14-. La interrupción de Jardín.

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SI HAY FALTAS DE ORTOGRAFÍA O INCOHERENCIAS INCOHERENTES FELICIDADES POR NOTARLAS.

<3

MARCUS

—¿Está Aaron?

—Hola, Marcus. ¿Cómo estás? Yo bien, gracias. Me llamo Max, por cierto. Un gusto conocer al futuro novio de mi hermano.

Marcos no era tan imbécil, y fácilmente notó la acidez en las palabras ajenas. Dudó, entonces, entre golpear a su futuro yerno, o sonreirle.

—¡Hey, Marcus!—Lorely, cuya brillante sonrisa lo distrajo de la decisión recién tomada (golpear a Max), hizo gala de presencia metiendo su rostro bajo el brazo de su hermano—. ¡Perdona a Maxito, pero su novio lo dejó!

El rostro de "Maxito" tomó un furioso rojo y, pellizcando la nariz de la rubia, se hizo a un lado.

—¡Sólo me dijo que necesitaba tomar un tiempo!

—¡Lizzi me dijo que te dejó!

—¡Vuelves a dec-!

El hijo de Ares carraspeó fuertemente, llamando la atención de Lorely, quien volvió a sonreírle. ¿Era cosa de hermanos tener sonrisas tan radiantes? Aunque, sin duda, en Aaron se veían mil veces mejor.

—Busco a-

—¿Buscas a Aaron?

—Esto, s-

—¡Está en la cabaña de Afrodita, eligiendo un conjunto decente para la no-sé-qué que tiene contigo hoy!

—Vale—tanta hiperactividad le molestaba si no venía del rubio que buscaba, así que tomó la manilla de la puerta dorada y la cerró de golpe, casi arrancándole la pierna a la chica. Y, además, saber que Aaron nuevamente se quemaba el cerebro por vestirse bien para él, lo ponía más ansioso por verlo.

—¡Se dice "gracias", maldito cerd-!

Le dio la espalda a la cabaña de oro y se encaminó a la del amor. El corazón le iba a mil, porque ahora sabía que Aaron incluso se preocupaba de la ropa que se ponía para pasar tiempo con él. Sí, Marcus se lo repetía mil veces en la cabeza. Para no olvidarse... Aunque difícilmente podría.

Tan lindo.

Frente a la puerta de madera pintada de rosa, titubeó si tocar o no. Podía escuchar los murmullos, la mayoría chismes, que se comentaban al otro lado y, siendo sinceros, Marcus mismos quería enterarse de algunas conversaciones como, por ejemplo, la que apostaba estaban teniendo Lizzy y Aaron, dentro de la cabaña. 

Pero como no tenía idea de bajo qué ventana debía ponerse para escuchar claramente las palabras del ojiazul, finalmente tocó (aporreó, realmente) la puerta con la mano derecha. El silencio se hizo presente dentro de la cabina hasta que, gracias a los dioses, una chica enana y con frenillos le abrió. Tan enana, que se asustó de lo impotente del castaño y, echa un amasijo de nervios y miedo, preguntó, chillona:

—¿S-Sí?

—Permiso—con la mano izquierda la hizo a un lado (casi estampándola contra la pared) y se adentró en esa cabaña apestada a rosas y perfumes de fantasía. Él solo buscaba a Aaron.

—¡Ah, M-Marcus!

A la velocidad de la luz, sus ojos buscaron y encontraron al único rubio radiante del lugar. Que estaba sin pantalones.

Los colores se le subieron al rostro y, del impacto, casi le flaquean las piernas.

Pero él era un macho duro y resistió, tensando los músculos del cuerpo para no perder el equilibrio. Incluso, quiso verse más macho y sacó un poco de pecho.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2019 ⏰

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Aaron, el semidiós [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora