Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 3

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—No creo que sea buena idea esto, Adrien. —dijo Plagg sentado en la cornisa del escritorio del chico.

—¿Por qué no? Marinette está enamorada de Chat Noir, así que sólo debo hablar con ella siendo él y convencerla de que Adrien es mejor partido.

—Amigo, ¿por qué ahora?

—¿A què te refieres, Plagg?

—Hasta hace una semana estabas perdidamente enamorado de Ladybug, y ahora que ella te coquetea tú la alejas. Tu enamoramiento por tu "muy buena amiga" no tiene grandes fundamentos.

"No sé porqué me meto, sí Ladybug y Marinette son la misma persona" pensó el kwami.

Adrien se carcajea: —¿Coquetearme? Ladybug está enamorada de otro sujeto, no de mi. Además, el amor no necesita de fundamentos cuando es verdadero.

—Estás mal... —susurra el pequeño kwami mientras le da un mordisco al Camembert junto a él— ¿Y qué harás sí Marinette no quiere enamorarse de ti? Ella al que quiere es a Chat Noir, ¿cierto?

—No puedo obligarla a amar a Adrien... —dijo pensativo, analizando la situación— Pero, puedo obligarla a desenamorarse de Chat.

—Mala idea.

—Plagg...

—¡No, espera a que termine mi Camembert! —metía trozos de aquel queso como podía a su boca.

—¡Las garras!

Mientras tanto en casa de los Dupain-Cheng

—Oh, Tikki. ¿Qué he hecho mal? Creí que Chat se alegraría al ver que correspondí a sus coqueteos.

La chica yacía recostada en su cama con los brazos extendidos y su cabello suelto.

—Tal vez porque ya le gusta alguien más. —respondió su pequeña amiga sentándose en una almohada cercana.

—¿Gustarle alguien más? Desde que lo conozco siempre le ha gustado y "amado" a Ladybug, ¿por qué crees eso?

—Él mismo te lo dijo, Mari.

—¿Cuándo?

—Al contarte el problema de su amigo. ¿Acaso creíste que un amigo suyo se enamoró de alguien más? ¡Ni siquiera sabemos sí tiene amigos! —justificó la kwami con gracia impactada ante la gran ingenuidad de su compañera.

Cheng abrió la boca en una gran O.

—¿Ahora qué hago, Tikki?

La kwami estuvo a punto de responder, pero pequeños golpecitos en la puerta que da al balcón la interrumpieron.

—Mari, ¿puedo pasar?

La chica palideció: —¡Es Chat! —comienza a mover los brazos de forma aleatorio en el aire— ¿Qué hago?

La rojiza kwami se encogió de brazos y se escondió entre fotos y libros de la chica.

Marinette comenzó a esconder sus fotos aún colocadas de Adrien de sus paredes y le dio un chequeo rápido a la habitación.

—Todo en orden, genial. —fue a la puerta y la abrió- Chat, hola.

—¿Me has echado de menos? —preguntó con sus distintivos aires de vanidad.

Los ojos verdes dieron un destello al encontrarse con las perlas celestes. Pasó con lentitud, como sí aún pidiera permiso de sentirse cómodo.

After the Oblivion 《MLB》Where stories live. Discover now