Capítulo 12

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-Necesitamos hablar con mamá, Emma.- Las emociones de las dos chicas estaban en bajada y la voz de la mayor salio como un ultimo aliento.

-No puedo, Sarah..- sus ojos mostraban el dolor por el que atravesaba como si de un libro abierto se tratara.

En un inicio la confusión dio paso a la negación y la negación a la ira para terminar en el llanto. El momento de enfrentar la situación no podía esperar, las dos lo sabían.

-Escúchame bien peque..- Sarah agradeció estar apoyada en el respaldo de la silla en ese momento, pues las piernas no le reaccionaban y estaba apunto de desplomarse ante la única persona que no podía sostenerla.- Esto no puede seguir así y va a parar ¿comprendes?-. sus palabras salieron como un susurro pero la determinación en ellas no desapareció.- No voy a dejar que te toque, no te podrá hacer mas daño.- sus lagrimas se derramaron sobre los cabellos dorados de su hermana y deseo poder sostenerla por siempre.

-Tengo miedo..- parecía tan pequeña ante los ojos de la mayor que su corazón golpeo dolorosamente su pecho al pensar en lo que la joven había perdido entre las paredes silenciosas de aquella casa.

-Todo va a estar bien.-

Pero no lo estuvo.

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Los recuerdos golpearon mi cabeza con todo lo que creí olvidado, lo que creí superado y el llanto comenzó a cerrar mi garganta, mi piernas fueron perdiendo fuerza en cada paso dado pero no podía pensar en otra cosa que no fuera llegar a él. Estaba cegada.

Las lagrimas nublaron mi vista y apenas podía seguir su camino, él no parecía enterarse de nada y su andar despreocupado me lleno de odio, no era justo, nunca fue justo.

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-¡Para! ¿Que estas diciendo Sarah?.- la incomodidad y la resistencia era palpable entre las cuatro paredes de ese cuarto que ahora parecía asfixiar a las hermanas.

El llanto de la menor le dio fuerzas a la mayor.

-La esta lastimando, deja de mirar a la izquierda y comienza a enfrentar la situación.- Su voz era dura pero el llanto no la dejaba hablar como quería, el dolor estaba ahí y su madre podía verlo.

La mayor de las tres se sentó tapando su rostro con las manos, aceptando en silencio lo que se negaba a ver. Y las hermanas se abrazaron sabiendo que el primer paso estaba dado y no había marcha atrás.

Pero el camino fue torpe y escombrado. Si tan solo Sarah hubiera podido prever lo que vendría después..

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Cuando lo perdí de vista al girar por la primera calle quise echarme a correr hasta él pero el agarre de una mano en mi brazo me detuvo.

-¿Que estas haciendo?-. su voz en un principio confusa se tiño de preocupación al notar el rastro que las lagrimas habían dejado.- ¿Que sucede, Sarah?-. tomo mi rostro entre sus manos y yo respire hondo dejando las lagrimas retomar el camino ya conocido.

-Estoy cansada, muy cansada.- Ella me sostuvo con sus brazos alrededor de mi cuello dejando besos por mi cabello oscuro.

-Vamos.

Gire mi rostro para tratar de encontrarlo entre la oscuridad de las calles pero era tarde y las fuerzas ya no estaban en mi.

.

Las tazas de té que se encontraban entre nosotras no habían sido tocadas y sabia que Hannah esperaba el momento oportuno para llenarme de preguntas y yo esperaba estar preparada para enfrentarme a ellas.
Quería confiar en mi amiga, quería confiar y superar pero superar era olvidar y yo no podía hacerlo.

Antes de marcharnos a mi departamento la rubia le aviso a nuestra amiga multicolor de mi repentino malestar estomacal y asegurando que ella estaba bien con encargarse de mi por esta noche, nos marchamos tan rápido como fue posible, dejando así a nuestra amiga disfrutar de la noche un poco mas. Hannah lo negó pero al salir de la casa parecía tan molesta que por un momento creí que estaba siendo egoísta al permitir que por mi no disfrutara la fiesta pero todo eso se perdió al escuchar su refunfuño el suspiro fue grande, contaba con ella incluso con su fastidio por aquella chica. Aunque no estaba segura de querer hablar.

"Esa tipa se quiere comer a Bree".- dijo y casi parecía estar conteniendo su molestia apretando tan fuerte la mandíbula que me preocupe.

No dijo mas y yo no rebusque entre sus ojos, quizá por miedo a ver lo que ya sabia que estaba pasando, Hannah estaba celosa y Bree no estaba mejor que ella el otro día, así que si las cosas no iban bien con ellas yo terminaría en una esquina.

-¿Me vas a decir lo que esta pasando?- tenia un rato viendo a mi taza y era consciente de ello pero no sabia como escapar de la conversación que llevaba tiempo evadiendo.

- Es el estrés, trabajar y la universidad, a veces es mucho.- ella me tomo de las manos dejándolas sobre la isla de la cocina y con sus dedos hizo pequeños círculos sobre mi palma y me sonrió.- Solo estoy cansada.- suspiro, quizá con decepción, quizá con comprensión.

-Sarah, ¿Quien era ese hombre?- mi garganta se seco.

-Nadie, solo..- solté sus manos y tome un poco de té tratando de evadirlo pero ella parecía recriminarme con la mirada, como si supiera todo y solo estuviera midiendo que tanto confiaba en ella y me sentí atrapada.

-Creí que confiabas en mi.- rio con cinismo y me miro con decepción y yo sentí mi corazón hundirse una vez mas cuando se levando de la silla, aceptando así que yo no le diría nada mas.

La vi caminar a la sala dispuesta a ponerse su abrigo y dejarme ahí.

-Espera, Hannah, no es eso...- mis ojos lagrimeaban y sabia que mañana me odiaría por llorar tanto en un mismo día.- pero es dificil.

Ella tomo su abrigo y esta vez pude ver la molestia en su cara.

-Escucha, Sarah.- cerro sus ojos haciendo presión con sus dedos en su nariz y acepte cualquier cosa que quisiera decir.- Se que no te conozco de toda la vida pero creí que sabias que podías contarme lo que fuera, eres mi amiga y te conozco, incluso si no lo quieres y se que esto..- dijo señalando mi rostro.- no es "estrés" y no es fácil ayudar a alguien si este no lo quiere así.- suspiro mirándome derrotada.-siempre evades mis preguntas, no nos cuentas nada de tu vida y ni siquiera me puedes decir el porque estas llorando ¿tan difícil es para ti confiar en nosotras?.-

Me acerque a ella con prisa murmurando un "lo siento" en el proceso pero ella retrocedió moviendo su cabeza en negación.

-No, piensa en lo que te digo y cuando comiences a verme como a una amiga de verdad puedes buscarme.- Camino decidida hasta la puerta y salio sin mirarme.

El silencio reino y me di cuenta de que mi vida seria siempre así;

Rodeada de un pesado silencio.


Les deseo una larga y feliz vida.





Cold CoffeeWhere stories live. Discover now