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—Así que aquí estabas—. Namjoon levantó la mirada para encontrarse con los seis chicos que más amaba. Se llevó la mano al rostro, sabía que sería una noche larga.

—Hola—saludó Raquel —¿Se conocen?

—Sí—, contestó Namjoon —ellos estaban en el escenario conmigo, son mis hermanos —esbozó una leve sonrisa.

—¿En serio? Mucho gusto chicos, buen show—sonrió cálidamente y todos devolvieron la sonrisa.

—Vaya, que linda y amable... deberías aprender de ella Nam—bromeó Yoongi sentándose sin pedir permiso.

—Claro, adelante.. pueden sentarse—soltó el líder resignado. Todos rieron por la ironía pero lo hicieron.

—¡Qué agradables son!—esbozó con ternura al verlos tratarse con cariño de verdaderos hermanos.

—Disculpa ¿cómo te llamas?—inquirió Seokjin mirándola con una sonrisa tierna.

—Raquel —dijo haciendo una reverencia —mucho gusto, disculpen que no los haya reconocido.

—Eso es lógico, no eres fan... ni siquiera te gusta el rap—suspiró Namjoon bebiendo de su copa de vino

—Y ustedes ¿están saliendo?—preguntó Hoseok provocando que Namjoon se atore con el vino.

—¡NO! ¿Cómo se te ocurre?—explicó rápidamente.

—Raquel, ustedes se conocieron en el Hotel ¿cierto?—, afirmó Taehyung. Namjoon ya no sabía qué hacer para callarlos.

—Ahh si—, respondió ella sorprendida de que sepa esos detalles, miró a Namjoon y notó su rostro rojo como tomate, le pareció adorable.

Aquella noche tuvo una de las cenas más divertidas y extrañas de su vida, habló hasta el cansancio de todo tipo de cosas con personas que acababa de conocer, y sin embargo, estaba tan cómoda con ellos como si los hubiera conocido de toda la vida.

Estaba admirada por la sencillez y carisma de los chicos que en apariencia parecían sacados de la mafia. Supo que todo lo que sabía del rap y su mundo estaba completamente errado. Cuando terminaron de comer, se despidieron esperando volver a verse. Namjoon rodó los ojos al ver la atención que Raquel les prestaba, sentía un poco de celos.

—Tus amigos/hermanos son fabulosos—, manifestó con una brillante sonrisa en el rostro.

Él la llevó a su casa y se despidió tímidamente con un beso en la mejilla, algo que no hacía nunca.

—Eh, mañana tienes clases, no lo olvides—, dijo ella antes de cruzar el umbral de su puerta.

—Me alegra que te hayas divertido—, dijo para sí, ya que ella ya había ingresado. Caminó alejándose para ir a casa. 

Ella entró a su casa y miró a través de la ventana, el auto que antes la había dejado ya se había marchado. Suspiró por alguna razón que desconocía. Sintió de repente unas manos rodeándola.

—¿Me dirás donde estuviste y con quién?—, ella se estremeció al escuchar un susurro muy cerca de su oído. Sobresaltada volvió la mirada.

—¿Donghyun?—, frunció el ceño con frustración —¿puedo saber que haces aquí?—, se alejó de él  —¡Mamá! ¡Papá! ¿Dónde están? Quiero hablar con ustedes—, quería de una vez por todas dejar claro su situación sentimental.

—No te van a responder—, una mirada profunda y oscura de Donghyun le provocó escalofríos —Porque no están, y no volverán en un largo tiempo.

—¿¡Qué!?—, vociferó invadida por el temor —¿Qué... qué les hiciste?

—Solo digamos que... si tu y yo no llegamos a un lindo acuerdo hoy, no los volverás a ver jamás—, se aproximó con una extraña expresión de seriedad.

—¡No!—, soltó sollozando—, no serías capaz.

—No soy el malo de la película, mi preciosa—, acarició su rostro limpiando una lágrima que rodaba por su mejilla —Te quiero... y haré lo que sea por tenerte.

—Entonces—, apartó su mano con desprecio—, reconsidera el significado de  Te quiero—, recalcó alejándose para subir a su habitación, en el fondo estaba aterrada. 

Antes de llegar al segundo escalón, Donghyun la haló con fuerza haciéndola retroceder de golpe, provocando que su espalda impacte con una pared. Ella se quejó de dolor.

—Después de ver tu verdadera faceta—, esbozó con una mirada desafiante —¿Crees que puedo seguir contigo?

—Sigues amándome... no lo puedes negar— se acercó tomándola del cuello para luego comenzar a besarlo con rudeza.

—¡Déjame!—, logró soltarse y empujarlo. Pero para detenerlo necesitaba más que eso, se sintió perdida.

—¡No soy un maldito violador Raquel!—, gritó indignado y temblando como nunca lo había visto antes —Tú... has estado conmigo tantas veces, nos hemos comido vivos de todas las formas y eso no va a cambiar, porque sigues siendo mía.

—Entiende—, expuso ahora furiosa por recordar aquellos momentos, en los que se entregaba a él sin imaginar que era un animal  —Eres una lacra... te quiero sí, pero lejos de mi vida... y quiero a mis padres de vuelta ¿¡DÓNDE ESTÁN!?— Gritó con todas sus fuerzas.

—Ya te dije... No los verás... No hasta que me jures que vamos a casarnos.

Ella aprovechó un momento en el que su ex se distrajo para correr escaleras arriba y cerrar con las justas la puerta de su habitación. Él golpeaba y forcejeaba la cerradura intentando abrir, así que decidió llamar a la policía, pero entonces recordó que al entrar dejó su cartera en la sala de estar, se maldijo para sus adentros.

—¡Sal ahora! No quieres verme enojado preciosa.

—¡Vete!—, gritó conteniendo las lágrimas. Estaba aterrada y no sabía que hacer.

—No me dejas otra opción—dijo más sereno —tendré que hacer algo con tus papitos— Ella lo escuchó alejarse y corrió a abrir la puerta.

—¡Espera! No lo hagas, no te atrevas—se acercó encarándolo.

—¿Entonces?

—Primero trae a mis padres—, pidió—, por favor déjame saber que están bien.

—No me creas tan estúpido—, resopló con tedio—la boda puede ser en un mes...

—Es... muy pronto—, suplicó.

—Entonces... cuando tu digas, solo tienes que darme tu palabra que vale más que el oro— Acarició su mejilla, ella sintió asco pero no hizo nada invadida por el miedo—¿serás mía?

—Sí—, murmuró—, en tus sueños maldito bastardo—, dijo lo último cuando al final la había soltado y estaba saliendo de su casa.  

My Music is You [Kim NamJoon] Where stories live. Discover now