13-. "¡Wah, wah!"

529 47 27
                                    

SI HAY FALTAS DE ORTOGRAFÍA O INCOHERENCIAS INCOHERENTES FELICIDADES POR NOTARLAS.

MARCUS

—¿Marcus?

Volteó al suave llamado de Aaron. Era día viernes, de noche, y el hijo de Ares había estado arrastrando al de Apolo por un largo recorrido sin decirle nada en absoluto. Normal que preguntara, claro, pero es que Marcus aun no se inventaba una excusa para su comportamiento. 

Quería proteger a Aaron. Sin tapujos: el rubio era un inútil, y en esa competencia tan riesgosa para la integridad física de cualquiera, había algo así como un 90% de probabilidades de que el ojiazul saliese herido. En cualquier aspecto. La sola idea espantaba a Marcus. Cuando escuchó el anuncio de Quirón en la cena de hacía... ¿Una semana?, ya había tomado su decisión: haría pareja con Aaron y lo escondería en algún lugar hasta que todo pasara.

Iban con unas esposas que los mantenían unidos, de manera que el castaño realmente iba arrastrando al más bajo (haciéndole doler, pero ignorante de esto). Aaron había estado observando la ancha espalda de Marcus en silencio, maravillado por lo varonil que le resultaba. Pero eso, Marcus tampoco lo sabía. 

—¿Qué pasa?—dijo finalmente el ojiverde. Ralentizó su paso hasta que el otro le dio alcance.

—¿Dónde vamos?—la obligada cercanía de Aaron lo ponía a mil. Todos sus vellos erizados, completamente en guardia. Quizás por eso también guardaba su distancia... En fin.

—A cualquier lugar—balbuceó. El contrario lo miró confuso, con el rostro cubierto de sombras. Aun así, los ojos brillaban y los labios seguían viéndose apetitosos.

"Concentración, concentración".

—¿Ah?—ladeó la cabeza—, ¡pero si tenemos que ir a matar monstruos! ¡Quitarles el collar que traen!, ¿o no?

—Sí, sí. Es que... me pareció escuchar algo por aquí cerca—. Era mentira. Pero Aaron no tenía por qué enterarse. No se esperaba que éste sacara su daga (una muy mala, si le permitían decir) y se agachaba en aquella "posición de guardia" de las películas (casi inútil, en cualquier caso. El cabello de Aaron en la noche era casi tan brillante como un diamante, cosa no natural).

—¿Desde dónde? ¿Era un sonido fuerte?—y le miró, con la rubia ceja enarcada. Que actuara tan valiente casi lo dejó babeando, pero disimuló esto. Aaron le sonrió antes de guardar su arma—. Je, es broma. Sé que no serviré de nada si nos atacan...

—No digas eso—él estaba de acuerdo—, siempre hay algo que puedes hacer.

—¿Huir?

Pareció sensato, y si servía para mantener a Aaron a salvo entonces también era una idea útil.

—Seh. ¿Descansamos aquí?—señaló un árbol un poquitín viejo. Ya se habían alejado bastante del centro de lucha (o, más bien, donde todos los campistas se habían movido golpeando cacerolas para atraer a los monstruos), por lo que podían sentarse en paz.

El rubio ladeó la cabeza—. ¿Eh? ¿Estás cansado, Marcus?—. Le sonrió socarrón. "Mierda, quiero comerle la boca".

—Sí. ¿Te sientas?

Ambos se tendieron en la hierba. Sobre sus cabezas se extendía un frondoso follaje que impedía el paso de la luz. Estaban a oscuras (a excepción del cabello de Aaron), por lo que Marcus sacó su lanza, con punto de bronce celestial, que fue capaz de iluminar un área pequeña. El ojiazul lo imitó sacando su daga, pero ésta se atoró en el cinto y estuvo bastantes minutos forcejeando con este. Concentrado se veía realmente bonito.

Aaron, el semidiós [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora