~ 12 ~

51 7 4
                                    

—Vaya, ustedes no pierden el tiempo ¿no? —bufó J-Hope entrando en la sala donde encontró a Namjoon y Raquel en una pose comprometedora.

—¡Omo! Se ven lindos juntos— Aclamó Hoseok haciéndolos sonrojarse, apenados se separaron de inmediato.

—No es lo que parece—, se puso nervioso Namjoon haciendo reír a todos sus amigos.

—Mejor no sigas—, pidió Raquel tomándolo del brazo—, es obvio que nos vieron.

—Exacto, además no tiene nada de malo—, aseguró sonriente Jimin.

—Yo creo que interrumpimos algo—, dijo Jungkook entre risas ganándose una mirada asesina de Namjoon.

—Sí, salvamos la castidad de nuestro Namjoon—, continuó Taehyung—Debería agradecernos.

—Ya cállense si quieren seguir viviendo— indicó Seokjin. Namjoon no podía más con la vergüenza.

Con la llegada de los Bangtan la casa se llenó de mucho ruido, risas y gritos llenaban el apartamento que ahora era un hogar completo.

Raquel logró distraerse con la compañía de los chicos más graciosos que jamás conoció. El resto de la tarde pasó volando entre risas, bromas y mucha comida. Cuando cayó la noche, se despidió sin querer irse realmente y se marchó a casa, la soledad la golpeó hasta que se sumergió en un profundo sueño.

Namjoon se levantó más animado de lo común aquel sábado por la mañana, la razón eran sus clases de violín. Después de ayudar a Seokjin a preparar el desayuno, comió a la velocidad de la luz, aunque no estaba para nada retrasado, salió de casa apenas estuvo listo.

—¡Trata de no atropellar a alguien! ¡Fíjate en el semáforo! ¡Conduce con cuidado!— Le aconsejó Jin a gritos desde la entrada al apartamento viendo como su amigo se perdía de vista.

—Ya sé, ya sé... ¡bye!—respondió alejándose.

Mientras conducía, tenía una manzana en la boca que se disponía a disfrutar, su dieta saludable era parte de su rutina. Miró por el retrovisor y reconoció en el auto gris de atrás a Donghyun, su sangre hirvió. No intentó nada al respecto, sabía que iría al mismo lugar ya que él daba clases de piano allí. Suspiró resignado, pero luego se dio cuenta que curvó hacia otra dirección, le pareció raro, pero le restó importancia.

Se estacionó en el parqueadero de la Academia y acomodándose la ropa un poco holgada, bajó dirigiéndose al aula. Cuando entró se sorprendió al no verla, pero decidió esperarla, pasaron unos minutos hasta que se sintió preocupado. Entonces la llamó.

—¿Raquel? ¿vienes a la clase?—dijo al sentir que contestó.

—Ella está indispuesta, así que suspendió todas sus clases, hasta pronto—dicho eso colgó la llamada y Namjoon se preocupó al reconocer la voz de Donghyun.

Sin pensarlo dos veces, salió rápidamente hacia la casa de Raquel. Al llegar bajó y comenzó a tocar el timbre una y otra vez. Nadie respondió, entonces insistió llamando nuevamente a su celular, pero en esta ocasión nadie contestó. Notó que algo sonaba en el interior de la casa.

—¡Raquel!—, gritó hasta que la puerta se abrió dejando verla en un estado lamentable—¿¡Qué pasó!?—Preguntó exaltado.

—¿Namjoon?—Se notó la felicidad en su rostro al verlo, pero luego continuó susurrando. —debes irte ahora... por favor vete.

—No me iré dejándote así—, dijo ingresando a la casa sin previo aviso.

—¡Debes irte!—suplicó —No quiero que te hagan daño.

—¿Quién? ¿Ese cobarde que contestó tu celular? ¿Dónde está?—comenzó a recorrer la casa en su búsqueda.

—No está, pero llegará pronto y no viene solo... mejor vete Namjoon o será peor.

—No te dejaré—se acercó para acariciar su rostro, ella cerró los ojos disfrutando de su contacto —no lo haré, lo enfrentaré.

—Mala idea...—su expresión de preocupación no menguaba.

—Llamaré a la policía.

—Él tiene a la policía de su lado—, manifestó resignada.

—Entonces... Utilizaré mis recursos.

—¿De qué hablas?

—Tranquila, no dejaré que te lastime, nunca más.

—Namjoon—, comenzó a llorar enterrando su cabeza en su pecho, perdiéndose en su delicioso aroma masculino—tengo miedo.

—Estoy contigo.

Namjoon al sentir su cercanía sintió la necesidad de besarla, de amarla, pero sabía que no era el momento. Se apartó de ella antes de seguir sus impulsos, entonces llamó a Yoongi.

—Bro, que más—, saludó Yoongi del otro lado de la línea.

—Tengo un asunto, necesito su ayuda—, explicó tan rápido como pudo.

—Sabes que cuentas con nosotros para lo que sea.

—Kim Donghyun... Él es el problema.

—Entendido...

—Yoongi... Raquel está en peligro. Es urgente.

—Trata de calmarla, nosotros nos encargamos—, manifestó.

Después de cortar la llamada, volvió con ella. La abrazó y un segundo después alguien comenzaba a forcejear la puerta. Raquel entró en pánico y corrió escaleras arriba seguida de su protector, entró en su cuarto y puso seguro.

—¡Sabes que entraré de todos modos!—, gritó Donghyun desde la entrada, pronto abrió la puerta y se escucharon sus pasos dirigirse hacia la segunda planta. —¿Quieres jugar a las escondidas? Pero yo soy un buen jugador, nena—amenazó haciendo que el corazón de Raquel sintiera verdadero terror.

Ella no respondió nada, estaba completamente callada. Namjoon rogaba en su mente que sus amigos los ayudaran pronto.

—Sé que estás aquí—ambos se dieron cuenta que estaba parado frente a su habitación. Namjoon se puso de pie, ella lo tomó del brazo rogándole con la mirada.

—Debo hacerlo—susurró Namjoon en su oído.

—No, por favor no—rogó en un hilo de voz apenas audible. —nos matará.

Mientras tanto la cerradura de la puerta comenzó a ser forzada. Ambos sabían que tarde o temprano se abriría y la tensión subió, así como la ansiedad.

My Music is You [Kim NamJoon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora