Sunflower

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P R O L O G O





•8 años atrás•
































El timbre que indicaba el comienzo del receso y almuerzo se hizo presente en los largos pasillos del centro educativo. Grandes grupos de alumnos salían por montones al patio y hacia la cafetería. El pequeño Eunwoo se apresuró en salir lo más rápido que pudo, aunque estaba claro que los otros no se lo iban a dejar tan fácil.

- Hola, pequeño estorbo. – escuchó a la ya familiar voz, un cuerpo interpuesto en su camino.

- ¿Podrías dejarme pasar? - trató de responder, conteniendo sus nervios y ganas de salir huyendo.

- ¿Por qué? ¿Acaso quieres ir por un espejo para asegurarte de lo horrible que te ves? - la macabra sonrisa en ese rostro infantil haciendo que el estómago de Eunwoo se contrajese. - ¿Crees que puedes dejar de ser horrible acaso? Lamento informarte que ser feo no tiene cura, perdón. – dijo el otro con falsa voz triste.

Eunwoo ya había escuchado más que suficiente, empujó con sus bracitos al contrario creando una vía de escape. Siempre era lo mismo, los molestosos comentarios de Yugyeom, y las risas de los amigos de este, lo perseguían y causaban dolor a su corazoncito.

Caminó lo más rápido que pudo hacia los microondas del comedor para recalentar la comida que su amada madre le había preparado. Destapó el pequeño contenedor con fideos de frijol negro y lo colocó dentro de la maquina un minuto en el cronómetro, tiempo suficiente. Cuando su comida estuvo perfectamente recalentada se tomó un segundo para disfrutar su olor, antes de emprender la búsqueda de una mesa.

Pudo encontrar una no muy lejos de donde se encontraba y emprendió su marcha, pero a pocos metros de llegar algo se interpuso en su camino, ocasionado que cayera de bruces al suelo. Al levantar su pequeña cabeza vio como todo su delicioso almuerzo se encontraba esparcido por el suelo y sobre su uniforme recién lavado. Miró sobre su hombro, aun estando en el suelo, alcanzando a ver qué lo había hecho caer.

- Ups, parece que debes que tener más cuidado. – el otro chico se le acercó por detrás, arrodillándose a su altura y susurrándole lo siguiente - No vuelvas a empujarme, pequeño estorbo.

Todos empezaron a reír y Eunwoo solo podía sentir como sus lindos ojitos se aguaban. Trató de pararse, pero la comida hizo que resbalara otra vez, lo que hizo que se viera aún más ridículo. No podía seguir soportando más. Por fin terminó de levantarse, agarró sus cosas lo más rápido que pudo y se fue corriendo hasta los baños más lejanos del patio.

A lo lejos, en una de las esquinas más alejadas del comedor, un pequeño de cabellos castaños, que casi llegaban a cubrirle los ojos, miraba la huida del pequeño niño. Había presenciado la cruel escena y la huida del desconocido. Sin más siguió comiendo de su sándwich, mientras esperaba por su mejor amigo.

Esos niños podían ser tan crueles algunas veces, pensó tristemente.












































Eunwoo había corrido lo más rápido que sus piernitas lo dejaron hasta que ya no tuvo aliento. Había logrado llegar al baño de los de años superiores, la puerta estaba cerrada con seguro, por lo que se resignó a quedarse fuera. Con mejillas mojadas por el llanto y pequeños hipos buscó otro lugar donde esconderse. Su pecho no dejaba de contraerse, solo quería ir a casa y ser reconfortado por los brazos de su madre.

To the Lovely Backspace 《ASTRO》 [editando]Where stories live. Discover now