14-. La interrupción de Jardín.

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"Solo espero que no se me ponga dura".

—Hola, Aaron—carraspeó ante un involuntario gallito que le salió—, te estaba buscando.

—¿A-A mí...?—el hijo de Apolo iba a ponerse de pie, pero el brazo de otra impertinente cría de Afrodita, la cual le sonaba de algo, se lo impidió.

Impidió que Marcus pudiese ver las piernas bronceadas de Aaron.

Quiso degollarla ahí mismo.

—¡Estamos en una importante sesión de belleza!—Ajk, nunca se le había hecho tan irritante esa chillona voz que, insistía, le sonaba de algo.

—Me importa un bledo.

—¡Pues a mí me importa un bledo que vengas a llevarte a Aaron!

—L-Lizzi... Ya estábamos terminando, ¿no?

Ah, así se llamaba...—Sí, Lazy. Ya lo acaparaste por hoy. Ahora me toca a mí—e infló el pecho, como hacen las palomas para coquetear. Olvidándose de que, en fin, Aaron no era una paloma para caer rendido ante él. Aunque supuestamente ya lo estaba.

—Aaroncito, cariño, ¡ni siquiera llevas pantalones!

Solo entonces el ojiazul cayó en cuenta de su desnudez inferior y, más rojo que un tomate, se cubrió con las sábanas de la cama en la que estaba sentado. No miró a Marcus a la cara, el cual ardía en rabia.

—¡Y tú, Marcus, será mejor que te largues ahorita, porque ya después te mandaré a Aaron vestido!—Lizzi se puso de pie, con sus altos tacones puestos, y con un rollo de periódico bien compacto, comenzó a aporrear al hijo de Ares en los hombros (pues no llegaba más arriba) hasta hacerlo retroceder a la puerta. Todo ello, bajo la estupefacta mirada de los hijos de Afrodita, en los cuales Marcus recién reparaba.

Su orgullo estaba más que herido.

Le echó una última mirada de cachorrito perdido a Aaron, antes de ser echado con una patada-tacón en la espalda y que Lizzi, Lazy, Leici, en fin, cerrase muy enfadada la puerta, ruidosamente.

Marcus había sido echado por una hija de Afrodita con problemas de histeria.

Lorely lo esperaba masticando goma de mascar ruidosamente y, cuando Marcus notó su presencia, hizo un globo con el dulce y lo reventó contra su lengua.

—Se me olvidó decirte que Lizzi y yo discutimos, ¡y que está de mal humor!

Bufó.

AARON

Lizzi estaba tan irritable que daba miedo. Por ello, y solo por ello, Aaron no escapó por la ventaba para irse con Marcus, aunque se moría de ganas.

Bueno, además de que no llevaba pantalones.

¡Qué vergüenza! ¡Marcus lo había visto sin pantalones! ¡Agh, qué mal día! Quiso ir a visitar el inframundo, de la mala manera, y no volver jamás. Porque él no tenía lindas piernas. No, no y no.

Luego de que el castaño fue echado y los hijos del amor regresaron a relatar chismes entre ellos (sobre, más que nada, lo recién visto), Lizzi lo peinó con fuerza desmedida y lo obligó a probarse variados conjuntos. Se sintió usado. Y solo cuatro horas después fue liberado, también a patadas, con el cuerpo irritado por tantas telas.

Lizzi y Lorely debían reconciliarse lo más rápido posible. Por el bien de la humanidad.

Fuera de la cabaña de Afrodita quiso Aaron buscar al hijo de la guerra, pero las únicas personas que podían darle información precisa sobre su paradero eran los hermanos de éste.

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⏰ Last updated: Jun 17, 2019 ⏰

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Aaron, el semidiós [Yaoi/Gay]Where stories live. Discover now