Prólogo

3.5K 136 61
                                    


"Los cimientos del mundo están carcomidos, la verdad no es tal, las mentes agudas están compradas, la voluntad del pueblo condicionada y los ojos vendados con paños de seda; Más difícil le es al crédulo encontrar la libertad que al incrédulo hallarla en la muerte"

Sobre Las Tierras del Interior

Son las tierras más centrales de todas las conocidas, no de todas las habidas, Las Tierras del Interior, un conjunto de tres cuencas rodeadas por vastas montañas que han prestado la mejor y única defensa constante contra las innumerables criaturas que movidas por la conquista, la locura, el hambre o un simple instinto depredador, han asolado desde los inicios del mundo a los autoproclamados pueblos libres.

Será en la Luna Púrpura de 1271 de la Segunda Era cuando la momentánea estabilidad y prosperidad alcanzada en la cuenca meridional y la cuenca sur llegue a su fin.

Cuando los enemigos son incontables en tu mundo apenas existe la posibilidad de tregua o momento para el respiro, pero si un grupo de héroes, movidos quien sabe por qué o quién, llevan a cabo la mayor de las traiciones; abrir el paso a un ejército invasor repleto de extrañas, crueles y despiadadas criaturas, la balanza entre la supervivencia y la destrucción se desequilibra súbitamente.

Así en la Luna Púrpura de 1273 la cuenca del sur, hogar de dos importantes facciones de los hombres; el Reino de Arbái y el Señorío de los Ríos, ubicación de gran parte de las Mina—fortaleza de los enanos, hogar de Porcimanos, Pellifanis y principal zona comercial del reino jadesiano, es reducida a cenizas y escombros. Ciudades con mil años de historia, fortalezas inexpugnables, pasos seguros y un sin fin de villas y pueblos desaparecidos en un abrir y cerrar de ojos.

Ante la atónita mirada de los pueblos libres, el destino de la siguiente de las cuencas, la meridional, hogar de un sin fin de criaturas, todas ellas bajo la protección del Reino jadesiano de Saldar se decidirá en el único paso que unen la cuenca del sur con ésta; la capital del reino de los enanos, la Mina—Fortaleza de Paso Eterno. Allí, enanos, hombres, jadesianos, gnomos, duendes y algunas criaturas voluntariosas libran la más trascendente de las defensas en esta Era, trascendente y longeva, pues en la Luna púrpura de 1344 la fortaleza sigue en pie, en el asedio más largo y estoico jamás conocido.

Sobre los jadesianos

Si existe en Uria una raza que destaca entre los Pueblos Libres, esa es la raza de los jadesianos, sus propios rasgos innatos ya los hacen inconfundibles, excepcionales; altos, más altos que un hombre, de rasgos elegantes y hermosos, longevos en vida. Es sin duda su tez dorada; una piel de tonos dorados que varía según la edad y la gema incrustada en su frente la cual recuerda a una jadeita y les da nombre, los rasgos que los vuelven únicos.

Su civilización ha vivido durante incontables Lunas Púrpuras en el corazón de Las Tierras del Interior, concretamente en la Cuenca Meridional, posiblemente el lugar más seguro del mundo conocido, pero aun así no falto de peligros.

La joya del Reino de Sáldar es sin lugar a duda la maravillosa ciudad que da nombre al reino, Sáldar. Fundada sobre una descomunal roca fungiforme y adornada con incontables torres altas, blancas y coronadas con grandes cristales que la convierten en una joya arquitectónica sin igual. Ni esa belleza es comparable a los dos principales edificios de la ciudad y el reino: el palacio real que ocupa gran parte de la roca, palacio coronado con una enorme piedra de jadeíta que levita y brilla indicando a todos los jadesianos el camino de regreso a casa, tanta es la atracción que esta piedra ejerce sobre esta raza que es harto complicado para un jadesiano permanecer demasiado tiempo lejos de su umbral, el cual abarca cada rincón de Las Tierras del Interior. En segundo lugar, pero no menos importante, La Torre del Conocimiento que es sin duda la más alta y gruesa de las torres, lugar donde se reúnen los magos más poderosos de su raza y contenedora de todo el conocimiento hallado.

Los jadesianos son un pueblo culto y cívico, pero cruel en su funcionamiento, donde los audaces prosperan a costa de los menos taimados. Muy interesado en el conocimiento, la obtención de bienes y riqueza, la magia y el comercio, no obstante, llegados tiempos aciagos es un pueblo decidido y belicoso en la guerra, prudente y desconfiado en la paz.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

*El sistema de medida  en Uria es en puertas y grandes puertas.

Una puerta = Dos metros

Una gran puerta = Dos kilómetros

Uria I: La torre y el enanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora