Capítulo LXXX

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Lily estaba llegando con rapidez a su punto limite mental: no solo se había acabado de convertir en la mamá de una niña que no esperaba tener sino que, además el padre de esa pequeña en ese momento estaba arriesgando su vida por ella, algo que siempre había tratado de evitar... Y ella estaba en una encrucijada... amaba a Peter con toda su alma, pero se negaba a perdonar la traición que este le había hecho con su ex novia... su corazón le decía que lo perdone, pero la razón le gritaba que lo mejor era decirle un definitivo adiós, ¿qué hacer? No lo sabía.


Fue entonces cuando el recuerdo de uno de los momentos en que  ese hombre de dulce mirada café le había regalado su amor, tomó por asalto a su confundido corazón.

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Ella se negaba a continuar ese embarazo. No solo creía que ese bebé que esperaba era producto de la violación que había sufrido sino que, además, los achaques típicos de esa etapa la atacaban sin piedad, como si su cuerpo y su corazón estuvieran en conexión permanente, y ambos rechazaban a esa pequeña criatura.


Una vez Peter se había marchado a trabajar, ella había tenido por tercera vez en esa mañana un ataque de vómitos y eso la lleno de frustración: otra vez iba a tener que excusarse en la editorial, enferma como estaba, no iba a poder ir a trabajar.


Grande fue su sorpresa cuando su jefe, quién siempre había sido amable y comprensivo con ella, le dijo que mejor no se apareciera nunca más por su empresa, ante lo cual ella le interpeló para saber qué había pasado, recibiendo como respuesta un escueto "revisa la web de la editorial y dime si no tengo motivos para echarte".


Confundida, la escritora tomó su laptop y escribió la dirección de la editorial y no pudo evitar que sendas lágrimas anegaran sus mieles orbes: como un amargo deja vú  de su adolescencia, otra vez la Internet arruinó su vida.


~*~


Peter se sentía intranquilo, cuando se marchó a su trabajo dejó al amor de su vida teniendo horribles vómitos, y el hecho de saber que en el estado en que  estaba la mujer esos malestares eran algo común, no era suficiente aliciente para tranquilizarse, por ello pidió permiso en la secundaria donde trabajaba para poder irse a casa temprano y así poder estar allí cuando Lily volviera del trabajo.


En cuanto llegó a casa, se fue a su habitación y allí se encontró con una escena que le partió el alma: su chica se había quedado dormida en el suelo de la habitación y por su gesto compungido supo enseguida que había estado llorando.


Se acercó con cuidado y le acarició la mejilla, haciendo que la chica abriera los ojos de golpe y se levantara como un resorte, provocando que sufriera un fuerte mareo.


—¿Pasó algo, Lily? pensaba que estabas en tu trabajo.


—No iré nunca más a la editorial —respondió Lily al borde de las lágrimas—. Estoy acabada.


—¿Por qué dices eso, princesa?


La chica no respondió y en su lugar le mostró el video que estaba en la pantalla de su laptop: no sabía cómo ni quién, pero alguien había hackeado la web de la editorial y había subido el video que su padrastro Joshua le había obligado a hacer el mismo día en que ella había intentado acabar con su vida.

Te encontraré (Vida en Línea #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora