel y el bajo peso que había adquirido en tan solo 3 meses de embarazo.

Los siguientes 5 meses su esposa lucho, con uñas y dientes para traer a su hijo al mundo, casi lo lograba hasta qué, durante una de sus reuniones su telefono sonó y la voz de su esposa se escuchó por el altavoz.

-Madara... Ayuda...

[...]

-No entiendo Sasuke

El aludido suspiro y se paso una mano por el pelo, como una persona cansada de lo mismo.

-Simplemente no sé como me siento... es complicado.

-Este lugar es seguro Sasuke, di lo que te viene a la mente.

-Es cómo... un cúmulo de emociones, me ahoga y no tengo idea de que hacer- volteó hacía la doctora, quién le hizo un gesto con la mano para que continuara -Naruto me visitó y...- presionósus labios en una linea -No sé, yo me sentí aliviado de verlo. Cuando vi sus ojos fue como la primera vez que me di cuenta queestaba enamorado de él...

-Pero- alentó ella al verlo dudar

-Despues el encantó acabó y yo sólo... Sentí odio por él.

Desesperación (Narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora