Capitulo 8

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Después de aquello Kate camino junto a mi hasta unas calles antes de llegar a la cafetería, agradecí enormemente que no tocara el tema de Julianne, ni el pequeño teatro que nos montamos. Aunque agradecí aun mas las risas que soltamos al mirar a aquel chico de no mas de veinticinco chocar con un poste por ir absorto en su móvil, agradecí una platica que salía sola, sin esfuerzos ni incómodos silencios. Me sentí en confort con alguien mas en esa inmensa ciudad y Kate no pudo darme nada mejor que eso. 

Al cruzar la puerta de la cafetería no estaban mas de dos clientes, uno en la barra y otro en las mesas del centro. Camine hasta la barra saludando a Max y al señor de cabello canoso que tomaba un café cargado a sorbos, tenia migajas de algún pedazo de tarta en su barba mal arreglada  y un aspecto desalineado que no daba para mas, totalmente desagradable, lo mire de reojo mientras ataba mi delantal por detrás de mi cintura, algo en el me sonaba familiar, aunque no de una buena manera, sus ojos no me miraban a mi, pero si a Max con el que mantenía una charla de algún tema que no me interesaba, el señor que parecía de una edad ya avanzada no contesto a mi saludo pero no me lo tome a mal pues a pesar de que mi compañero si lo hizo, el hombre parecía tan metido en la conversación que no me importo. Me dirigí al cuarto de empleados para dejar mi mochila y la chaqueta de mezclilla que llevaba esa tarde.

Volví a la barra con solo libreta y bolígrafo, pero al llegar caí en cuenta de la mirada del hombre de la barra, que por fin tomaba conciencia de mi presencia en el lugar y guardo silencioso mientras su mirada cambio de sorpresa a temor, le mantuve la mirada pues ahora que lo miraba directamente a los ojos, me recordaba a alguien que alguna vez añore, pero era imposible, todo dentro de mi parecía gritar que lo conocía, que reaccionara y viera a quien tenia enfrente pero no podía relacionar a aquel hombre con nada, por mas que lo intentara. Después de lo que para mi fueron largos minutos de desconcierto, el señor aparto la mirada con un carraspeo y lo escuche pedir la cuenta a Max que parecía no haber notado nada, pues mientras secaba algunos vasos, seguía hablando de el tema de conversación que el hombre ya había perdido. Mi compañero recibió el dinero que el le tendió, mientras observaba confundió como el señor salia con apuro de la cafetería.

El resto de la tarde paso con normalidad, un par de mesas que limpiar y tazas de café que rellenar, pero el rostro de aquel hombre no salio mas de mi cabeza, algo se sentía tan familiar en el que mi mente me lleno de posibilidades que trajeron recuerdos y los recuerdos trajeron consigo sentimientos que yo no quería tener mas, y es que la actitud extraña de un hombre desconocido no podía remontarme tanto al pasado.

Max se fue alrededor de las cinco y treinta pues su jornada ya daba por terminada mientras que yo tenia que esperar hasta un cuarto de hora antes de las diez para poder cerrar, y eso era igual a esperar dos horas mas. Me dedique a intercambiar mensajes de texto con Kate en la espera de mas clientes, ella me hablaba de un vídeo que miro en youtube la semana anterior que la había dejado con una sensación de misterio, como si acabara de descubrir algo que no debía, según me dijo. Mientras escribía una respuesta para la rubia, la campanilla de la puerta se hizo escuchar y Collins entró con su sonrisa resplandeciente y una bolsa de comida japonesa en una mano.

Con paso seguro camino hasta mi para darme un beso en los labios, dejando la bolsa en la barra.

-Hola bonita- su aliento chocó contra mis labios y suspire alejando me de a poco.

-¿Como te fue hoy?- no lo vi durante tres días pues nuestros tiempos no coincidían, hablamos por mensaje pero no era lo que yo quería y apesar de que no lo amaba el verlo entrar por la puerta, con aquella sonrisa contagiosa, me alegro el corazón.

-Bien, desee verte todo el día.- me dijo con aquel acento británico que sabia le salia tan bien.- ¿y  a ti?- La mirada del hombre que unas horas atrás estaba sentado en el mismo asiento que Collins, me des-concentro por un  momento.

-Bien, no hubo trabajo hoy y en la escuela...- fui interrumpida por la puerta una vez mas. 

-En la escuela todo marcha de maravilla ¿no es así Sarah?- su sonrisa crispada me descompuso por un momento antes de reaccionar.

-Si, si, todo bien..- dije con inseguridad.  Me sonrió y volvió su mirada a Collins que la saludo con cortesía.

- Julianne ¿verdad?- pregunto con su cabeza ligeramente ladeada como tratando de recordar.

-La misma.- le dijo sentándose a nuestro lado en la barra.- ¿les molesta que los acompañe?- y aunque lo pregunto, yo sabia que ella no se movería ningún otro lado y era mejor asi.

-No, es libre.- 

-¿Que desea ordenar?.- le pregunte después de posicionarme detrás de la barra.

-Un americano, por favor.

-¿Nada mas?- debo admitir que desee ella estuviera recordando también el día en que nos conocimos.

-No, gracias. El café es algo que se disfruta solo.- creí ver un destello en sus ojos y sonreí cuando supe que no era la única que estaba pensando en ello, ella me regreso la sonrisa con un guiño y mis mejillas se encendieron.

Le entregue el café y antes de soltarlo ella rozo mi mano con sus dedos, me pareció extraño pero no me queje, estaba bien. Collins no parecía enterarse de nada pues su celular lo acaparo por unos segundos pero después, cuando noto que ya no saldría de detrás de la barra, me sonrió con decepción. Julianne, aunque no intervino mas, acaparo todos mis sentidos y no podía dejar de verla de reojo. 

Eran las nueve cuando el recibió una llamada, al principio permaneció en su lugar hablando por teléfono pero en algún momento se disculpo y se alejo para seguir hablando, yo aproveche para responder los mensajes que tenia de Kate, después de unos segundos Julianne hablo con su voz pausada y sin tacto alguno.

-Asi que, ¿la rubia o el chico?- froto su cuello mirándome directo a los ojos, sin sonrisas, sin nada.

Tu.

-Aun no me decido.- le dije en broma pero su expresión se endureció. Enarco una ceja y golpeo la madera con sus dedos.

Permanecimos un momento en silencio y cuando pareció querer decirme algo Collins regreso.

-El trabajo.- me dijo con un gesto que me hizo entender que no era gran cosa.

Vi de reojo a Julianne tomar su bolso y sacar su cartera, asi que dirigi mi vista a ella.

-¿Se va?.- la pregunta salio de mi y no pude detenerla.

-Me voy.- me miro con media sonrisa dejando el dinero sobre la mesa.- Muchas gracias, Sarah. Hasta pronto Collins.

El le sonrió inclinando su cabeza a modo de despedida y yo sólo la observe salir como la última vez.

-Ésa mujer me revuelve el estómago.- me dijo en broma Collins.- Tiene ese aire misterioso..-

-Supongo.-

Tome la taza que como la última vez permanecía casi llena.

Negro y frío.



     Lo lamentó bastante, se que tarde mucho en actualizar pero aquí está.
Gracias por los mensajes, es muy lindo de su parte.

Buena vida. :)



Cold CoffeeWhere stories live. Discover now