Capitulo 11

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Me sentía en un juego de tira y afloja en el cual yo no tenia la ventaja. Parecía darme la oportunidad por un segundo de acercarme a ella y después soltaba la cuerda dejándome caer con ella, como si no importara, como si no le interesara. Y probablemente era así, probablemente solo se estaba divirtiendo a mi costa mientras por las noches podía volver a los fiables brazos de su esposo, donde siempre podía volver. Incluso podría estarme dando mucha importancia, quizá ni siquiera era solo yo, quizá abría otra chica por el campus en la misma situación, confundida y cansada del pequeño juego que Julianne parecía disfrutar. ¿Quien sabe? Ahora no era nada seguro. Cuando creía estar pisando suelo seguro algo siempre me hacia darme cuenta de que me estaba equivocando terriblemente.

Cuando la clase comenzó, mis sentidos aun estaban depositados en lo que pudo pasar, mi mente apenas podía procesar el hecho de no encontrar otro sabor en mis labios cuando mis ojos le informaban que estaban apunto de chocar con dos pares rosados y carnosos. Pero no, no paso y no pasaría, por lo que se veía. Mis ojos la buscaban como si la necesitaran pare saber que era ella quien minutos antes los buscaba a ellos pero que ahora parecía huir de cualquier contacto visual conmigo y eso me irritaba.

Se pavoneaba por la clase hablando de algo que no me interesaba, ¿me evitaba después de casi besarme? ¿que se supone que tenia que hacer, buscarla, evitarla o simplemente dejarlo estar? quería respuestas, quería que dejara de darme vueltas en la cabeza, que dejara de nublarme la conciencia para poder dejar de actuar como una adolescente pero ella se divertía al confundirme hasta aquel punto, así que aunque mas mal que bien, solo me dejaba llevar en su juego.

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Para cuando el sol comenzó a esconderse Bree ya se encontraba en mi dormitorio, habíamos acordado que me acompañaría a la fiesta y nos arreglaríamos juntas para ello, así que media hora mas tarde de mi regreso de la cafetería, ella ya se encontraba tirada en mi cama tratando de persuadirme de escoger algo que ella calificara como "apropiado" para una fiesta universitaria de un tipo que ni siquiera conocía y yo trataba de convencer la de no llevar lentejuelas o un conjunto multicolor.

-Podrías intentar llevar el vestido azul de Hannah, ni lo notara.- La rubia rebuscaba entre mis cosas pero nada parecía convencerla, tampoco parecía siquiera ver realmente la ropa. -¿Segura que si va a ir?- Paro de quejarse de mi mal gusto únicamente para soltar la misma pregunta que llevaba haciendo desde su llegada, una hora atrás mi compañera me había marcado para decirme que nos encontraría en la fiesta pero la rubia multicolor no parecía satisfecha con eso y me inquietaba no entender su preocupación ¿me estaba perdiendo de algo?

-Ya lo sabremos si la vemos en la fiesta, Bree.- Ella asintió con la cabeza antes de resoplar y tenderme el vestido azul que parecía ser lo único conveniente para ella.

-Prueba.- Casi me exigió con una sonrisa, yo revire los ojos y comencé a desvestirme.

-Es una segunda piel, estas soñando si crees que me llevaré esto.- el vestido era como un molde asquerosamente duro que trataba de hacer mi cuerpo a su antojó, nada más alejado de mi.

Bree no parecía disgustada con lo que veía pero tampoco encantada y una parte de mi se preguntaba si era por el hecho de que no me lucía genial o si era porque no me lucía como a Hannah.

-Que va, te ves increíble.- bueno, tampoco me miraba mal.

-Increíblemente asfixiada.- el espejo de cuerpo entero me dejaba apreciar la manera en la que el vestido se ajustaba a mis caderas y resaltaba mis pechos.

-Increíblemente sensual, se que da, no hay más.-

Despues de todo por un rato no estaría tan mal.

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La música se escuchaba desde la calle anterior y ya podía comenzar a sentir la migraña que me vendría.
Había confiado en que seria algo pequeño, quizá unas veinte personas, cerveza y música para acompañar, no esperaba luces fluorescentes, música ensordecedor y un grupo de personas listas para tirar todo por la ventana.
Aún así, no estaba mal perderse una noche.

La casa estaba repleta de gente tomando, jugando y otras tantas platicando, en teoría todos parecían ser agradables y fue por ello que Bree y yo nos juntamos con un pequeño grupo en el centro de la sala. Eran cinco caras sonrientes mirándonos amigablemente durante interminables segundos hasta que se acostumbraron a nuestra presencia y nos integraron en la charla, resulto ser que solo dos de ellos asistían a nuestra universidad, los otros tres eran amigos de alguien que invitaron a la fiesta, eso explicaba la cantidad de gente en esa casa, nadie podía tener tantos amigos.

Al cabo de media hora a Bree le dio por salir a bailar con una de las chicas del grupo así que mientras mi amiga estaba ocupada restregando su trasero yo me dispuse a llamar a Hannah.

Uno, dos, tres y..

-Ya voy, ya voy, solo me retrase.- su voz entre cortada y ahogada me hizo saber que no me mentía.- En dos minutos estoy ahí.- corto la llamada y yo resople sabiendo que dos minutos eran diez en el vocabulario de mi amiga.

Mis pies se dirigían de vuelta a la casa cuando mi cerebro les dio la orden de detenerse, él estaba ahí, al otro lado de la calle, era él, lo que quedaba de él, llevaba atada la correa de un perro en la mano, su barba desalineada y larga le sirvieron de disfraz una vez ¿como no me di cuenta antes? esos ojos, claro que me resultaron familiares, los veía todos los días en el espejo, no podía culparme del todo, era tan distinto a como lo recordaba, ni siquiera le hubiese reconocido si no hubiese abierto la boca.

-¡August! ¡Es hora de volver a casa!- Grito palmeando las manos y sentí mi estomago contraerse tras los recuerdos, claro que era el, cerré los ojos por la oleada de calor que recorrió mi cuerpo y di un paso hacia adelante, el coraje invadió mis sentidos y me creí capaz de plantar le cara pero los pasitos apresurados de un niño de no mas de seis años me detuvieron, acababa de doblar la esquina y venia acompañado de un perro.

-¡Ya voy abuelo!- el niño le contesto a su vez mientras corría detrás del perro.

La sangre me hervía y solo necesitaba dar un par de pasos para llegar al causante de todo. 

La música se apago en mis oídos.



         

Hey.

  Lamento la tardanza, estuve un poco ocupada,  estoy apunto de ingresar a la universidad, también tuve mi graduación y fue cosa tras cosa pero tengo un mes de vacaciones así que tengo tiempo y mucho aburrimiento, si quieren hablar conmigo o algo siéntanse libres de mandarme un mensaje por aquí o por instagram (que es donde mas estoy)

    Les deseo una larga y feliz vida.
















Cold CoffeeWhere stories live. Discover now