13. Sólo un poco más

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Suspiro y miro por el gran ventanal de mi despacho. Casi es de noche pero aún me queda mucho trabajo pjara poder irme a casa.

Llaman a mi puerta y al insta la abren.

-    Lizzie...Elisabeth - rectifica Evan al entrar en el despacho - necesito que firmes estos documentos antes de marcharte.

Asiento con la cabeza sin mirarle mientras tecleo en el ordenador.

-  Cierra la puerta, por favor. Quiero hablar contigo.

El chico suspira nervioso y camina hacia mi mesa, deja los papeles sobre la mesa y espera con los brazos cruzados sobre el pecho.

-    Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento la noche anterior.

-   No tienes que disculparte, Lizzie. Ha sido tu elección. Es errónea pero es tuya.

-   Ryan y yo queremos invitarte a que cenes con nosotros.

-   ¿Y por qué debería aceptar? - pregunta enfadado - pensaba que serias mi chica y a las pocas horas me escribes que te vas con él.

-     Porque os quiero a los dos - confieso - cada uno me queréis a vuestra manera y me encanta.

-   Ya. ¿Y seguro que a tu novio no le importará compartirte?

-  Eso debo decidirlo yo. No él.

Me levanto de la silla ante su silencio y me siento ligeramente sobre la mesa. Sin ser consciente de que uno de los botones de la camisa está a punto de ceder.

Evan mira descaradamente a mi escote y resopla.

-   ¿Cómo es posible que con esa cara tan preciosa y angelical despiertes mis instintos más oscuros?

Me muerdo el labio, halagada por sus palabras y él se lanza directo a mis labios. Haciendo que gire sobre la mesa para poder sentir su creciente erección.
Masajea con calma mis pechos por encima de la blusa, haciendo que me moje al instante.

-    Evan, para - susurro en un gemido - no puedo tener relaciones hasta dentro de 5 semanas.

-   ¿Qué? - rie contra mi oído. Suspira para calmarse y se aleja unos centímetros - ¿Por qué dices eso?

-   Desgarro vaginal, según el ginecólogo - contesto girando para mirarle - nada de coito en 6 semanas hasta que me recupere.

Evan ríe pícaro y me obliga a sentarme en la mesa. Deja un beso en mis labios y se arrodilla frente a mi.

-   Pero no dijo nada de esto, ¿no?

Separa mis piernas y aparta a un lado mi ropa interior con un par de dedos, y acerca la lengua hacia mi clítoris, tan sensible que gimo en cuanto lo roza.
Estira los labios con los dientes, haciéndome aferrarme a la mesa con ambas manos. Frota con frenesí mi clítoris mientras que con la lengua bordea mi húmeda entrada. Haciendo que enloquezca y apriete su cabeza contra mi entrepierna entre jadeo y espasmos hasta que consigo correrme.

Se levanta con una sonrisa y cierra mis piernas para juntarlas.

-  Si necesitas algo más, estaré en mi despacho.

Tras cuatro semanas y varios enfados por vivir con un dios del sexo al cual no puedo dar placer más que con las manos y los labios, una mañana despierto y encuentro la cabeza de Ryan entre mis piernas.

-  Vamos cariño, córrete- ríe Ryan introduciendo su lengua mientras frota mi clítoris con sus dedos.

- No puedo - susurro gimiendo por el placer, aunque no puedo liberarme del todo.

-  Claro que puedes - contesta metiendo un dedo por mi cavidad, haciendome gritar de dolor, pero que viene acompañado por todos mis liquidos.

Se lleva los dedos a la boca, saboreandolos mientras me tumbo en el colchón boca arriba para poder respirar. Ryan se tumba sobre mis pechos y juega con uno de ellos entre sus dedos aun llenos de mis flujos, lo estira y lo mordisquea cariñosamente.

-    ¿ En que piensas?- rie jugando con uno de los pechos.

-   Evan...

-   El dichoso becario...- rie chascando la lengua - te tiene loquita.

Me muerdo el labio al ver su cuerpo desnudo levantartarse de la cama.

-  He pensado que el sábado que viene, cuando estés recuperada, podemos llamarle.

-  ¿Para qué?

Ryan se tumba encima de mi, apretando su notable erección contra mi entrada.

-  ¿Tu que crees? - rie contra mis labios - quiero compensarte.

-  ¿Mi trio? - contesto en un suave gemido.

Mi temperatura sube de nuevo. Es tan seductor, que con una sola mirada consigue que mi cuerpo tome el control de mis deseos.

Le deseo tantísimo.

Le tumbo contra el colchón y aparto mi pelo haciendo un alto moño y él rie sabiendo lo que viene a continuación.
Introduzco la punta del grandioso miembro en mi boca, impulsandolo hacia mi garganta.

-        Espera-  rie haciendo que pare- quiero hacer algo nuevo para ti.

Le miro levantando ambas cejas mientras hace que me tumbe sobre él, situando mi cabeza frente a su miembro y siento como da un lenguetazo a lo largo de mi humedo sexo. Ahogo un chillido contra su miembro cuando da un suave mordisco a mi clítoris y después sigue introduciendo la lengua en mi a la vez que yo sigo besando, acariciando con la lengua su grandioso miembro mientras juego con sus testiculos entre mis manos.

Mi amigo da una graciosa cachetada a una de mis nalgas mientras recorre con la lengua el espacio entre mi sexo y estas, haciendome gemir de nuevo y vertir todos mis jugos hacia su boca.

-        Cada vez lo haces mejor- dice riendo entre gemidos mientras sigo introduciendole en mi boca en la que momentos más tarde se corre.

Perfilo mis labios con mi lengua para limpiar lo poco que no he tragado mientras me poso sobre las piernas de Ryan, le miro a los ojos sonriendo y entrelazo mis manos por detras de su nuca.

-        Eres tan preciosa- susurra besando mi nariz.

Siento como su miembro vuelve a levantarse, presionando contra mi entrada, pidiendo poder introducirse en mi... y lo deseo.

Love Taxi 🔞Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt