El tiempo se congelo, madre mía, ¿estaba soñando? no, estaba segura que no. El teléfono seguía entre mis manos mientras esperaba que los calambres en mi vientre dejaran de hacerse presentes, estaba temblando, por Dios. La pantalla se volvió a encender mostrando un nuevo mensaje y una sonrisa nerviosa surgió de mis labios. La hora, se disculpa por la hora. Deje salir con vergüenza en las penumbras una risa que ahogue con la almohada.
Mis dedos se movieron con rapidez sobre la pantalla pero cada palabra terminaba olvidada, era un maldito mensaje, no era nada.
-Si, no tengo compañía para estos días.-
Los segundos parecían querer asfixiarme y en el fondo algo en mi creía que ella podía verme y ese simple pensamiento hacia a mis mejillas enrojecer. ¿Adivinaría mis pensamientos también?
Ridicula, ridicula, ridicula.
Y pronto un nuevo mensaje llego a mi bandeja.
-Ahora la tienes...- ¿Era sano sentir que el corazón se me saldría del pecho? probablemente no, pero no importaba tampoco. -Mientras no sea en horas de clase al menos.-
Revire los ojos soltando una risa que esperaba ella jamas pudiese escuchar. Mis dedos se movían temblorosos sobre la pantalla, tenia tantas dudas, tantas que no sabia como expresar, ¿debía? no, lo arruinaría, eso era seguro. Así que mordí mis labios como si el solo hecho de dejar salir algo por ellos fuera a fastidiarlo todo, esperaría hasta encontrarla entre los estantes, cuando no pudiera ignorar una pantalla.
-Por supuesto, no me atrevería a sugerir lo contrario...-
Me la podía imaginar con una ceja elevada y chasqueando la lengua con burla, pero si pensaba demasiado también la vería arrepentida. Y quien necesitaba imaginarla si tenia la promesa oculta de verla por la mañana.
-Ya lo creo... disculpa la hora otra vez, nos vemos mañana Sarah, descansa.-
¿Seria consciente que sus mensajes fueron una dosis de adrenalina? porque si de algo podía estar segura era que la noche se prometía larga, ¿le pasaría lo mismo a ella? seguro que no y daba los mismo.
Mi noche se baso en imaginar lo que sucedería al siguiente día, ¿era el momento de dar el siguiente paso y arriesgarme? una parte de mi se negaba, si me mandaba de paseo y comenzaba a alejarse de mi me lastimaría pero por otro lado, en el lado mas positivo, si me mandaba de paseo preferiría que fuera antes de aferrarme a ella, antes de hacerme su amiga, ¿podría ser su amiga? ¿querría ella eso de mi?. El recuerdo de las palabras de Daniel vino a mi mente y una sonrisa broto por fin. Celos, no debía sentir celos de mi si solo quisiera una amistad ¿no?.
Preguntas y mas preguntas. Estaba sobrepensando las cosas, siempre lo hacia, debía parar o terminaría con otro dolor de cabeza y al final no había motivos para seguir cuestionando cada paso que daba, estaba a nada de tener las respuestas que necesitaba, a pasos, a segundos. La encontraría en el mismo lugar que el día anterior, al menos eso quería creer, pues no me especifico nada y la inseguridad no cabía en mi. Claro que no esperaba fuese disipada tan pronto como sus manos atraparon mi brazo.
Al quedar frente a ella me desestabilizó la cercanía, prácticamente estaba a cortos centímetros de su rostro y podía percibir su respirar agitado, como si hubiese corrido para llegar a mi.
Por lo menos deseaba que esa fuera la razón.
-Hey.- no pude evitar sonreír embobada y ella ensanchó su sonrisa mirando la mía de paso.
-Hola, ¿tienes libre esta hora?.- dio un paso atrás cuando las personas comenzaron a abundar en el pasillo.
