Capítulo XXII

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Con el paso de las horas, Lily se fue sintiendo más y más triste. A pesar de que le gustaba que Peter le estuviera haciendo compañía, aun sentía mucho dolor por como las cosas habían sucedido con Brandon... le costaba admitirlo, pero la verdad es que se había enamorado de ese chico desde hacía mucho tiempo. Cuando llegó a Nueva York se esforzaba en evadirle, no porque no le soportara o porque le guardara rencor por todo el fiasco de Joshua... le evitaba porque le gustaba, demasiado, y no quería fallarle a Peter.

Los recuerdos le invadieron de golpe, tantos momentos compartidos con Brandon, cada abrazo que él le regalo cuando sentía que no podía continuar, tantas palabras de aliento y consejos que él le brindó cuando ella pensaba que su vida era un asco... todo le dolía, le dolía demasiado.... No solo había perdido a una pareja, cuando perdió a Brandon también se quedó sin un amigo.

Tan envuelta estaba en esas emociones que comenzó a llorar en silencio, aprovechando que Peter parecía estar profundamente dormido.

Peter también se encontraba sumergido en sus pensamientos. Al fin había encontrado a Lily pero las cosas no eran como esperaba... ella estaba enamorada de alguien más y aunque quisiera negarlo... Hillary también estaba en medio de ambos, por lo menos hasta que le aclarara la razón verdadera por la que había terminado con ella.

Justo estaba pensando en eso cuando sintió el cuerpo de Lily agitarse ligeramente, estaba llorando.

—Brandon —musitó la chica— si tan solo estuvieras aquí....

Peter sintió como su corazón se rompía en un millón de pedazos, pedazos tan minúsculos que no sabía cómo podría rearmar.

—¿Estás bien? —susurró el muchacho, abrazándola, fingiendo que acababa de despertarse—. ¿Necesitas a un doctor?

Lily sintió como se le abría un enorme agujero en el alma... no merecía a Peter... ella estaba llorando por Brandon y ahí estaba el, preocupándose por su bienestar... no era justo.

—Peter... creo que será mejor que te vayas —dijo al fin la chica, dándose vuelta para poder mirar a Peter a los ojos—. No es justo para ti que estés aquí, enamorado de mí y mientras tanto yo estoy pensando en Brandon...

—No me importa —le interrumpió el muchacho.

—¡Pues debería, Peter! —gritó la muchacha, desesperada por la terquedad de Wallace—. ¿No te das cuenta? ¡Tú tienes todo para ser feliz!

—Eso es falso, Lily... si no te tengo, si no estamos juntos, no puedo ser feliz.

—Sera mejor que te vayas, Peter —concluyó Lily— y no quiero una palabra más al respecto.

Peter se puso de pie, tomo su chaqueta y se marchó de la habitación, sabia lo testaruda que era Lily cuando algo se le metía en la cabeza y no quería alterarla más.

Brandon estaba inquieto, luego de haber dejado a Lily sola, empezó a derrumbarse. Él sabía que estaba haciendo lo correcto, estaba alejándose de ella para proteger a su madre pero, si eso era así ¿Por qué sentía ese inmenso dolor en su pecho? Intento emborracharse para olvidarla pero eso solo empeoró su situación, a medida que el tiempo pasaba, el recuerdo del pequeño y frágil cuerpo de Lily entregándose a él, amándole en todo el sentido de la palabra lo atormentaba, al punto que llegó a confundirla con todas las mujeres que se le cruzaban.

Cuando el bar donde estaba cerró sus puertas vago sin rumbo hasta que, por cosas del destino, se detuvo frente al hospital donde estaba internada Lily... necesitaba verla, aunque fuera una última vez.

Peter decidió quedarse en el hospital, esperando que Lily se tranquilizara para hablar con ella y tratar de hacerle entender su punto de vista sobre su relación. En esas estaba cuando vio a Brandon dirigirse, con paso tambaleante, a la habitación de la castaña.

Te encontraré (Vida en Línea #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora