CAP 43-Fiesta de Cumpleaños

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PUNTO DE VISTA DE

PUNTO DE VISTA DE

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Lloré por horas.
Por días.
Por semanas.
Por meses.

Lloré por Liam.
Por mis padres.
Por la tía Bianca.
Por todo lo que me había roto el corazón.

Zarah había estado a mi lado, viendo como su hermana se desvanecía en el dolor y el llanto.

Había releído la maldita carta al menos un millón de veces.
Había intentado rastrear su teléfono, había enviado un equipo de hombres a su búsqueda, pero Liam había desaparecido de la maldita faz de la tierra.

Todos en la banda evitaban hablar de él en mi presencia, como si tuviesen miedo de que yo también perdiera la cordura y me esfumara. Le había rogado a Kalum y a Tyler que me diesen pistas de su paradero, pero ellos aseguraban no saber nada.

-¿No crees que deberías pasar a otra cosa?- me había dicho Mark, y yo solo lo miré confundida.

¿Cómo diablos podía pasar a otra cosa?

Liam había cambiado mi vida entera, mi manera de pensar, de ver las cosas.

No quería pasar a otra cosa.
Quería a Liam.

Zarah ya había empezado la escuela nuevamente, la banda funcionaba bien y aunque la dirección del banco era un poco difícil para mí ya que no conocía nada de ese mundo, todo estaba funcionando.

Las Murray, Noche, y Artemisa habían estado ahí para mí en todo momento, al igual que Mark, Tyler, y Kalum, pero sentía que ellos no me entendían. Yo no quería a Liam, lo amaba, y me había dado cuenta muy tarde.

Me preguntaba cada noche donde estaría, y las razones de su partida aún no me quedaban claras, lo que hacía de su ausencia mi mayor tortura.

Si lo que quería era protegerme, ¿porqué no se quedó conmigo?

Pero algo me decía que había más.

Un secreto.

¿Habría Liam descubierto algo?

Mi questionamiento fue interrumpido por Zarah.

Había crecido mucho en los últimos meses: estaba más alta y su cabello mucho más largo.

-¿Qué quieres hacer para tu cumpleaños?- le pregunté cuando se sentó en el sofá de la sala.

Nos habíamos mudado a la mansión Williams, que había pasado a ser la mansión Z.

Al principio nos habíamos mudado a mí departamento nuevamente, en el que vivía cuando aún era agente, pero no quería vender esta casa.

Era lo que me quedaba de Liam y sabía que significaba mucho para él.

-¿Qué tal una fiesta?-propuse- podrías invitar a toda tu escuela si quieres-dije en un suspiro.

Algo que no me gustaba, era que la mansión era demasiado grande, podían caber unas 300 personas sin problema. Recordé entonces la fiesta en la que Liam y yo anunciamos nuestro compromiso.

Miré mi anillo que aún tenía en el dedo, Liam me lo había entregado esa noche y desde entonces, no me lo había quitado.

-¡Si!- se exclamó Zarah emocionada. Cumpliría 16 años y quería que fuese algo especial.

Inmediatamente empezamos a ver la decoración y el resto. Zarah estába deacuerdo en que invitase a otros jóvenes de su edad, hijos de personas influyentes de Nueva York.
Siendo la nueva y única dueña del banco Williams y de la banda, había conocido a mucha gente y había marcado mi lugar entre las grandes potencias neoyorquinas.

Por supuesto, todos querían entender como es que había llegado a tener todo el imperio Williams, y miles de rumores corrían por las calles, pero eso no me importaba.

Pasé el resto de la semana organizando la fiesta de Zarah, lo que me mantenía ocupada y distraída.

Zarah había decidido que quería una cena, algo un poco formal, feminino, y yo la complacería.

Algo que sin duda admiraba de mi hermana, era su felicidad y su sonrisa.
Nadie podía arrebatársela. Fuimos luego a comprar su vestido y una vez las invitaciones repartidas, Zarah no paró de hablar de eso.

Me gustaba verla feliz porque sentía que de alguna manera, yo también me alegraba.

Cuando llegó en día de su cumpleaños, nos despertamos temprano para asegurarnos de que toda la decoración estuviese bien y que el buffet llegase a tiempo.

Había llamado a estilistas y a maquillistas para que arreglasen a Zarah, precisandoles que no debían hacerle nada cargado.
Era aún uno niña, o al menos de eso quería convencerme.

Una vez listas, bajamos las majestuosas escaleras que daban al salón principal y los invitados empezaron a llegar.

Reconocí a un par de sus nuevos amigos, pero la verdad es que no conocía ni a un cuarto de ellos.Me sentí culpable de estar tan ausente en la vida de Zarah.

Empezaron también a llegar otros adolescentes, hijos de conocidos o aliados del banco y la banda.
Queria que Zarah formará vínculos en esta ciudad ya que los contactos lo eran todo en este mundo.

Saludé a un par de ellos: al hijo de los Carrier, a los gemelos Vlase, a las hermanas Douglas.

Parecía sin duda una fiesta de cuento de hadas.

-Quedó hermoso-dijo Charlotte a mi lado con una copa de champaña en mano.

Habíamos también invitado a un par de miembros de la banda con los que Zarah se llevaba muy bien.

Busqué a mi hermanita con la mirada y la encontré hablando con un chico.

Debía tener uno o dos años más que ella, era el hijo de los Baner.

-Vaya, vaya- dijo Valerie con una sonrisita uniéndose a nosotras y dirigiendo su mirada a Zarah.- Aris, el hijo de los Baner, es una buena elección.- continuó a modo de chiste.

Achiqué los ojos, arrepintiéndome de haberlo invitado.

Los Baner eran una familia importante de Nueva York, eran los abogados más solicitados y tenían muy buena fama. En cambio, no era un secreto para mí que habían estado envueltos en fraudes fiscales con bandas.

-Espero que tenga cuidado-dije sin despegar los ojos de ellos.

-Sería una historia de amor interesante-agregó Valerie para luego tomar un trago de su copa de vino blanco.

Tan interesante como Liam y yo, pensé.



Olvídame Cielo  #OLVIDADOS#1Where stories live. Discover now