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—¡No puedo creer que vayamos a hacer esto aquí! ¿quién les mandó a meterse en problemas?—, resopló con el ceño fruncido, el CEO de Big Hit estaba descontento, pero aun así tenía que hacerse la entrevista con Arirang, aquello estaba planificado con mucho tiempo de anticipación y no podía cancelarse.

Los Bangtan Boys se sentían extraños e incómodos, incluso se les escapaban unas risas por lo surrealista de la situación, ellos en medio de prisión estaban siendo maquillados para una entrevista, mientras el staff camuflaba el lugar con carteles y cosas.

—¡Bien, está todo listo!—, manifestó el staff—comenzamos en cinco.

—Respiren, frescos y guapos mis niños—, les decía el CEO ahora más calmado—imaginen que esto no es una cárcel.

Los chicos no estaban nada nerviosos, la situación de alguna forma era como una aventura. Los policías habían accedido a la filmación de la entrevista gracias a los contactos del CEO, un hombre mayor de escaso cabello blanco que siempre se salía con la suya. Antes de dar inicio a la actividad, Raquel llegó y con una sonrisa cálida les dio ánimos.

Durante la entrevista los chicos contestaron a todo de la manera más animada, entre pregunta y respuesta salían detalles que solo ellos entendían y eso les provocaba risa. La entrevistadora estaba encantada por el carisma de los chicos. Cuando finalizó les agradeció y junto a todo su staff se marcharon.

—Muy bien muchachos—, felicitó el CEO satisfecho con su trabajo—lo hicieron bien, solo no tenían que mencionar que estaban durmiendo uno encima de otro, eso estuvo fuera de lugar.

—Ni tampoco tenías que mencionar que el olor de mis pies no te dejan dormir, Tae—, dijo Yoongi mirando a su amigo. Todos rieron recordando aquella parte de la entrevista.

—Voy a hablar con la persona a cargo, tengo entendido que las cosas ya están solucionándose, así que ya deberían soltarlos, permiso—, se marchó hacia la dirección de la estación de policía.

—Lo hicieron bien chicos—, dijo Raquel acercándose a la celda, aun le molestaban las barras metálicas que los mantenían separados, supo que jamás se acostumbraría a ello.

—Gracias, tan linda—, dijo Seokjin con una sonrisa tierna—, pero todos aquí sabemos que solo quieres hablar con uno de nosotros, así que para darles privacidad estaremos al otro extremo de la celda.

—Osea a metro y medio, ya sabes, esta wea no es tan grande—, contestó Yoongi haciendo reír a todos.

Namjoon se acercó a ella y tomó sus manos con delicadeza, estaban frías. Sopló sobre ellas su cálido aliento para abrigarlas. Raquel agradeció con la mirada, era un chico realmente dulce. Sus miradas se cruzaron y sin decirse nada ambos sentían que todo estaba bien.

—Debo irme—, dijo con pesar después de unos segundos.

—Cada vez que te vas algo dentro de mi se rompe, no tienes idea de cuánto te extraño—, susurró.

—Volveré más tarde, pero ya sabes, debo encargarme de la Academia—, musitó apesadumbrada.

—Lo sé, entonces ve, te estaré esperando—, dijo esbozando una corta sonrisa para calmarla.

—Si, no te vayas a ir—, bromeó.

—Claro, como si pudiera hacerlo—, le dio un beso en la frente para despedirla. Ella con un gesto se despidió de todos y se marchó.

Salió de allí con el corazón pesado, realmente no tenía que ir a la Academia de urgencia, simplemente odiaba verlo allí encerrado por algo que no hizo. Si tan solo Donghyun despertara y declarara a favor de ellos, y aquel pensamiento le hizo recordar que no sabía cómo estaba él. Después de todo, era conveniente que despertara, tomó su celular y llamó al hospital, pero no le dieron la información que necesitaba.

Subió a su auto y condujo hasta la casa de salud, si quería averiguar algo tenía que hacerlo personalmente. Al llegar se registró y después de todos los controles de seguridad le permitieron ingresar a la habitación donde se encontraba sumido en el coma.

Verlo así le produjo dolor, compasión y quizás algo de melancolía. Después de todo, él había sido su primer amor y el hombre con quien compartió tantos momentos valiosos que vivirán en su memoria el resto de sus días. No podía odiarlo, aunque quería y quizás se lo merecía, pero verlo tan frágil y delicado borró todo sentimiento negativo en ella, al menos por el momento.

Se acercó a él, habían tantas cosas conectadas a su cuerpo que se estremeció, realmente estaba vivo por todos los aparatos, es decir, tenía vida artificial. Recordó que el médico le había dicho que solo un milagro podía salvarlo, deseó con su corazón ser ese milagro.

Se sentó junto a él y tomó su mano, estaba fría, como si la calidez de la vida la hubiese abandonado, y sin pensarlo, comenzó a hablarle de cosas varias que cruzaban por su cabeza, le hablaba tanto como si estuviese allí, escuchándola como tantas veces en el pasado. Lloró inevitablemente, hubiera querido saber de sus enfermedades y demonios, quizás habría podido ayudarlo.

—...lamento que estés así, no puedo desearte nada malo, porque en sí nunca fuiste malo conmigo—, sollozó limpiándose el rostro que estaba empapado. Sus ojos se fijaron en su mano, la misma que acababa de soltar, estaba moviéndose ligeramente—, Donghyun... ¿me escuchas?

Se acercó más a él de pie, a la expectativa de que algo sucediera, pero durante varios segundos nada sucedió. Pensó que quizás se lo imaginó, hasta que los ojos de Donghyun se abrieron y se dirigieron a ella, su mano la sujetó de la blusa con dificultad. 


My Music is You [Kim NamJoon] Where stories live. Discover now