Capítulo 27

1.2K 136 34
                                    

Capítulo 27 (escenas sexuales)

—En verdad te ves hermosa recién despertada, me recuerdas a la señora loca de los gatos

Gruño al escucharlo, le levanto donde estoy haciéndome la molesta.

—Esperaba un comentario no sé más romántico de tu parte—concluyo

Me toma del brazo y con un rápido y ligero movimiento me atrasa tras de él, quedando mi espalda en su pecho.

—Me gustas demasiado para decir algo romántico, perdona este imbécil pero me gustas y no sé qué decir ¿Cómo lo pasaste tú?

—Creo que llegue a ver estrellas.

12 horas atrás

Al escuchar esa confesión, no pude aguantar más y lo beso, lo beso y no lo suelto, porque lo necesito, yo lo necito y él me necesita a mí. Después de mucho tiempo comprendí eso.

—No sabes cuánto me alegra saber que no me matarás o dirás algo al contrario después de esa confesión—ríe tomando sus manos en mi cara, se ve emocionado y feliz, exactamente igual que yo— En verdad tenía miedo que me matarás o que dijeras algo.

—Por supuesto que no tonto—contesto riéndome— Ahora cállate y bésame.

Kal sonriendo y sigue besándome como si no hubiese tiempo, como que ningún problema existiese, como si no pasara nada.

Jadeo un momento y no puedo evitar sentirme excitada cuando pasa sus labios en mi cuello.

—Necesito más—gimo.

—¿Más cómo?

—Te necesito dentro de mí.

Kal permanece quieto, sin quitarme la mirada de encima.

—Hay una casa por aquí cerca y está desocupada.

Asisto, me toma de la mano y caminamos a un lado.

Al llegar la casa no toco como esta era gigante y cómoda. Sonrio y le doy un corto beso en los labios.

—Venimos a una cosa, querido.—digo— Vamos a una habitación.

—¿Quién eres y qué hiciste con la antigua Emilie? Las dos me vuelven loco, pero de distintas formas, eres increíble—confiesa todavía sonriendo, ven aquí te llevo.

Abre la puerta y veo una gran habitación con paredes blancas, se nota el lujo que esta casa tiene.

Bajo la vista un instante, y cuando la levanto nuevamente, observo que la puerta se cierra casi por completo. Él está fuera. Veo el pomo de la puerta, y un instante después, esta se volvió a abrir.

Kal entra y cierra con lentitud, observándome para evaluar mi reacción. Dejo mi ropa a un lado, en silencio. Era imposible no sentir el deseo y la pasión que nos envolvía.

Se acerca a mí rápidamente, toma mis caderas, pegándome a él, y me besó con fuerza. Respiro profundo y hundo mis manos en su cabello, aferrándole hacia mí, lo necesito. Su lengua acaricia mis labios, pidiendo permiso para entrar, y yo se lo concedo, necesito eso o más. Después de haber esperado tanto, los impulsos no perdonarían nada. Nuestras lenguas batallaban y se invaden, mientras mis manos juegan en su cabello, y sus manos presionan mis caderas, pegándome a su creciente erección.

Retrocedo unos pasos en dirección a la cama, donde Kal se recuesta y se pone sobre mí, apoyando sus codos a los costados de mi cabeza. Aparto las manos de su cabello y las llevo de manera instintiva hasta los bordes de su camisa, jalándola hacia arriba para poder quitarse. Cupido levantó los brazos y me ayuda a hacerlo, mostrándome su cuerpo, lo suficientemente definido como para hipnotizar a cualquiera. Los dioses hacen las cosas muy bien y Cupido, es un ejemplo vivo de eso. Lo observo, mordiendo mi labio, y acaricio su torso, que estaba perfectamente definido. Siento su piel firme y caliente bajo mi tacto. Lo aruñé suavemente, y él me contestó con una sonrisa. Sus ojos estaban pintados por el deseo, y sus pupilas me observaban dilatadas. Tomé su rostro y me acerqué a besarlo nuevamente.

—Por los dioses, me tienes loco Emilie, loco.—ruge el mientras me mira con deseo.

Con la respiración acelerada, me quita el sostén y apoya su mano en mi espalda para acercarme a su cuerpo. Nuestros pechos se restregaban suavemente, mientras él besaba mi cuello y mi quijada. Cierro mis ojos y ladeo mi cabeza para brindarle mayor comodidad. Acaricio su cabello y toco sus brazos, apretando sus perfectos músculos, que se tensaban al sentirme.

Me recuesta en la cama nuevamente y se suelta de mi agarre. Comienza a deslizarse hacia abajo, regando besos en mi cuerpo. Cada beso que me daba, me quitaba el aliento y me hacía gemir como nunca lo habían hecho, este hombre sabía causar placer. Acaricio sus piernas con las mías y llevo mis manos a las almohadas que sostenían mi cabeza, apretándolas de vez en cuando. Kal besa mi cuello, mi clavícula y mis hombros. Acariciaba uno de mis pechos mientras depositaba besos en el otro y acariciaba mi pierna con su otra mano. Pasó su lengua en mi abdomen llegando hasta un poco arriba de mi zona intima, y mis piernas temblaron. Sonreí y gemí en voz baja. Sin dudarlo dos veces, Kal se deshizo de la única prenda que me quedaba, y comenzó a besar mis muslos, provocando un cosquilleo en mi zona íntima. Besó mi sexo, arrancándome un gemido y haciéndome temblar de nuevo. Se puso de pie, se desnudó por completo y me observó, respirando lento.

―¿Te he que eres hermosa? ―me dijo, sonriendo. Me sonrojo y niego con la cabeza―.Eres hermosa Emilie, agradezco ser el jodido idiota enamorado de ti, porque en verdad esto es demasiado para mí.

En un momento el para, me mira a los ojos.

—¿Estás segura de esto?—me pregunta mirándome a los ojos— No te quiero lastimar, ni ocupar, quiero en verdad hacerlo contigo y no solamente sexo, quiero hacer el amor contigo que es más importante que eso. Pero si no quieres te entiendo, solamente quiero que me respondas esa pregunta.

—Por mucho tiempo tuve miedo, por mis traumas y por mis desventuras, pero lo quiero hacerlo Kal.

Rápidamente Kal se pone sobre mí y empuja su pelvis hacía la mía, hundiéndola lentamente en mí. Gimo y agarro fuerte sus brazos. Tiro mi cabeza hacia atrás, disfrutando de la sensación de sentirlo en mí, completándome y fusionándose conmigo. Acaricia mi rostro y me beso suave, mientras comenzaba a moverse de una manera más rítmica y firme. Sigo sus movimientos y levanto mi pelvis.

—No sabes cuánto te necesito Kal—digo mientras trato de respirar.

—Repítemelo por favor—pide Cupido mientras me besaba mi abdomen—Por favor, lo necesito.

—Te necesito Kal, te necesito que estés en mi vida.

Su respiración comenzaba a entrecortarse, y gruñidos mezclados con gemidos salen de su boca. Arqueo mi espalda y él me abraza fuerte justo en el momento en que mi cuerpo llegaba al clímax, y Kal con unos cuantos gemidos, se deja llevar por el placer, sin dejar de moverse, volviendo el momento más placentero.

—Por mi estaría todo el día.—confieso mientras acaricio sus brazos.

—Créeme que por mi igual, pero un entretiempo de besos también me emociona y más contigo.

Al terminar, me abraza hacia él, rueda sobre la cama para dejarme encima de su cuerpo, y nos desplomamos, cansados, desnudos y con las respiraciones agitadas.

―Se siente muy bien tenerte así. Es mejor que todo ―confieso.

― ¿Así cómo? ―lo observé. Permanecía con los ojos cerrados y sus manos rodeando mi cintura.

―Así ―contesté, un poco apenada.

― ¿Cómo? ―insistió, y abrió uno de los ojos para verme.

No puedo ponerme roja con lo que quiere que yo diga Kal, con una sonrisa respondo.

―Dentro de mí ―solté. Rió y me besa la frente.


Volví, la después de muchooo tiempo <3 <3 Estoy tratando se subir más capítulos más cercano.

Preguntaaa ¿Cómo es la persona que le gusta?  Quiero ver esos comentarios lleno de amor <3

Cupido, estás despedido #Wattys2019Where stories live. Discover now