Híbrido II - Ally

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___ POV

—¿Como demonios haremos esto? —preguntó Ally frustrada.

No le contesté.

Nos habíamos movido a una locación segura. Y por «segura» me refiero a completamente expuesta. ¿Qué era más seguro que dejar de esconderse? Así no levantaríamos sospechas de alguna actividad contra la Guardia Mitológica.

Estábamos en el HQ de la Guardia. Era un lugar donde todas las especies convivían: lobos, híbridos, hechiceros, vampiros... y uno que otro humano.

El bar era el lugar menos probable donde se preocuparían por buscar, pues cuando las Especies se alcoholizaban dejaban salir sus más oscuros secretos... así que en realidad la Guardia Mitológica no iba a ellos, sino ellos a la Guardia Mitológica.

—¿Estás segura de que es una buena idea que todos nos vean? —preguntó.

La miré.

—Ally —comencé—, la Guardia puede pensar que somos amigas... o que estoy averiguando cosas de los vampiros.

—Sí, per–

—Allyson, hay más lobos alrededor... —dije.— si no te relajas olerán tu miedo y eso levantará sospechas. Justo ahora apestas a preocupación e ira.

Me miró indignada.

—¿Cómo rayos controlas tus emociones y pareces tan tranquila? —preguntó curiosa.

—Soy mitad lobo —contesté, obvia.— Sería estúpido que no pudiera controlarme sabiendo que eso puede alterar a los demás lobos y revelar cosas en combate.

Suspiró derrotada.

—Si te hace sentir más cómoda... —dije.

Coloqué mi dedo índice y medio sobre su frente y conjuré:

—Adfectus tuus sum.

Me concentré en sus emociones negativas y comencé a absorberlas. Las recibí y las guardé en mi mente.

—Te regresaré tus emociones negativas cuando estemos en un lugar donde no nos expongas.

Recibí un potente golpe con su puño cerrado en mi brazo.

—Ouch.

—¡Son mis emociones!

—¡Tus emociones negativas! —contraataqué, sobándome el brazo.

Bufó.

—De acuerdo, ¿cómo haremos esto? —preguntó.

—Deberíamos empezar por localizar a todos los que estuvieron presentes en esa reunión —contesté.

—La mitad de ellos deben estar muertos.

—O escondidos.

—No hay forma de saberlo.

—Necesitamos un hechizo de localización —comencé—, pero para eso necesito un espacio grande y tiempo. Un lugar donde no tengamos prisa por irnos.

—¿Tan grande como... muchas hectáreas?

La miré curiosa.

—Sí, podría funcionar —respondí.

—Sígueme.

Se levantó de su asiento y comenzó a caminar a paso decidido fuera del bar. Tardé en reaccionar, pero me levanté y comencé a caminar rápidamente detrás de ella, esquivando a Seres borrachos en el camino.

Una vez fuera, Ally no se detuvo ni un momento.

—¡Allyson! ¿A dónde vamos?

Se detuvo un segundo para verme y contestó:

—A casa de Ted.

La miré confundida.

—A casa de tu hij–

—¡Shhh! Sígueme.

——

Después de caminar por horas nos detuvimos frente a una casa de tamaño mediano.

—¿Dónde estamos? —pregunté con curiosidad.

—La casa de los padres de Ted.

—¿Y si están en casa? Nos descubrirán y tendremos que dar muchas explicaciones o borrar muchos recuerdos. Tú decides...

—No están en casa. Ayer se fueron de vacaciones, regresan en 1 semana y media.

—No pensarás que haga el hechizo dentro de casa, ¿o sí?

—No —contestó alzando una ceja.—Sígueme.

Rodeamos la casa y nos encontramos con un enorme terreno, tal vez 5 hectáreas. Espacioso y con árboles alrededor.

—Tengo una pregunta —dije.

—Dime.

—Los papás de Ted saben que él es... diferente?

—Aún no, pero eventualmente se darán cuenta. Recuerda que dejamos de envejecer a los 15.

—¿Y cómo planeas manejar eso?

—Ted ya lo sabe. Tuvimos un encuentro un poco... interesante y él sabe que no pertenece con los humanos, pero entendió que es peligroso estar alrededor por ahora.

—Me preocupa —confesé.—Nunca podemos medir la reacción de los humanos ante este tipo de situaciones.

—Estará bien, cuando cumpla la mayoría de edad —para los humanos— no podrán controlarlo más. Es decisión de él si quiere compartir sus orígenes o no.

—Okay, tienes un punto.

Miré a mi alrededor para comprobar que no hubiera humanos u otras razas. Me concentré en mis sentidos y todo parecía estar en orden.

—Espera aquí —dije.

Ally me miró curiosa.

Caminé hacia el centro, donde se veían menos árboles, alcé una mano al cielo y conjuré:

—Haec terra protegatur...

Comencé a sentir la energía bajando y pasando entre mi cuerpo.

—Ab hominibus et bestiis...

Ally seguía mirándome con una incógnita en su rostro.

—Invisibilia sumus...

Sentía la energía al borde, ya estaba listo el conjuro.

—Hic et nunc.

Me hinqué y con mi palma abierta toqué el suelo. Una onda de energía comenzó a expandirse a través del piso. Cuando sentí que era espacio suficiente quité mi mano y la energía empezó a envolvernos como en un domo, dejándonos encerradas en él.

—¿Qué acabas de hacer? —preguntó Ally asustada.

—Solo es algo de protección. Bestias y humanos pueden pasar por aquí, pero para ellos parecerá que no hay nada sucediendo. Así no tendremos que preocuparnos por los curiosos. Somos invisibles —contesté.

—De acuerdo —respondió.

—Empecemos a localizarlos.

—Hagámoslo.

——— 

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora