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Las manecillas del reloj anunciaban que eran las 12 a.m. con este, ya iban 7 meses y 3 días sin ver a Sasuke

-Soy un imbécil-

Se lamento el rubio, y es que se culpa en totalidad de aquella situación; pensaba que, si tan solo le hubiera hecho caso, si tan solo le hubiera creído sus teorías sobre el acosador, su gran amor estaría aun a su lado.

-El "hubiera" no existe- escucho

-No molestes Shikamaru- gruño el oji-azul

-Hace más de media hora que no dejas de lamentarte, es un fastidio-

Se podría decir que el malhumorado pelinegro con cara de pereza absoluta era su segundo mejor amigo; el cual salió a la terraza y se coloco junto al rubio desdichado, ofreciéndole de paso, un cigarrillo que el aludido no desprecio y en menos de un minuto los dos ya estaban fumando.

-No es casualidad- comento de la nada, atrayendo la atención del otro –El que haya secuestrado a Sasuke no es casualidad-

-Eso es obvio, es una venganza contra mí, luego de que acabe con su imperio en Konoha-

-No seas idiota naruto, lo que quiero decir es que revise las pruebas que tenemos y sé que Sasuke fue su objetivo desde el principio-

-Vamos Shikamaru, yo he leído una y otra vez los documentos e ido a las escenas del crimen tantas veces que ya ni recuerdo, nada indica que Sasuke fuera el blanco principal de ese psicópata- debatió el oji-azul con el ceño fruncido

El contrarío suspiro, 5 años había pasado desde que los dos fueron ascendidos a detectives y el rubio idiota seguía siendo eso, un idiota. Pero tampoco podía culparlo, el también sentía esa impotencia de no poder dar con aquel sujeto, que no solo asesino a sus padres, sino, que ahora, tenía como rehén a uno de sus amigos. Si señores, puede sonar increíble, pero Sasuke Uchiha y Shikamaru Nara eran grandes amigos y no sólo por la similitud de sus personalidades, ellos pasaron por muchas cosas que al final los unieron, en una extraña pero apacible amistad.

-Piénsalo un poco Naruto, todas las víctimas gozaban de buena economía, tenían el pelo negro y ojos oscuros, sin mencionar su gran atractivo; su altura era muy similar a la de Sasuke por no decir que igual; además de que la familia de la mayoría estaba integrada por padre, madre y un hermano mayor, claro, contando a la víctima- narró sin mirar al otro, sabiendo que sólo bastarían unos segundos para que éste reaccionara

-¡Mierda, me lleva la...!- grito tirando y aplastando el cigarrillo con deseos que fuera la cara de ese hombre -¡De verdad soy un imbécil!-

-¡Ey par de inútiles!- grito un castaño de mirada feroz, que en su rostro se mostraban extrañas cicatrices en cada lado de su cara –Tenemos denuncia de una posible victima de secuestro- en seguida esos dos entraron, como si la palabra fuera un detonante

-¿Dónde?- interrogo el rubio con alma de zorro

-Entre la avenida 23Green y wallstreet- avisó, los dos detectives tomaron sus cosas –Alto caballeros- se coloco delante de los hombres

-Kiba, tenemos que ir, podría ser-

-Sasuke, ya lo sé- interrumpió el castaño; en seguida suspiro –No los voy a detener, solo quería decirles que olvidan sus armas, si es cierto que es un secuestro, es posible que los culpables sigan ahí

Desesperación (Narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora