Capítulo 5

27 6 0
                                    

Sebastian

Chequé mi teléfono, era la una de tarde. Tenía la pequeña esperanza de ver en mi bandeja de entrada alguna notificación de Irene. Yo mismo me hacia ilusiones sin importar encontrar como respuesta una decepción. Sé que era sábado, lo cual para algunos era sinónimo de salir con los amigos y olvidarte de las responsabilidades que tengas por lo menos un día a la semana.

En cambio yo me encontraba haciendo mi turno en el trabajo. Esteban se encontraba en la misma situación que yo. Solo que a él no le importaba reflejar lo que en realidad sentía por dentro. En sus ojos podía ver cansancio e incluso desesperación. Parecía como si en el segundo en el que el reloj llegara a su hora de salida, él saldría corriendo del restaurante. No tengo ni idea de que iría a hacer después de que se acabe su turno. Tal vez solo vaya a descansar, o podría ir a tener una pelea callejera en algún barrio de la ciudad. No tengo ningún tipo de prueba de lo último, pero puedo lograr imaginar por alguna razón a Esteban haciendo ese tipo de actividades. Tiene la barba necesaria y el tamaño adecuado.

Me di cuenta de que el cliente de la mesa 4 tenía su mano levantada. Así que me acerque a ellos con rapidez. Eran una familia de tres personas, el padre, la madre, y una chica que le podría calcular la edad de 15 años.

- Te podría pedir la cuenta, ¿por favor? - Dijo el señor con amabilidad.

- Si claro, déjeme se la traigo. - Al terminar de decir mi frase me fui a la maquina para poder imprimir el recibo.

Cuándo apenas estaba empezando a trabajar en el lugar se me hacia demasiado complicado poder lograr hacer la cuenta. Había demasiado botones, todos pegados unos con otros, diferentes colores y tamaños, era demasiado para mi cabeza. Muchos de los otros trabajadores sentían compasión por mi, o simplemente se cansaban de ver mi cara de confusión. Así que se acercaban para poder brindarme la ayuda que necesitaba. No es por presumir ni nada, pero ahora puedo decir orgullosamente que soy un experto en el arte de poder hacer la cuenta. Ya incluso tengo el tiempo calculado para poder hacerla más rápidamente.

Luego de poder hacer el recibo me acerque a la mesa.

- Aquí tiene. - Dije mientras dejaba el recibo sobre la mesa.

Podía sentir la mirada de alguien, luego me percaté que venía de la chica que se encontraba sentada en dicha mesa. Me miraba como si estuviera viendo algo extraordinario pasar en frente de sus ojos. No quise pensar de mala manera, tal vez solo estaba viendo algo pasar en el exterior. Así que gire a ver hacía la ventana, y me encontré con la sorpresa de que no había nada ni nadie. Pero la chica seguía mirando hacia mi dirección.

Lo que hice fue irme de regreso a mi posición original, y dejar a los clientes dejar el pago y la propina. Luego de un tiempo cuando ya obtuve la indicación de acercarme a a la mesa 4 tomé el pago y la propina correspondiente y agradecí su visita.

Después de eso volví al área que yo siempre ocupo cuando no hay clientes, la cual esta ubicada al lado de la cocina.

- Esa chica te estaba devorando con la mirada. - Dijo Esteban mientras se encontraba recargando sobre la pared.

- Claro que no. - Dije tratando de evitar lo muy evidente.

- No hay peor ciego que el que no quiere ver. La verdad es que últimamente tienes demasiado pegue entre las chicas.

- Me pregunto que es lo que se supone que tienes que estar haciendo mientras te la pasas observando. - Dije entre algunas risas.

- Pues cosas que por el momento no me interesan. - Dijo mientras estaba dispuesto a sacar un cigarro de su cajetilla.

- Hey falta poco para cerrar. - Dije mientras miraba la hora en el reloj. - Para ser exactos faltan 15 minutos. ¿Te parece si salimos un poco temprano?

- En serio es una pregunta. - Dijo mientas se quitaba el uniforme. Podía jurar que tardó unos 30 segundos en acabar de quitárselo. Era como si tuviera el poder de la velocidad a su merced. Hasta no me había percatado de que de un momento a otro ya tenia con sigo todas sus pertenencias. - Bueno nos vemos luego. - Dijo mientras ya se encontraba en la puerta.

Y es así fue como supe que era yo él que le tocaba hacer el aseo.

*** *** *** *** *** ***

El día siguió continuando, y yo seguía avanzando hacia mi destino. El trafico estaba tranquilo ese día, extraño pero no me quise hacer preguntas, solo quería disfrutar de como mi carro avanzaba con fluidez. Estaba a punto de llegar a mí tan esperado destino. Hasta que pude observar las luces que parecían que estaban flotando en el aire. Era el lugar que tanto había esperado. Busque un lugar en donde poder estacionar mi carro, y después salí de el con un poco de prisa. Llevaba ansiando este momento desde hacia mucho tiempo, y ahora en este mismo momento se estaba volviendo realidad. Caminé y pude ver que ya estaban las murallas blancas por todas partes del lugar. Era una maravilla saber que cada una de ellas cargaban y daban a conocer otros mundos, obras de arte, ilusiones que solo nuestros ojos pueden observar.

El arte para mi era parte de mi ser, no podía explicar la explosión de sentimientos que me hacían sentir las pinturas de algunos artistas. Pero en esta galería se estarían presentando la de mí artista favorita.

Me gustaba ver como había en gran numero de gente en los alrededores. Sí había ruido, pero eso era de lo de menos importancia. Lo que importaba es que más gente podría posar sus ojos en cada uno de los recuadros por lo menos unos segundos. Eso es lo que busca cualquier artista, que alguien más pueda ver la obra finalizada en la que ha estado trabajando.

Iba de cuadro en cuadro, viendo los diferentes colores que cada uno de ellos me brindaban. Estructuras, paisajes, sombras, tal vez para algunas de estas persona no tenían ningún sentido cada uno de estos elementos. Pero para mi eran importantes, ya que eran detalles que habían estado en la mente de los artistas.

Veía cada vez más, mis ojos no se cansaban de admirar la belleza en cada una de las obras.

Hasta que encontré una que me llamó demasiado la atención. Era diferente a todas las demás. Era la silueta de un chico, tenia manchas de diferentes colores por todo su cuerpo. Pero en el ligar en donde se deberían de ubicar sus ojos habían manchas negras, estas se escurrían hacía abajo. Dando la ilusión de que se encontraba llorando.

Me encontré tan perdido en esa pintura, que no me había percatado de la presencia de alguien más a mi lado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me encontré tan perdido en esa pintura, que no me había percatado de la presencia de alguien más a mi lado. Era tan familiar su estructura que empece a hacerme ilusiones, me recordaba a alguien pero no quería admitir a quien. Hasta que la persona me devolvió la mirada.

- ¿Tú? - Dijimos los dos al mismo tiempo.

Irene

No puede ser posible.

N/A
Ese fue mi intento de hacer un cliff hanger.
Espero hayan disfrutado el capítulo, si es así dejen sus votos y comentarios.
( ^ω^)ノ゚

¿Sueño o Pesadilla?Where stories live. Discover now