Capitulo 3

4.1K 414 13
                                    

Respiro hondo mientras tengo los ojos cerrados.

"Todo es un sueño"

"Cupido es solo una leyenda mitológica de la antigua Grecia"

"Es solo una imaginación mía"

Esas palabras remito mentalmente por más de 15 minutos, para meterme en la cabeza que esto no existe.

Abro poco a poco abro los ojos esperando que nada de lo que estaba pensando era real y solo era producto de mi imaginación y esas cosas.

-Vaya al parecer no hay nada- digo en voz alta, mientras reviso mi departamento

Suspiro contenta, al parecer era todo un sueño. Bostezo por el sueño y me dirijo al baño para lavarme la cara y así despertar más. Abro la puerta del baño y vaya que sorpresa tengo

-¿¡Qué haces aquí?! – grito al abrir la puerta. Trato de taparme los ojos, pero es demasiado tarde, ya lo vi todo. Y con todo quiere decir ABSOLUTAMENTE TODO.

-¡No sabias que los dioses Griegos también iban al baño!- grita molesto

Cerré la puerta lo más rápido posible, cerré los ojos y no puedo evitar pensar y revivir el recuerdo de ver a Cupido haciendo sus necesidades en mi baño. Vaya, ni siquiera eh visto una persona normal en ese momento y tengo que ver a un ser mitológico haciendo en mi baño, genial.

-Oficialmente estoy loca- concluyo en voz alta – Veo a seres raro, vi un angel y ahora esto.

Siento que abren la puerta del baño y sale Cupido con una sonrisa de oreja a oreja. Maldito ególatra, debe ser por algo que está aquí.

-Vaya, humana te aconsejo no entrar en el baño, si quieres seguir viva y amas tu vida.-todavia sonriendo me miró - ¿Haz ordenado la habitación que me quedaré?

Puse los ojos los ojos en blanco, no puedo creer que haya pasado esto. Todavía no sé porque elo esta aquí.

-¿Y por que no te vas y ambos seríamos felices?

Me mira con cara de pocos amigos y se acerca de mi sigilosamente, para contratacar. Al llegar al frente mío me mira de una forma potetente y acusadora, digna de asustarse.

-¿No entiendes de la parte de que no me iré, significa que estaré aquí?-responde fuerte.

Al escuchar eso no pude evitar recordar a mi padre, el hombre que como algunos entraba gritando a mi casa y amenazando a todo aquel que pasaba frente de él. Recordé los miedos, el sufrimiento que vivía estando ahí, en esa casa que era pobre y humilde pero mi madre trataba de hacer lo imposible para que quedara acogedora, tal como trato de hacer eso en mi casa y tambien recordé a mi madre, a la persona que más quiero en este mundo.

Levanto la mirada, roja de ira. Nadie tiene el derecho de gritarme.

-Quiero que salgas de esta casa ahora- estallo de ira

-Obligame, nena. Yo no hago caso

Los recuerdos de mi pasado al escuchar esa palabra inundaron mi mente, sin evitarlo una lagrima sale de mi ojo seguido con más lagrimas. Trato de constestar y no quedarme callada, pero solo un sollozo sale.

Al notar mi reacción Cupido gestiona "¿Qué te pasa?" , pero no reacciono

Sin pensar, corro hacia mi habitación y me encierro, quiero llorar tranquila

(...)

-Repetiré solo una vez más afrodita- sentencia Apolo molesto - ¿Dónde esta el insensible y puerco de tu hijo?

Afrodita gime de dolor, el fuego era su peor enemigo y miedo, pero él no podía hacer nada. Ella no iba a decir donde se localizaba su hijo.

Cierra los ojos y trata de comunicarse con él mentalmente, pero nada, él no contestaba ni emite señales de vida. Se preocupa como toda madre y pensó en lo peor pero tenía en la confianza que él iba salir de donde estaba.

Mira a su hermano, y se sorprende. No podía creer que esa persona que estaba en frente de ella torturándola era la persona que más quería y confiaba. Sabia que su hijo hizo una atrocidad gigante pero el castigo que dio era digno de lo que hizo, nada más.

Apolo sonríe mostrando su perfecta dentadura, estaba sediento de la venganza, más que nunca. Él podía hacer todo lo que quería, al fin al cabo tambien era un dios.

-Hermana, sabes que nunca me ha gustado pelear contigo, siempre te he defendido hasta el final, pero esto ya sobrepasa los límites.

-¿Límites de qué? ¿Los que tú mismo creaste? SE PUEDE ARRREGLAR, ENTIENDELO

Apolo le dia una cachetada, ella y nadie incluyendo  Zeus sabía el dolor que estaba pasando, nadie sabía las noches que había llorado. Porque ella mismo se había encargado que nadie sepa ese hecho ni siquiera su padre, que él veía todo que pasaba en el Olimpo y donde los mortales.

-¡Tú no sabes nada! ¡Absolutamente nada!-grita este tratando de no romper en llanto

-¡No vengas con eso, yo sé más que todo aquí sobre el dolor madura, Apolo!

Apolo furioso aumenta el fuego, el ya no distinguía ni el bien y el mal, solo quería tener a Cupido entre sus manos y que él asumiera las consecuencias de lo que hacia.

-Es un niño-grita-rompiendo en llanto – El no sabe lo que hace

-Hace más de 4 mil años que tu hijo dejó de ser un niño- escupie con rabia e ironía

Afrodita grita otra vez, pero esta vez de dolor.

-Si quieres que termine con este sufrimiento, solo dime donde esta y listo. Así de fácil

-No te lo diré aunque tenga mil grados encima, ni aunque me quemases el fuego, no te lo diré – ríe por debajo a pesar del dolor - ¿Sabes por qué?

-No, absolutamente no sé.

-Porque ni yo sé donde esta querido hermano, ni yo sé donde esta.

-¿Y como sé que no mientes?

-Anda al oráculo y pregunta, si digo la verdad y de paso pregunta de cuando te enamorarás-contesto sarcásticamente.

Apolo duda en un principio de lo que le dijo su hermana, pero no tenía otra alternativa tenía que ir para allá, el oráculo sabe cuando una persona mentía o no. Se toma 5 minutos y al fin decidió

-Está bien, iré. Pero mientras tanto te quedarás aquí- sentencia- Si el oráculo me dice que miente, sabrás las consecuencias.

(...)
Narra Emillie

Despierto en mi habitación desorientada, miro a todos lados para comprobar si Cupido está cerca, pero nada, no hay rastro de él.

Toco mi cabeza y en verdad duele, la jaqueca es horrible pero creo que podré aguantar por hoy el dolor. Siento que abren la puerta suavemente y se asoma Cupido con cara de arrepentimiento

-¿Cómo te sientes ahora?

-¿Qué me pasó?-pregunto primero antes que emita alguna respuesta, lo único que recuerdo es que estaba gritando y llorando

-Te desmayaste mientras te dio un ataque de pánico-responde temeroso – Lo siento por comportarme así y responderte de tal manera, algunas veces soy un idiota y me dejo llevar por mi ego.

-¿Muchas veces? –sonrio

-Ya bueno, muchas veces.

Me mira y sonríe mostrando los perfectos ojuelos, mostrando su inmortal juventud

-¿Me puedo quedar aquí por un tiempo?- pide mostrando sus grandes ojos oscuros- prometo que trataré de portarme bien y no seré tan idiota.

Dudo de lo último y el lo sabe al ver mi cara.

-Bueno ya, me comportaré y trataré de no ser un imbécil.

-Si te quedas habrá reglas-aseguro con confianza

Él pone los ojos en blanco por un seguro y me mira

-Bueno, ya ¿cuáles reglas?    

Cupido, estás despedido #Wattys2019Where stories live. Discover now